EL PAÍS

En la piel de un refugiado: Latinoamérica

“Simplemente, te tocó”

La conclusión a la que han llegado los policías es devastadora: “Simplemente, te tocó”. Tu hijo no estaba metido en problemas, ni tenía enemigos. Pero vives en un país en el que las calles están controladas por pandillas que extorsionan, violan y matan, a veces solo por diversión o para intimidar. Estar en el lugar y momento equivocados te puede costar la vida. Los policías dicen que volverán a llamarte y te piden que sigas colaborando en la investigación, pero sabes que si lo haces puede que quienes mataron a tu hijo vuelvan a por ti.