En el siglo XVIII, los estudiantes también dibujaban cuando se aburrían en clase

Richard Beale hacía garabatos de pollos, barcos y perros mientras estudiaba ecuaciones en 1784

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El profesor de matemáticas está hablando de geometría. Le estás oyendo, pero no está tan claro que le estés escuchando. A la vez, estás haciendo dibujos y garabatos en tu libro de texto. Hasta que el profesor pasa por tu lado y, entonces, vuelves a los números. ¿Te resulta familiar? Pues no hablamos de ti, sino de un adolescente del siglo XVIII.

El Museo de la Vida Rural Inglesa, ubicado en Reading (a 65 kilómetros al oeste de Londres), ha difundido en Twitter imágenes de un libro de matemáticas que perteneció a Richard Beale, que en 1784, según las estimaciones del museo, tenía 13 años. "Como le pasa a cualquier adolescente, las matemáticas no podían llenar el vacío en el corazón de Richard. Él garabateaba", dice el museo en Twitter. Este es uno de sus dibujos.

Richard ha puesto pantalones a un pollo del siglo XVIII

El museo inglés publicó los dibujos del entonces joven Beale en un hilo de Twitter retuiteado más de 20.000 veces en ocho días desde 6 de octubre (puedes leerlo completo al final del artículo). En el hilo, el museo explica que encontraron el cuaderno en una caja llena de diarios de habitantes de Kent que tenían en su archivo. Beale vivía en una granja de Biddenden, un pueblo de la zona. El dibujo que más repite es el de un perro: "Creemos que la familia tenía este perro, que aparece por todos lados".

Creemos que la familia tenía este perro, que aparece por todos lados

Aquí está poseído.

Aquí está persiguiendo a un conejo con un amigo.

Este perro ha visto algo muy serio.

"Richard Beale es una de las muchas personas a lo largo de la historia a las que les gusta garabatear. Es a través de estos dibujos como personas del pasado resucitan y parecen de carne y hueso", añade el museo en Twitter. Este niño inglés se las ingeniaba para que sus garabatos se adaptasen a formas geométricas y ecuaciones.

Richard también empieza a incorporar sus garabatos en sus cuentas matemáticas, con bellos barcos, faros, escenas callejeras y árboles

"Cuando ves a un adolescente de 13 años del siglo XVIII haciendo el tipo de garabatos que hacen los niños de hoy en día, te pones en su lugar. Hay una conexión instantánea. Además, es algo estúpido", dice en The Guardian uno de los responsables del museo, Adam Koszary.

La autora de Harry Potter, J.K. Rowling, ha compartido la historia en su cuenta de Twitter: "Este hilo es realmente maravilloso". El museo le ha propuesto que escriba una historia sobre el pollo con pantalones, a lo que Rowling ha contestado que "su mejor amigo será un pato con pasamontañas".

Dibujar para estar más atento

Dibujar mientras nos aburrimos no solo es cosa de niños y adolescentes. Si te fijas en tu próxima reunión, es muy posible que veas a compañeros haciendo garabatos en su cuaderno. También puede que lo hagas de forma automática cuando estás hablando por teléfono. Es algo natural y que no siempre implica que estés distraído.

Como explica la psicóloga de la Universidad de Plymouth Jackie Andrade en este artículo, hacer garabatos puede reforzar nuestra concentración durante momentos aburridos. "Una tarea simple, como hacer garabatos, puede ser suficiente para dejar de desconcentrarte -de tu tarea aburrida-", explica. En uno de sus experimentos, publicado en la revista Applied Cognitive Psychology, comprobó que las personas que hacían garabatos se quedaron con más datos de un mensaje aburrido que las que no dibujaban mientras escuchaban.

Cuando dibujamos, como se detalla en este artículo de The Atlantic, aumenta considerablemente nuestra capacidad de atención. Parece contradictorio, pero no lo es: dibujar hace que tu cerebro se active y, con ello, prestas algo más de atención a esa charla tan aburrida que te están pegando.

Los garabatos de Richard Beale

Vale, hemos encontrado algo impresionante y te pedimos que nos acompañes en este viaje.

Muchas de nuestras oficinas son como esta. Los habituales y deprimentes muebles de oficina, las estanterías y los carritos de archivos que *definitivamente* no deslizamos por los pasillos y...

cajas con diarios de Kent del siglo XVIII. Solo cosas normales de archivos.

Excepto que esto es un diario de granja normal. No es ni un diario. Es un libro de matemáticas de alguien llamado Richard Beale, de una granja de Biddenden, Kent.

Todas las generaciones de la familia Beale tenían un Richard y pensamos que el dueño de este libro tenía 13 años en 1784. Usaba el libro para escribir ecuaciones y problemas matemáticos.

Si Richard tenía 13 años, tenía buena letra. Sus cuentas de matemáticas son expuestas como un sueño. Pero, como cualquier adolescente, las matemáticas no podían llenar el vacío en su corazón.

Richard garabateaba.

Creemos que la familia tenía este perro, que aparece todo el rato

Aquí está poseído.

Aquí está persiguiendo a un conejo con un amigo.

Este perro ha visto algo muy serio.

Richard también empieza a incorporar sus garabatos en sus cuentas matemáticas, con bellos barcos, faros, escenas callegeras y árboles

Pero aquí hay algo que no esperábamos ver.

Richard ha puesto pantalones a un pollo del siglo XVIII

Richard Beale es una de las muchas personas a lo largo de la historia a las que les gusta garabatear. Es a través de estos dibujos como personas del pasado resucitan y parecen de carne y hueso. Nos encantan los archivos y nos encanta que la gente los use. Ponte en contacto si quieres.

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