TECNOLOGÍA Y RECICLAJE
Buenas noticias para el medio ambiente: el compromiso de la sociedad española con el reciclaje va a más. Los datos oficiales de cierre de 2018 reflejan importantes subidas en el volumen de material reciclado, tanto respecto a latas, briks y envases de plástico (contenedor amarillo), como con papel y cartón (contenedor azul).
En 2018 se reciclaron en España 1.453.123 toneladas de envases a través de los más de 600.000 contenedores azules y amarillos disponibles para toda la ciudadanía. Cada español depositó en los contenedores amarillos, para su posterior reciclaje, una media de 15,7 kilos de envases de plástico, latas y briks. Es un 12,3% más que en 2017 y el mayor incremento en los 22 años de historia en España del reciclaje de estos residuos. Respecto a los contenedores azules, el promedio por ciudadano fue de 18,1 kilos de papel y cartón. Creció un 12,4% respecto a 2017.
Con casi 1,5 millones de toneladas recicladas, España alcanza una tasa de reciclaje de envases domésticos del 78,8%. Este porcentaje demuestra que la sociedad española camina muy adelantada respecto a las obligaciones marcadas por la UE, que establece que los países miembros deben alcanzar una tasa del 65% en 2025 y del 70% en 2030. Los datos estadísticos de Eurostat, que hacen referencia al reciclado de todos los envases, reflejan también el compromiso con el reciclaje de la sociedad española. Frente a una tasa media de reciclaje en la UE del 67,1%, España se sitúa en el 70,3%, cuatro puntos porcentuales mejor que países como Italia y Francia y seis puntos más que el Reino Unido.
España alcanza
una tasa de reciclaje
de envases domésticos del
78,8%.
El compromiso ciudadano es el principal motor de estas buenas cifras, pero debe ir acompañado por un trabajo constante desde todos los ámbitos de la sociedad: más contenedores, campañas de concienciación, acuerdos con ayuntamientos, puntos de reciclaje en todo tipo de espacios públicos… y una apuesta cada vez más clara y fructífera por la tecnología. El sistema de reciclaje en España cuenta con innovaciones punteras, como detectores de llenado en los contenedores, plantas automatizadas de selección de residuos o el asistente virtual A.I.R-e, que resuelve dudas sobre el reciclaje.
Otro aspecto en el que se está avanzando gracias a la tecnología es en el ecodiseño, es decir, lograr envases más ligeros, con menos materia prima, más reciclables y con menor impacto ambiental. Si hoy cogiésemos una caja de detergente y un envase de yogur de 1999 nos sorprenderíamos: actualmente pesan un 20% y un 18% menos, respectivamente, que hace 20 años.
¿Cómo será el reciclaje del futuro? Para avanzar más en la utilización de la tecnología para el reciclaje, Ecoembes -la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España- puso en marcha en 2017 The Circular Lab, un centro de investigación e innovación, único en Europa, que se asienta en las afueras de Logroño (La Rioja).
En The Circular Lab se investigan tanto propuestas nacidas en Ecoembes como proyectos impulsados por diversas start-ups, a las que el centro ‘incuba’ con recursos y asesoramiento. Uno de sus principales áreas de investigación es el ecodiseño, como explicaba en este artículo Óscar Martín, consejero delegado de la empresa: “Gracias a la colaboración con productores de materias primas, universidades, centros tecnológicos y empresas, ya trabajamos en proyectos como la compostabilidad de los envases más pequeños, envases monomateriales, y por tanto de mejor reciclabilidad, el diseño de envases de gran consumo a partir de material 100% reciclado y con una huella de carbono un 30% inferior, nuevos materiales como bioplásticos o la creación de envases comestibles”, explicaba.
Pero el ecodiseño es solo una de los áreas de investigación e innovación en The Circular Lab. La concienciación ciudadana acerca de la importancia del reciclaje también entra en su lista de tareas, porque allí también la tecnología tiene un papel que jugar. ¿Y qué mejor herramienta para desarrollarlo que la que todos llevamos encima, un teléfono móvil?
Por eso, una de las últimas grandes apuestas de The Circular Lab es el proyecto Reciclaje 5.0, que trata de convertir el reciclaje en un hábito digital. Su primera plasmación sobre el terreno es el programa Reciclos, un sistema de incentivos sostenibles al reciclaje a través del teléfono móvil.
