Ocho personajes inolvidables
Un asesino en serie con sed… de ‘mirindas’
Un tipo bajito, calvo y con gafas entra en un bar fantasmagórico, como de film noir, y pide una mirinda, un refresco de sabores frutales que dejó de comercializarse en 1992. El sujeto, supuestamente un tubular killer -asesino en serie que siempre repite su modus operandi-, tiene poca paciencia y odia los convencionalismos. Cuando no le responden como le gustaría, saca la metralleta a pasear. Así transcurren los 11 minutos de Mirindas asesinas (1991), el primer cortometraje de Álex de la Iglesia, protagonizado por Álex Angulo que da vida a ese homicida que, por su aspecto, recuerda al padre Berriatúa de El día de la bestia (1995), donde se ve al mismo actor empuñando de nuevo un arma, aunque esta vez con sotana.
Álex Angulo en 'Mirindas asesinas’.
Ramón Yarritu, líder terrorista ‘ciberpunk’
En un mundo donde dominan los pijos, los feos y mutilados siembran el terror. Antonio Resines interpreta a Yarritu, el líder de un grupo terrorista de tullidos marginales en el esperpento futurista Acción mutante (1993), el debut en el largometraje de De la Iglesia. “Todo el mundo es tonto o moderno”, afirma este personaje, que oculta la mitad de su rostro desfigurado bajo una máscara de cuero, al estilo de personajes clásicos como el fantasma de la ópera o Darth Vader en La guerra las galaxias, mientras lee el manifiesto de la banda criminal en esta sátira sobre la sociedad de consumo y los medios de comunicación.
Antonio Resines en 'Accion Mutante'.
José María, satánico y de Carabanchel
En su afán por descubrir el lugar de nacimiento del anticristo, en El día de la bestia (1995), el padre Berriatúa recluta a un heavy que despacha en una tienda de discos. Se trata de José Mari, un amante del metal extremo fascinado por todo lo relacionado con el demonio, con el aspecto de un inofensivo heavy de barrio —“¡Satánico y de Carabanchel!”, se autodefine—. Paradójicamente, se embarcará en una odisea contra el anticristo, hasta acabar drogado y colgado del luminoso de Schweppes en la Gran Vía de Madrid, en una de las escenas míticas del cine español.
Santiago Segura en 'El dia de la bestia’.
Julia, una agente inmobiliaria con suerte
Una de las primeras protagonistas femeninas del cine de Álex de la Iglesia. Julia, interpretada por Carmen Maura, es la heroína y, a la vez la antiheroína de La comunidad (2000), una agente inmobiliaria que da fortuitamente con el dinero que un vecino recientemente fallecido ocultaba en su apartamento. Un botín que todos los vecinos codician desde hace años. Ella hará lo que sea para retenerlo poniendo en riesgo su vida colgada de la pata de una de las estatuas de caballos en la azotea del edificio del antiguo Banco de Bilbao en la madrileña calle de Alcalá. Pero no es como el resto de sus vecinos y se libra de la pesada carga física y emocional para salvarse.
Carmen Maura en 'La Comunidad'.
Nino y Bruno, dúo cómico a tortazo limpio
La televisión ha dado parejas cómicas, como Tip y Coll y Martes y Trece, presentes en la memoria sentimental de los españoles. Nino y Bruno, interpretados por Santiago Segura y El Gran Wyoming, son la quintaesencia de esos dúos en Muertos de risa (1999), un drama sobre la amistad. Encarnan a un buscavidas y a un imitador de Nino Bravo que llegan a la comedia por casualidad. Se quieren y se necesitan, pero al mismo tiempo se odian, mientras sufren los avatares del éxito: un ascenso vertiginoso (socorrido en los mandobles que Bruno estampa en la cara de Nino) y una (más) dolorosa e inesperada caída.
Santiago Segura y El Gran Wyoming en 'Muertos de Risa'.
Mujer cabreada, casi bruja
Corpulenta, de voz ronca, el carácter agrio y muy dominante, así es el tipo de mujer mayor que Álex de la Iglesia dibuja hasta en seis películas y todas interpretadas por la bilbaína Terele Pávez. La dueña de una pensión en El día de la bestia (1995), una vecina cotilla y avariciosa con muy mala leche en La comunidad (2000) o la dueña de una tasca cochambrosa en El bar (2017), entre otras, viven a través del aspecto robusto y severo que aporta la actriz, incluso, un poco brujeril. No en vano, también da vida a una hechicera en Las brujas de Zagarramurdi (2013).
Terele Pávez en 'El bar'.
Payaso triste con metralleta
“Si no fuera payaso sería un asesino”, argumenta el payaso tonto en una de las primeras escenas de Balada triste de trompeta (2010). “Pues yo también”, responde el payaso triste, encarnado por Carlos Areces, un personaje que sufre una grotesca transformación, hasta convertirse en un loco con metralleta, durante los últimos años del franquismo. Su demencia es fruto de su sed de venganza y su feroz lucha contra el payaso tonto por el amor de una trapecista. En su novena cinta, De la Iglesia da protagonismo a los payasos, una de sus obsesiones profesionales —cuenta con una novela titulada Payasos en la lavadora (Planeta, 1997)— y también un ingrediente habitual en multitud de películas de terror.
Carlos Areces en 'Balada triste de trompeta'.
Rafael, un dandi de grandes almacenes
Rafael es un icono de la sociedad de consumo: ambicioso y repeinado dependiente que alimenta su ego seduciendo a sus compañeras en unos grandes almacenes. El protagonista de Crimen ferpecto (2004), una comedia negra, es un triunfador de la mediocridad, interpretado por Willy Toledo. Igual que para Julia (Carmen Maura) en La comunidad (2000), su motor es el ansia de dinero y estatus hasta el punto de tener que renunciar al libertinaje y su devoción por la belleza femenina al verse obligado a casarse con la que menos le gusta de su planta para ocultar un secreto.
Willy Toledo en 'Crimen ferpecto'.