Laura Varela
45 años / Responsable del Centro de Control de Red de Naturgy
En la lista de trabajadores que no detienen su actividad y están sacando adelante el país durante la crisis del coronavirus están cajeros, repartidores, transportistas y también Laura Varela. Su labor es quizá más invisible, pero igual o más importante: “Yo siempre se lo digo a mis amigos: sin luz no se podría hacer nada”, explica la responsable en Madrid del Centro de Control de Red de la compañía energética Naturgy, una unidad de la que dependen 3,8 millones puntos de suministro en toda España. El funcionamiento de los equipos médicos en un hospital, la actividad de la maquinaria en una fábrica o la energía que calienta un hogar; su supervisión es la garantía de que todo o casi todo lo que mantiene en marcha la vida en la actualidad no se detenga. “Desde que apareció el virus, mis compañeros y yo nos pusimos una prioridad: nos tenemos que cuidar más que a nadie. No podemos fallar. Sabemos que damos un servicio esencial”.
Esta empleada esencial de 45 años asegura que su rutina no ha cambiado demasiado desde la emergencia de la covid-19. Se sigue levantando cada día antes de las siete de la mañana. Acude a su puesto de trabajo, donde coordina a un equipo de una treintena de personas. Equipadas cada una de ellas con cuatro pantallas que actualizan en directo la información de la red de suministros de luz y gas, su misión sigue siendo la misma: detectar y resolver un posible problema y, en caso de que no sea posible, notificarlo para mandar a un equipo a resolverlo. Tanto antes como ahora, solucionar una complicación a tiempo puede ser vital.
“Somos conscientes de la importancia de lo que hacemos. Es nuestro compromiso personal: garantizar el abastecimiento de hogares, hospitales, oficinas y fábricas”
“Mi labor es de 365 días al año y 24 horas al día. Es el aquí y el ahora, gestión inmediata. Siempre digo que lo ideal es que una complicación surja a las 12 de la mañana y con sol, pero muchas veces no es así”, bromea Varela, que cuando regresa al hogar siempre está pendiente de incidencias. “Lo que más ha cambiado en mi día a día no es tanto en el trabajo, sino en casa. Evito al 99% las salidas. He ido unas pocas veces a un mercado al lado de casa y me traen la compra a domicilio. Estar bien, no tomar riesgos, es mi deber”, asegura.
Para garantizar su seguridad y evitar contagios todo el personal sigue unos protocolos comunes. Realizan turnos para cubrir todo el día, se toman la temperatura antes de sentarse en la mesa y allí llevan a cabo su labor equipados con guantes. Además, cada semana trabajan en una oficina diferente. “De momento no se ha contagiado nadie. Eso ya es un éxito”, comenta Varela.
En esa nueva normalidad, no tan distinta a nivel laboral de la que tenía unas semanas atrás, la responsable de Naturgy defiende la importancia de estar al pie del cañón. Ella misma y sus compañeros son un ejemplo de ello: “Creo que todos somos conscientes de que la importancia de lo que hacemos. Es nuestro compromiso personal: garantizar el abastecimiento de hogares, hospitales, oficinas y fábricas”.
Como respuesta a la crisis del coronavirus, Naturgy ha reforzado tanto sus equipos como protocolos de seguridad para garantizar el suministro a toda la población. La compañía no ha registrado ninguna incidencia en la distribución de electricidad asociada a la situación de excepcionalidad y está en permanente contacto con las autoridades para llevar a cabo planes de contingencia específicos en los puestos operativos críticos y garantizar el suministro energético a ciudadanos, hospitales, centros sanitarios y establecimientos de necesidades básicas.