La colaboración público-privada entre universidades y empresas permite a los investigadores conocer de primera mano las necesidades del mercado y, a las compañías, aprovechar la sabiduría de los laboratorios académicos. Puedes contribuir a ello apostando por las marcas que participan en este tipo de acuerdos y estudiando carreras científicas para participar en la investigación.

Consume marcas de empresas que colaboren con las universidades en innovación.

Eso favorecerá el desarrollo de nuevos productos y servicios en el mercado, que pueden hacer sus vidas más fáciles y saludables. Elegir las marcas y compañías más a la vanguardia de la ciencia y la investigación repercute en el beneficio de todos.

Según el Índice Mundial de Innovación 2017, elaborado conjuntamente por la Universidad Cornell (Estados Unidos), la escuela de negocios francesa Insead y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en los últimos años la región no ha mejorado significativamente con respecto a otras áreas y ningún país de América Latina y el Caribe presenta mejores resultados en innovación con respecto a sus niveles de desarrollo.

Uno de los factores que influyen en eso es la distancia entre la investigación y la realidad empresarial. El Banco Mundial, en sus exámenes del gasto público en ciencia, tecnología e innovación de Perú, Colombia, Chile y otros países, señala que suele existir una brecha entre lo que la industria necesita y lo que las universidades están investigando.

Estudia una carrera centrada en la innovación y conectada con las necesidades de la sociedad.

Muchos investigadores jóvenes están buscando ámbitos profesionales nuevos, que ponen más énfasis en los impactos positivos directos en la sociedad. En muchos países desarrollados, los acuerdos público-privados permiten que los estudiantes hagan prácticas en las empresas y los empleados de estas den clases en las universidades. Hay mucho espacio en América Latina para expandir este tipo de acuerdos, según los expertos. Los proyectos deben incluir también a empresas (y universidades) extranjeras, señala uno de los informes del Índice Mundial de Innovación, para lo cual es fundamental la labor de los diplomáticos.

El Banco Mundial desarrolla desde 2008 en Argentina un Proyecto de Fomento de la Innovación Productiva (financiado con 150 millones de dólares primero, y con otros 45 millones en 2016), uno de cuyos resultados más importantes es el cambio de actitud entre las principales partes interesadas sobre la función de la ciencia y las universidades y su interacción con las empresas y el sector privado.

Así, está ganando terreno la idea de que las universidades y los centros de investigación también tienen la responsabilidad de promover el desarrollo económico y social local a través de la aplicación y transferencia de conocimientos a la sociedad.

Apoya a empresas que trabajen unidas para potenciar la innovación.

as empresas son agente esencial para impulsar la investigación en la sociedad. La colaboración entre empresas ayuda a hacer extensibles sus avances a toda la sociedad. Un ejemplo es el compromiso firmado por 12 empresas mexicanas líderes en el sector de Alimentos y Bebidas no alcohólicas para apoyar la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso y Obesidad.

Los premios a la innovación son un apoyo a iniciativas y proyectos relacionados con la investigación. La Industria Mexicana de Coca-Cola, por ejemplo, impulsa el Premio de Investigación en Biomedicina Dr. Rubén Lisker que reconoce la labor de diferentes proyectos que buscan la mejora en la salud y el bienestar general.