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La serie ‘Adult Material’ o la pornografía que no se ve

La producción, protagonizada por Hayley Squires, plantea más preguntas que respuestas sobre ese mundo industrial del sexo

Hayley Squires, en 'Adult Material'.
Ángel S. Harguindey

Curiosamente la persona que mejor definió la serie Adult material (HBO y Filmin) es alguien que no la había visto, al menos a la hora de describirla. “La verdad es que no existe la fantasía en el porno. Todo es una mentira. Una mirada más cerca dentro de las escenas de la vida de las estrellas del porno te mostrará una película porno que no querrán que tú mires”. Hablamos de Shelley Lubben, conocida como Roxy en la industria, que relató sus vivencias en el documental Traffic Control.

Los cuatro capítulos de 45 minutos cada uno de la serie británica narra la ardua, y probablemente inútil, lucha de una actriz porno cercana a los 35 años, una excelente Hayley Squires, en contra de una importante productora de cine para adultos que encubre su maltrato hacia las actrices con unos salarios infrecuentes, aunque no exorbitantes.

Y naturalmente, al hablar de la industria del sexo, la cuestión económica resulta esencial: de acuerdo a los datos dados por la ONU, solo en el año 2018, el negocio del sexo movió más de 108.000.000 millones de dólares. El negocio más rentable del mundo después de las drogas. Claro que son cifras difícilmente verificables, puesto que los resultados financieros son escrupulosamente opacos. Al fin y al cabo, la opacidad monetaria parece ser ya una norma establecida en lo que Cecilia ya cantaba sobre “la alta cuna y la baja cama”.

En todo caso, Adult material es una serie muy correcta que sin excesos de ningún tipo plantea más preguntas que respuestas sobre ese mundo industrial del sexo y que permite al espectador contemplar a un también estupendo Rupert Everett en el papel del dueño y señor de la productora.

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