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Columna
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Trilogía

La miniserie ‘Red Riding’, adaptación televisiva de cuatro novelas policíacas de David Peace, utiliza los crímenes para desmenuzar el entorno social en el que se producen

Ángel S. Harguindey

Una de las ventajas de plataformas digitales como Amazon Prime es la de su fondo de armario, la posibilidad de recuperar series excelentes de hace años. Es el caso de la trilogía Red Riding, adaptación televisiva de cuatro novelas policíacas de David Peace cuya acción se desarrolla en 1974, 1980 y 1983, respectivamente. Una miniserie que en realidad son tres largometrajes con base geográfica en el condado inglés de Yorkshire, con distintos protagonistas y una línea argumental común: las desapariciones, torturas, violaciones y asesinatos de varias niñas en un largo viaje al fin de la noche de la crueldad humana, la corrupción policial y la codicia de los poderosos.

Producida en 2009 por Channel 4, con guion de Tony Grisoni y tres directores, la base son las novelas de David Peace y, como él mismo reconoció, su obsesión con “el destripador de Yorkshire”, un asesino en serie real que marcó su infancia en el industrial y depauperado Norte de Inglaterra. Peace, como James Ellroy, Dashiell Hammett o Raymond Chandler, utiliza los crímenes para desmenuzar el entorno social en el que se producen. No busca tanto sorprender al lector, o al espectador en este caso, con vueltas de tuerca imaginativas en la trama o Macguffins cinematográficos, como contextualizar los sucesos y mostrar la concatenación de situaciones: una clase trabajadora paupérrima, unos constructores despiadados y una jerarquía policial repleta de Villarejos y Billy el Niño, y todo ello bajo la Jefatura de Gobierno de Margaret Thatcher, “la dama de hierro”, la más firme defensora de los privilegios de los poderosos.

Peace describe lo que ve y recuerda, Grisoni lo adapta a la televisión y Channel 4 produce una de las mejores series británicas policiales que exhibe Amazon.

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