El IoT avanza a un ritmo de locomotora. Actualmente hay más de 7.000 millones de aparatos conectados, desde drones que prevén incendios hasta ropa que mide el ritmo cardíaco.
Nada más despertar ya estamos conectados. Hoy, por ejemplo, podemos enviar una señal a la cafetera, a través de nuestro reloj inteligente, para que prepare nuestra bebida favorita.
Algunas neveras identifican y registran nuestros alimentos. Incluso nos envían una señal cuando estamos en el trabajo en caso de que algo esté a punto de caducar.
Gracias a los asistentes virtuales podemos hacer compras online y reproducir música o nuestra película favorita, entre otras cosas, sin mover un dedo.
También existen medidores de energía, con los que se monitoriza el consumo en tiempo real, y cerraduras inteligentes que se controlan a distancia a través de un móvil.
¿Necesita proteger su hogar o negocio? Una cámara inteligente que envía alarmas ante presencias indebidas en determinados espacios es la solución.
Fuente: Iot Analytics
Teléfonos, tabletas y ordenadores portátiles conectados. En miles de millones.
Dispositivos IoT en miles de millones.
En este aquí y ahora, la jungla de asfalto se levanta como una gran red de sensores que ‘hablan’ entre ellos.
Los coches, motos, camiones y otros vehículos se comunican con las infraestructuras (puentes y carreteras) y los centros de control de tráfico.
En las entrañas de los vehículos existen aparatos con gestión telemática y sistemas predictivos que alertan al usuario de posibles averías.
En Segovia, Telefónica y Seat han conectado un coche a un semáforo (equipados con una cámara térmica y un sistema de comunicación) que avisa al vehículo cuando la señal está a punto de cambiar a rojo o si una persona va a cruzar la calle en una curva ciega.
En algunas ciudades de España es posible encontrar alumbrado público con focos LED que se enciende solo cuando detecta movimiento sobre una vía y que regula su luz según la hora del día.
194.000 M €
EE.UU
182.000 M €
CHINA
65.400 M €
JAPÓN
35.500 M €
ALEMANIA
25.700 M €
COREA
25.600 M €
FRANCIA
25.500 M €
REINO UNIDO
Fuente: International Data Corporation
Los diferentes sectores económicos han apostado, de una forma u otra, por incorporar el internet de las cosas a sus tareas diarias.
Los servicios sanitarios utilizan aparatos que, conectados al cuerpo humano, controlan, diagnostican, tratan y previenen una enfermedad.
Hoy en día es posible ver robots que hacen un coche en pocas horas. O encontrar máquinas que se comunican entre sí en los almacenes de las grandes empresas.
El sector agrícola cuenta con sistemas inteligentes que miden luz, humedad y temperatura del campo, pero también con drones para la detección temprana de incendios
Pedimos taxis a través de una aplicación y vemos su recorrido en tiempo real, al igual que seguimos la ruta de una camiseta que compramos en nuestra tienda favorita.
Fuente: IFR World Robotics 2018
Robots industriales en miles de unidades.
La transmisión de datos no conoce de descansos. La hiperconectividad lleva a que los sensores aparezcan en todo tipo de productos y actividades.
Desde una maleta que nos avisa cuándo ha salido del avión y la cinta en la que podemos recogerla hasta unas zapatillas que envían información al móvil sobre nuestro rendimiento.
Las camisetas de los jugadores de fútbol (y otros deportes) utilizan diferentes sensores para controlar un sinfín de parámetros: temperatura, velocidad punta, ritmo cardíaco y nivel de hidratación.
El IoT determina si el balón ha traspasado la línea de gol. Además, el Wanda Metropolitano es el primer estadio inteligente de Europa, 100% conectado con la tecnología de Telefónica.
Fuente: International Data Corporation
