Esta mañana, mientras cientos de miles de conductores arrancaban el coche, la cuenta de Twitter de la Dirección General de Tráfico estaba lanzando un mensaje de advertencia o consejo. Hoy, ayer, todos los días: una sugerencia para evitar los errores más comunes de los automovilistas, repetidos constantemente en la carretera.
Para corregirlos, por suerte, en el asiento del copiloto aparece la tecnología. Conducir en el futuro será más fácil gracias a innovaciones como las que propone el nuevo Ford Focus, ya a la venta en España. No te hace falta un coche autónomo ni un piloto automático: lo que necesitas en un automóvil es un compañero de viaje inteligente como el sistema Ford Co-Pilot360, una tecnología que te apoya al volante cuando verdaderamente lo necesitas.
Una de las prácticas más extendidas y peligrosas, especialmente en situaciones de tráfico denso. Cuando alguien se pega al coche que lo precede, un frenazo puede resultar fatal. El control de crucero adaptativo con mantenimiento de carril asiste al conductor manejando la aceleración y la frenada para respetar la distancia de seguridad. Además, hace correcciones de volante para mantener el vehículo centrado en el carril.
Una actitud peligrosa que causa 300 muertes al año en España y, con suerte, simplemente se queda en una multa. Pero la tecnología soluciona el problema definitivamente: gracias a la cámara frontal del Ford Focus y al mapa GPS, el control de crucero adaptativo con reconocimiento de señales de tráfico establece la velocidad automáticamente.
No hace falta ser un conductor temerario para ser cazado por un radar. A veces basta con despistarse un segundo para no darse cuenta de que un tramo concreto de vía tiene una limitación específica de velocidad. Aunque el control de crucero no esté activado, el reconocimiento de señales de tráfico las muestra en el panel de instrumentos. El sistema se ilumina cuando se sobrepasa el límite de velocidad.
Son los usuarios más débiles de la vía pública y pueden resultar muy mal parados en un choque. El asistente de precolisión está diseñado para evitar los sustos: si detecta un posible atropello y el conductor no responde, el sistema aumenta su capacidad de respuesta: avisa de la colisión, frena ligeramente o, en último caso, entra en acción el frenado automático.
Frenar, acelerar, parar, desesperarse, arrancar de nuevo, despistarse un segundo y ver que el coche de adelante avanza y el de atrás pita… Un gran atasco desquicia a cualquiera. El control de crucero adaptativo con Stop & Go arregla el problema ya que se encarga de mantener la distancia establecida y acelerar o frenar cuando es necesario. Incluso el vehículo se detiene por completo y vuelve a arrancar automáticamente después de una parada corta.
Suele ocurrir en los atascos, pero también en ciudad en circunstancias normales, ya sea por un frenazo inesperado o por un despiste. En este caso entran en acción dos tecnologías del sistema Ford Co-Pilot360: el asistente de precolisión detecta el vehículo y activa el frenado de emergencia; si en ese momento el conductor gira el volante para evitar el golpe, el sistema de evasión de obstáculos suaviza o endurece la dirección en función de la necesidad.
La maniobra de estacionamiento puede ser un drama para mucha gente. Con el asistente de aparcamiento activo, el conductor solo tiene que encargarse de encontrar el sitio, acelerar y frenar. Una evolución de este asistente se encarga también de detectar el hueco y tomar el control del volante.
A veces ocurre que no hay visibilidad para salir de la plaza de aparcamiento (generalmente cuando se ha estacionado en batería) y resulta complicado echar marcha atrás sin miedo: existe el peligro cierto de que otro coche nos embista. La alerta de tráfico cruzado vigila la maniobra y se encarga de accionar el frenado de emergencia si detecta una posible colisión.
Este no es un error tan habitual porque, afortunadamente, la mayoría de los conductores normalmente no sufren percances, pero conviene estar cubiertos. En caso de que se produzca una colisión, el sistema frena por sí mismo para reducir la energía cinética del vehículo.
Los retrovisores son un invento imperfecto. Muestran fielmente lo que ocurre por detrás del vehículo, pero hay un punto, el punto ciego, el ángulo muerto, que se les escapa. Y ahí puede esconderse un coche justo cuando el conductor ha decidido adelantar. Si abandona su carril en ese preciso momento, impacta con él. El sistema BLIS del nuevo Ford Focus vigila el ángulo muerto para evitar este problema.