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España apura el plazo para decidir el plan de vacunación de los menores de 60

El Gobierno elude definir objetivos de inmunización por edades, al contrario que otros países como Alemania o Francia, que esperan que cualquiera pueda pedir cita desde junio

Pablo Linde
Vacunacion coronavirus
Vacunación en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, el 22 de abril.Albert Garcia

En términos futbolísticos, el plan de vacunación de España ha ido definiéndose “partido a partido”. En función de la llegada de dosis, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han configurado los sucesivos grupos y qué fármacos les correspondían. Una vez planificado qué hacer con los más vulnerables ―los mayores de 60 años y las personas con ciertas patologías―, el siguiente partido será definir qué pasa con quienes tienen entre 50 y 59 años. La última actualización de la estrategia de vacunación se limita a señalar que “recibirán la vacuna que se considere en función de la disponibilidad, el contexto de la pandemia y las evidencias”. Habrá que decidirlo en la primera quincena de mayo. Para entonces, la gran mayoría de los mayores de 60 ya habrán recibido al menos un pinchazo —más del 70% lo han hecho ya— y será el momento de comenzar con el siguiente grupo, en paralelo a las segundas dosis de los anteriores.

Después de fracasar con el objetivo de vacunar al 80% de los mayores de 80 años en marzo, el Gobierno español, a diferencia de otros de su entorno, no ha vuelto a adquirir más compromisos etarios. El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la semana pasada que a partir del 15 de junio las personas de cualquier edad ya podrían solicitar una cita, algo que ocurrirá desde el 15 de mayo para los que tienen más de 50 años. En Alemania las agendas estarán abiertas para cualquiera que lo solicite a partir de junio. Esto, como ha recalcado la canciller Angela Merkel, no quiere decir que vayan a vacunar a todos de inmediato, solo que pueden pedir cita.

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En España los objetivos vienen marcados por número de personas vacunadas, no por sus edades. El presidente Pedro Sánchez anunció a principios de abril el siguiente calendario: en la primera semana de mayo —esta— habría cinco millones de personas con la pauta completa, logro que se ha conseguido el lunes. La primera semana de junio se debería llegar a 10 millones. En la tercera semana de ese mes serán 15 millones. Como la vacunación avanza de personas mayores a más jóvenes, es fácil traducir esto a edades: en esa fecha deberían estar completamente inmunizados prácticamente todos los mayores de 60 y los trabajadores esenciales. Y, finalmente, en la cuarta semana de julio, 25 millones de personas, lo que es algo más que la suma de todos los mayores de 50 más los trabajadores esenciales.

Estos cálculos no son exactos porque la vacunación de una franja de edad se va solapando con otras. Se aplica a la vez la segunda dosis a unas personas y la primera a otras más jóvenes. Por eso, en unas semanas, antes de haber terminado con los mayores de 60 (que en buena parte están recibiendo AstraZeneca, con un intervalo de tres meses entre dosis) hay que empezar con los mayores de 50. Algunas comunidades explican a este periódico que ya están ultimando las listas para arrancar en breve, caso de Aragón. En Castilla-La Mancha prevén hacerlo a finales de mes. El lehendakari, Íñigo Urkullu, se ha atrevido a dar un plazo para este grupo, al que prevé tener vacunado “antes del verano”. Pero como recuerdan portavoces de los gobiernos canario y castellanoleonés, primero habrá que saber qué vacunas se usan.

Es difícil hacer cálculos exactos hasta que la Comisión de Salud Pública no decida qué fármacos se destinan a los menores de 60 años, algo que está todavía en el aire. Es prácticamente seguro que para ellos irán las de ARN mensajero (Pfizer y Moderna). De momento, está descartada AstraZeneca, por las raras trombosis con trombocitopenia que se han producido muy mayoritariamente en personas de menos de esta edad. Y falta saber qué sucederá con Janssen, otra vacuna sospechosa de producir estos infrecuentes efectos secundarios en personas más jóvenes. Al ser de una sola dosis, usarla o no en los siguientes grupos de edad será clave para acelerar el proceso de inmunización o que vaya algo más lento. España ha recibido algo menos de 300.000 dosis de este remedio, del que prevé disponer de 5,5 millones hasta junio. No usarlas con estos grupos sería renunciar a buena parte de ellas, una vez que la mayoría de los mayores de 60 ya tienen una dosis de otras, y fiarlo todo a Moderna y Pfizer.

Amós García Rojas, presidente de la Sociedad Española de Vacunología y miembro de la ponencia que asesora al Gobierno, explica a EL PAÍS que en las próximas semanas habrá que decidir qué se hace con este fármaco para definir el plan de vacunación de los que tienen entre 50 y 59. En paralelo, también es necesario que este mes haya una determinación sobre qué hacer con las personas menores de 60 que ya recibieron una dosis de AstraZeneca. La Comisión de Salud Pública decidió la semana pasada aplazar la decisión cuatro semanas, a la espera de que los estudios en marcha muestren si es adecuado administrarles un segundo pinchazo con Pfizer.

¿Cuál es el siguiente grupo?

El último grupo etario que define la estrategia de vacunación es el de personas de entre 50 y 59 años. Con los datos que dio Sánchez y la previsión de llegada de vacunas, es de prever que la inmunización comience en julio entre los menores de esta edad. Las comunidades consultadas aseguran que es pronto todavía para planear cómo será el proceso. Algunas, como Aragón y Andalucía, ya están abriendo agendas para que las personas a las que toque su dosis pidan cita, en lugar de que el sistema sanitario las vaya llamando uno por uno.

Aunque no está definido, Sanidad alude frecuentemente al siguiente grupo como el formado por quienes tienen entre 25 y 49 años, que consta de 16,7 millones de personas. Así está sectorizado, por ejemplo, en los informes de vacunación. Junto a los anteriores suman 35 millones de personas, algo más de un 70% de la población. El objetivo del Gobierno es haber inmunizado a esta porción a finales de agosto: es lo que se considera —en un cálculo muy superficial— suficiente para alcanzar una inmunidad de rebaño y que el virus deje de circular o sea, en todo caso, anecdótico. Tras ellos, y también en paralelo, como viene sucediendo, comenzarían también los de entre 16 y 25 años. Para los menores de esa edad no hay por el momento aprobada ninguna vacuna, aunque ya existen varios ensayos en marcha y la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) comenzó el lunes a evaluarlas, así que es probable que la vacunación entre los adolescentes pueda comenzar a principios del curso que viene.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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