El desarrollo de nuevos cultivos y productos alimenticios permite conseguir alimentos más completos, resistentes y adaptados a las necesidades y gustos de los consumidores. Se trata de técnicas como la biofortificación, que desarrollan cultivos con más poder nutritivo. Puedes poner tu granito de arena a este propósito ayudando a las organizaciones que los desarrollan y apostando por el consumo responsable.

Apoya el cultivo de productos con más poder nutritivo.

Existe la idea, dicen los expertos, de que la desnutrición y el hambre son iguales, pero en realidad no es así: muchas personas están desnutridas, no porque tengan hambre, sino porque su dieta carece de nutrientes. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas contribuye a que se potencien este tipo de productos y cultivos. Uno de sus proyectos se desarrolla en Panamá, cuyo Instituto de Investigación Agrícola promueve la producción local sustentable, el consumo y la comercialización de cultivos biofortificados en las zonas rurales con el apoyo técnico proporcionado por la ONU.

La biofortificación utiliza tanto técnicas convencionales como la selección artificial (ingeniería genética) para mejorar los cultivos y que tengan mayor valor nutricional. Así, combate la inseguridad alimentaria y las deficiencias nutricionales sin alterar los hábitos de consumo. Los alimentos biofortificados, además, no tienen un sabor diferente al de las variedades convencionales. Estos métodos se distinguen de la fortificación tradicional en que tratan de que los alimentos sembrados sean más nutritivos desde la semilla.

El programa Harvest Plus, coordinado por el consorcio mundial de centros de investigación CGIAR, trabaja en Latinoamérica, en colaboración con productores de semillas públicos y privados, en diversas variedades de cultivos biofortificados: maíz, batata, caupí, yuca y frijoles en Brasil, o frijoles de hierro en El Salvador, Panamá, Nicaragua y Guatemala.

Ayuda a combatir las enfermedades.

La inseguridad alimentaria afecta especialmente a personas con VIH. El Programa Mundial de Alimentos distribuye en Bolivia cestas de alimentos con soja, que ayudan a las personas con VIH a alcanzar pesos adecuados y potenciar su sistema inmune.

Elige productos de marcas que apuestan por la innovación y la salud.

Para la población general, que no está malnutrida ni enferma, el reto de las empresas es conseguir productos más saludables, encontrando el equilibrio entre un sabor atractivo y unos ingredientes beneficiosos. La reducción de la cantidad de azúcar, por ejemplo, es fundamental para ese objetivo. Una vez encontrados los ingredientes naturales alternativos al azúcar, las empresas deben ajustar la cadena de suministro y los tiempos y ciclos de cultivo, así como conseguir la aprobación regulatoria en los distintos países.

 

La Industria Mexicana de Coca-Cola lleva 41 años impulsando el desarrollo de la investigación científica en México con el apoyo al Premio Nacional en Ciencia y Tecnología de Alimentos (PNCTA).