Reciclos ya es una realidad, como prueba piloto, en centros públicos de Cataluña -dos universidades y un hospital- y en contenedores amarillos de barrios de las localidades de Igualada, Granollers, Sant Boi y la comarca del Pla de l’Estany. Su objetivo, determinar hasta qué punto el reparto de incentivos no económicos, que se logran a través del móvil, puede impulsar el reciclaje entre los ciudadanos.
TECNOLOGÍA Y RECICLAJE
Los datos del reciclaje de envases en España están por encima de la media de la UE, y también de los objetivos comunitarios marcados en su Plan de Acción para la Economía Circular. Sin embargo, todavía hay camino por recorrer para lograr una economía más sostenible medioambientalmente, capaz de cerrar el ciclo de vida de los productos.
Para lograrlo, Ecoembes -la organización medioambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España- está apostando por la tecnología a través de distintas iniciativas, como la investigación en ecodiseño, la sensibilización ciudadana, la gestión inteligente de residuos (smartwaste) y el fortalecimiento del tejido empresarial ligado a la economía circular. Esos esfuerzos se centralizan en The Circular Lab, un centro de innovación abierta sobre economía circular, único en Europa, en el que Ecoembes está invirtiendo, en el periodo 2017-2010, diez millones de euros.
Entre las últimas apuestas de este centro de innovación e incubadora empresarial destaca el proyecto Reciclaje 5.0, desarrollado en colaboración con la Generalitat de Cataluña. “Es un ejemplo de cómo la tecnología puede aplicarse al reciclaje de una manera disruptiva. Con él pretendemos buscar nuevos proyectos para seguir incrementando el compromiso de los ciudadanos”, afirmó durante su presentación Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes.
Reciclaje 5.0 investiga nuevas alternativas tecnológicas para incentivar al ciudadano. ¿Cómo puede la tecnología ayudarle a reciclar más y mejor? ¿Son necesarios los incentivos? ¿O solo útiles? El objetivo final es lograr que el reciclaje se convierta en un hábito digital. La ecuación es, a priori, sencilla: si el reciclaje es más gratificante, será más frecuente.
Al mismo tiempo, Reciclaje 5.0 se engarza con la definición de Naciones Unidas de ciudades inteligentes, las que usan la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de la urbe y de su economía, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger la naturaleza. Se prevé que la población urbana global aumente un 63% entre 2014 y 2050, frente al 32% de aumento poblacional global, y ese aumento plantea importantes retos sobre la sostenibilidad de la gestión de residuos y su reciclaje.
Todas estas líneas maestras están detrás de una realidad ya palpable en varios puntos de Cataluña: el programa piloto Reciclos, que comenzó el pasado junio y durará todo 2019 en barrios de tres municipios (Igualada, Granollers y Sant Boi de Llobregat), la comarca de Pla de l’Estany, dos universidades y un hospital. La inclusión entre los puntos seleccionados de espacios públicos no es casual: se trata también de incentivar el reciclaje fuera del hogar, donde también se pasa mucho tiempo y se consumen un elevado número de latas y botellas.
Como tantísimas cosas en la economía digital: a través del teléfono móvil. El ciudadano, previamente inscrito en una web, fotografía en su hogar y con su ‘smartphone’ los envases que va a reciclar, vacíos y con el código de barras visible, obteniendo puntos o “Reciclos”, hasta un límite semanal. Cuando va a depositar la bolsa al contenedor amarillo, escanea el código QR presente en el contenedor, y deposita los residuos, como lo hace normalmente, de esta forma completa el ciclo del reciclaje, de la misma forma que siempre y puede seguir sumando puntos. Todo queda registrado y así, cada vez que recicla en casa, recibirá un reconocimiento por su compromiso: obtendrá Reciclos y los podrá canjear por un incentivo sostenible.
Reciclos es solo un paso más en una tendencia creciente: la llegada de la digitalización a los procesos de reciclaje. Como sucede en todos los ámbitos, la tecnología también aporta aquí valor añadido: eficiencia, trazabilidad, rapidez en los procesos… La digitalización es una herramienta clave, todavía por desarrollar en toda su potencia, en la apuesta por una economía volcada en el reciclaje y, por tanto, más sostenible.