el Cid
HÉROE. TRAIDOR. LEYENDA
Estreno el 18 de diciembre
en Vodafone TV con Prime Video
Un mito medieval con la espectacularidad del siglo XXI
Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, existió, y su vida se convirtió en leyenda. Mil años después esta serie muestra cómo se fraguó el héroe, una monumental producción de cinco episodios con más de 3.400 figurantes y 1.100 caballos, en la que ídolos de hoy dan vida a personajes históricos en una trama de aventuras, traiciones y batallas épicas. Así es la precuela del siglo XXI del Campeador.
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La estrella medieval más cotizada
Dicen las crónicas que nunca perdió una batalla. Murió anciano (pasados los 50) por causas naturales en 1099. Fue señor de Valencia tras conquistársela a los moros. Hijo de un castellano –que hizo fortuna guerreando en la frontera entre los reinos cristianos y las taifas musulmanas– y de una noble leonesa, terminó siendo dueño del Levante sin rendir pleitesía a ningún rey. Una figura, el Rodrigo Díaz real, que se confunde a veces con el legendario que trabó alianzas con cristianos y musulmanes a conveniencia; obró con amigos y enemigos con prudencia; se expuso a la muerte cientos de veces… y la esquivó siempre, ya fuera en batallas campales –que le valieron el sobrenombre de Campeador–, ya en míticos duelos.
Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, es un mito, el héroe más grande de la cultura hispánica. Sus hazañas dieron lugar algo más de un siglo después de su muerte a la primera obra poética extensa –casi 3.800 versos– de la literatura española, un cantar de gesta que, al contrario que otros poemas épicos como la Canción de Roldán o el Cantar de los Nibelungos, está protagonizado por una figura histórica, documentada. El Cantar de Mio Cid parte de unos hechos reales de tal envergadura que la ficción apenas superpone fabulaciones ni sucesos sobrenaturales a lo que de veras ocurrió, distanciándose con ello del resto de la literatura europea del género.
La figura de Rodrigo Díaz de Vivar alcanzó la naturaleza de los símbolos, con las controversias que normalmente acarrea eso: unos veían en él al azote de musulmanes, icono de la Reconquista; otros, a un mercenario –tuvo de veras un ejército fiel que lo seguía solo a él–. Inspiró libros, cómics, cine y, ahora, una serie. Sus huesos incluso fueron tomados por reliquias de aura mágica y repartidos por medio mundo; fue una labor ardua reunirlos de nuevo y darles sepultura en Burgos, donde descansan junto a los de su –igual de famosa– esposa Jimena.
“Con la ficción hemos completado la distancia que hay entre los hechos históricos y los reales”
José Velasco y Luis Arranz, creadores de ‘El Cid’, proponen en la serie un acercamiento desde la ficción que rompe los mitos sobre el guerrero medieval.
¿A quién pertenecía la Península en el siglo del Cid?
¿Se hacían las cosas igual en la Edad Media?
Hace un milenio, el concepto de intimidad era diferente, el honor lo era todo y prosperar era cosa de unos pocos. Estos son algunos usos y costumbres medievales que refleja la serie de ‘El Cid’ y que, para una mente contemporánea, pueden resultar inconcebibles.
Ir al baño no era algo tan privado como ahora. Entonces, hasta los reyes podían hacer sus necesidades frente a sus vasallos, a través de un agujero en un saliente del castillo por el que los desechos se despeñaban. “La pudibundez de retirarse a hacer las necesidades no es de la época”, asegura Alberto Montaner, filólogo e historiador de la Universidad de Zaragoza. En la fortaleza de Loarre (Huesca) puede verse una de estas letrinas.
En la serie, Fernando I se disputa un territorio con su hermano Ramiro I de Aragón y lo hace a través de una justa, en la que se enfrentan un caballero o un infante a las órdenes del primero y otro que representa a Ramiro. La escena está inspirada en un episodio del cantar Las mocedades de Rodrigo (c.1360), en la que la justa es por la localidad de Calahorra, entonces fronteriza entre Navarra y Castilla. Esto, a su vez, podría estar basado en un combate real, no documentado hasta el siglo XIII, para dirimir una disputa territorial por otra localidad cercana, Pazuengos.
Cuando una dama se desvirgaba antes del matrimonio, perdía parte del patrimonio familiar. Por eso, según la legislación medieval, el responsable debía desposarse con la damnificada. Para evitarlo muchas recurrían a la figura de la remiendavirgos, una especie de curandera y alcahueta que devolvía la virginidad reconstruyendo el himen con hilo y aguja. En la literatura, no aparece un personaje parecido hasta aproximadamente 1500 con La Celestina, lo que no impide su existencia previa. “No es inverosímil”, opina Montaner.
Concepto fundamental en la mentalidad medieval, en la realidad las deslealtades eran habituales. “Conocemos sublevaciones de nobles. En la batalla de Alarcos (1195), que enfrentó al rey de Castilla con el emperador almohade, está atestiguado que Pedro Fernández de Castro, castellano, apoyó al segundo”, asegura el historiador Alberto Montaner. Hoy sería algo así como un ejecutivo de una gran empresa que se pelea con su jefe y se va a la competencia.
El Cid pasó de ser un noble más de la corte a casi rey en un tiempo en el que el ascenso social era imposible. El espíritu de la frontera fue lo que lo permitió. “Quien vivía en los límites debía defender la tierra. A cambio, organizaba campañas de saqueo en zona enemiga. En ese ambiente sí era posible progresar”, argumenta Alberto Montaner. Este fenómeno estaba recogido en los Fueros de extremadura, llamados así no por la región, sino porque en castellano medieval significaba tierra extrema, la frontera. “Contemplan que quien pueda mantener un equipo de guerreros a caballo, aunque no sea noble de linaje, tendrá algunos de los privilegios de la nobleza”, completa Montaner.
Estas son las voces de la historia
¿Por qué Sancha tenía más derecho a reinar en León que su marido el conde de Castilla? ¿Quién era Jimena, la dama que pasó a la historia como el gran amor del Cid? Los actores de la serie relatan a viva voz quién es quién en ella.
Pulsa en los protagonistas para escucharlos
Fernando I de León
José Luis García Pérez
La Reina Sancha
Elia Galera
Flaín Fernández
Carlos Bardem
Obispo de León
Juan Echanove
Doña Urraca de Zamora
Alicia Sanz
Jimena
Lucía Guerrero
Rodrigo, el abuelo
del Cid
Juan Fernández
El CID
HÉROE. TRAIDOR. LEYENDA.
Estreno el día 18 de diciembre en
ENTEVISTA A CARLOS BARDEM, QUE INTERPRETA AL CONDE FLAÍN EN 'EL CID'
"En 'El Cid' hay muchos géneros: hay historia, pero también hay aventura y mucha pasión; y da como resultado una ficción muy atrayente"
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CRÉDITOS
Coordinación: Adolfo Domenech
Redacción: Alejandro Martín y Javier Fernández
Desarrollo y diseño: Javier Casajús, Rafael Blázquez y Rodolfo Mata
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