REPSOL

Futuro o realidad

Piedras que se transforman en rocas digitales. Coches propulsados por energía eléctrica y gasolina ligera. Microchips que encierran en su interior todo un yacimiento petrolífero… Así es el futuro según Repsol.

Estos tubos, llamados “testigos” contienen muestras de petróleo llegadas de todos los yacimientos de Repsol en todo el mundo. Los analizan y estudian la calidad del ‘oro negro’.
En ese minúsculo microchip se encuentra toda la información desarrollada previamente en los proyectos Neptune, Sherlock I y Sherlock II . Todo un yacimiento en tan solo una micra.
Cristina Ibáñez es matemática y trabaja en los proyectos Excalibur y Pegasus, en los que desarrollan sus propios algoritmos para simular los yacimientos y conocer cuál es el plan óptimo para extraer el petróleo.
Pionera en esta tecnología, en Sherlock II se realiza un doble digital de las muestras que se extraen del subsuelo. ¿Quién quiere una roca si la puede tener en un ordenador?
En el Centro de Tecnología Repsol, ubicado en la localidad madrileña de Móstoles, trabajan más de 300 científicos e investigadores. Es el corazón de la innovación de Repsol.

E l Centro de Tecnología Repsol es el artífice de esas innovaciones que, aunque no lo parezca, son realidad. Ubicado en Móstoles, en este ‘campus’, a la vanguardia en investigación, trabajan más de 300 personas en proyectos energéticos y sostenibles y es el lugar en el que se da a luz toda la tecnología que luego la compañía aplica en el resto del mundo. Entre esos proyectos se encuentran Sherlock I y II, Excalibur, Pegasus y Spain 2017.

Saber qué va a ser de nosotros desde un punto de vista energético puede parecer una cuestión alejada de nuestra vida cotidiana, pero nada más lejos de la realidad. ¿Quién no está preocupado por la luz, el gas, la gasolina o el medio ambiente? Pues en Móstoles, una pequeña gran ciudad a las afueras Madrid, se levanta el Centro de Tecnología Repsol. Allí trabajan en distintos proyectos basados en tres conceptos: la sostenibilidad energética, medioambiental y económica. Según la Agencia Internacional de la Energía en los próximos años la población se incrementará hasta los 10.000 millones (ahora somos 7.300), sobre todo en India, China y África. ¿Qué quiere decir esto? Que a más gente, más energía se consumirá. Por eso el fin último del Centro de Tecnología Repsol es ser capaces de que, ante ese aumento de la población, se pueda vivir con tan solo un incremento de la demanda energética del 15%. Y para conseguirlo están llevando a cabo proyectos que podrían ser ciencia ficción… pero que ya son realidad.

El futuro del mundo en cifras

Los ‘sabios’ del Centro de Tecnología Repsol persiguen que, ante el futuro aumento de la población, solo haya un incremento de la demanda energética del 15%

*Se trata del 60-80% del mix energético (consumo de energía a nivel mundial). El porcentaje varia en función de los escenarios previstos (current policies, new policies 450 ppm CO2)

ROCAS DIGITALES

Entre todos esos planes para un futuro mejor (y más sostenible) que está realizando Repsol se encuentra, el proyecto Sherlock II, que nació hace cuatro años y que ahora se utiliza en las unidades de negocio de la compañía. Como explica el venezolano Carlos Santos Molina, director del proyecto y geofísico: “lo que hacemos aquí es digitalizar la información para obtener lo que hasta hace unos pocos años se llevaba a cabo desde el punto de vista analógico, que era someter a todo tipo de pruebas a las rocas, estirarlas, darles corriente. Ahora, en vez de hacerlo en el mundo real, lo realizamos en su doble digital”. ¿Para qué extraer un puñado de piedras y rocas si con apenas una muestra se puede saber qué hay ahí abajo? A golpe de un sencillo clic en la pantalla del ordenador analizan cómo se comporta el subsuelo, si es apto o no para realizar una prospección petrolífera, si hay o no hidrocarburos. Con una máquina ultrapotente de rayos X, los científicos obtienen una imagen digital de las rocas, sin necesidad de llevar a cabo costosas extracciones en el subsuelo.

MAPAS GEOLÓGICOS

Claro que, para llegar a la digitalización y conocer si el petróleo que fluye bajo nuestros pies es de calidad, es necesario obtener antes muestras reales, y ahí entra en juego otro proyecto de Repsol, Sherlock I. ¿Qué cuál es su misión? Conocer qué ha ocurrido bajo la tierra en los últimos 150 millones de años, para deducir si hay probabilidades o no, de que haya hidrocarburos. Los que trabajan en este proyecto son como detectives, en busca de las huellas del sistema petrolífero: “Aquí trabajamos –comenta Miguel Ángel Caja, uno de los investigadores inmersos en este proyecto– con los elementos del sistema petrolífero, que son cinco: primero obtenemos una roca madre, rica en materia orgánica, que es donde se genera el hidrocarburo; éste migra hacia la superficie bien por la roca o por fracturas naturales y pasa por los reservorios, que es donde pueden quedar atrapados; nos faltaría un sello (lo que crea la trampa y encierra el petróleo o el gas); y el último sería el tiempo”.

INTUICIÓN MATEMÁTICA

Interrelacionados con los Sherlock se encuentra el proyecto Neptune, en el que se analizan muestras de crudo procedentes de todos los yacimientos. Y también Excalibur y Pegasus. El primero consiste, en palabras de la matemática Cristina Ibáñez, “en desarrollar formulaciones y algoritmos para poder simular los yacimientos y conocer cuál es el plan óptimo de explotación, de qué manera extraer el máximo petróleo de la manera más eficiente posible”. El segundo, Pegasus, es el nuevo reto del Centro de Tecnología Repsol, y supone la primera aplicación al mundo de petróleo de métodos cognitivos “algo así como introducir en una computadora todos los datos obtenidos en los diferentes proyectos de Repsol y que esa máquina tenga capacidad de análisis y genere sus propias reglas, conclusiones y previsiones”.

LA ‘ENERGÍA’ DE MÁRQUEZ Y PEDROSA

Aquí se fabrica la gasolina de los pilotos

En un espacio ubicado en el exterior del Centro de Tecnología Repsol se amontonan bidones y bidones de combustible. Pero no uno cualquiera. Es la gasolina que mueve las motos de Marc Márzquez y Dani Pedrosa, la energía que les impulsa durante las carreras de MotoGP a lo largo de todo el año. Un investigador del Centro de Tecnología Repsol desgrana este pequeño secreto: “Aquí fabricamos unos 40.000 litros. Los dos pilotos utilizan unos 10.000 en carreras y cerca de 30.000 en pruebas, en entrenamientos. Nosotros, de la mano de Honda, desarrollamos conjuntamente y al mismo tiempo y con un año y medio de antelación, el motor, lubricante y el carburante; al jugar con tres variables al mismo tiempo, vas mejorando de manera simultánea. Este proyecto de desarrollo tecnológico no lo tiene ningún otro equipo en el mundo. Lo que hacemos aquí, luego lo replican exactamente igual en Honda en Japón. Y viceversa”.