Conseguir una economía más eficiente y menos dependiente del carbono y, por tanto, menos contaminante, es uno de los principales objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, en concreto para América Latina y el Caribe. La industria puede tener un papel crucial en el proceso, gracias a la innovación y a la incorporación de nuevas tecnologías. Un ejemplo de ello es la industria de las bebidas, que invierte en innovación para conseguir envases más ecológicos y procesos de fabricación más eficientes.