REPSOL

El porvenir es inteligente

En los laboratorios de automoción de Repsol se llevan a cabo proyectos pioneros que avanzan cuál será el futuro de la movilidad, las nuevas costumbres al volante y qué tipo de energía reinará para que la sostenibilidad sea un hecho.

S i hablamos de automóviles sostenibles hay que hablar de coches eléctricos. Y esta es una de las principales tareas que se llevan a cabo en el Centro de Tecnología Repsol, conseguir que todo lo que rodea al mundo de la automoción sea más eficiente. Saben que es un ejercicio de prospección e innovación el llegar a un transporte impulsado solo por electricidad, y que aún falta tiempo para que sea una realidad, pero apuestan por ello. Entre otros ‘trabajos’ han desarrollado un sistema de carga rápida que no acorta el ciclo de vida de las baterías de litio (el gran problema) y ya han implantado esta tecnología en 30 estaciones de servicio. “Otro de los proyectos que hemos desarrollado –explica Dolores Cárdenas, investigadora de los laboratorios de automoción de Repsol– es el de Autogás de inyección directa para motores ligeros (diferente al Autogás actual), que consiste en suministrar el GLP (gases licuados del petróleo) directamente en la cámara de combustión para aprovechar todas las características de ese combustible en las motorizaciones actuales. Supone una reducción de emisiones del CO2 del 15% en comparación con lo que se emite con la gasolina convencional”. Valga como ejemplo que ya existen en España 400 de estos surtidores.

En el laboratorio de automoción de Repsol, que ocupa toda enorme nave, se investiga sobre el ‘cóctel’ de combustibles del futuro.

‘SPAIN IS BEAUTIFUL’

Pero aún hay más en los entresijos de la automoción del Centro de Tecnología Repsol. Se llama proyecto Spain 2017, en el que la idea es construir un prototipo de vehículo (en concreto un minibús de 19 plazas) en el que entren en juego diferentes formas de energía para que se ponga a ‘andar’. Como nos cuenta Dolores Cárdenas, “vamos a mezclar la energía de la gasolina ligera con la eléctrica. Va a ser un motor de propulsión eléctrica el que mueva la tracción y recibirá la energía, bien de una batería recargable o bien de un grupo generador”. Es decir, para Repsol, el futuro de las cuatro (o más) ruedas se encuentra en la fusión entre la energía eléctrica y la fósil (la gasolina ligera produce menos C02). Este proyecto, con un presupuesto de siete millones de euros, finalizará en diciembre del año que viene y en él también intervienen otros socios, todos ellos empresas españolas del sector automoción. Pero los científicos aún quieren ir un poco más allá. Pretenden recuperar también energía de los gases de escape y están investigando con dos alternativas: “Una es acoplar una turbina y un generador eléctrico en el tubo de escape, de tal manera que la energía de esos gases se convierta en eléctrica, y la otra opción es con termoeléctricos, que transforman la diferencia de temperatura en una diferencia de tensión”. El resultado lo sabremos en 2017.