José Ángel Usero
46 años / Gestión de pedidos en Supercor
José Ángel Usero trabaja normalmente en el Departamento de Comunicación de El Corte Inglés. Con la crisis por el coronavirus, se ofreció voluntario para dedicar media jornada a gestionar los pedidos en un supermercado de su barrio. Este zaragozano de 46 años toma nota de la lista de la compra por teléfono y prepara los productos en el Supercor del mercado de San Antón, en Chueca (Madrid). Del reparto se encargan los compañeros pero en algún caso él se presta. Gracias a ello se ha encontrado con una retribución muy especial.
Ha sido gracias a su vecina Irene, de 89 años. ¿Que un día le acerca un paquete de garbanzos? A la mañana siguiente tiene un táper de potaje listo. ¿Un kilo de harina? Pues unas rosquillas maravillosas. ¿Huevos? Tortilla para cenar… “Premios de la pandemia”, los llama. “Hacemos el intercambio en el rellano, enmascarados, con guantes. Casi parece que comerciamos con productos ilegales”, bromea. “Irene tiene familia pero vive sola”, explica sin afectación. Como muchos de los clientes a los que atiende cada día.
“Hay una señora del barrio, Ángeles, a la que llamamos todos los días. Es mayor y no tiene familia. Le preguntamos que tal está y le llevamos la compra”, afirma José Ángel Usero, que atiende pedidos telefónicos en el Supercor del Mercado de San Antón, en Chueca (Madrid)
Agradable en el trato y muy hablador, recibe llamadas de vecinos que no pueden salir de casa por ser población de riesgo. “Les damos apoyo moral. Les preguntas qué tal están y realizamos la compra de la manera más precisa posible”, cuenta este licenciado en Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas. Ya con la lista, recorre los pasillos, pasa por caja y deja el pedido preparado. Entre cuatro y seis al día. La tienda gestiona unos 25 en total.
El supermercado cuenta con una clienta insigne, Ángeles. “La llamamos todos los días. Es muy mayor y no tiene familia”, afirma este empleado con 16 años de carrera en El Corte, como él lo llama. “A Ángeles le gusta comprar lo que va a comer ese día. Si va a cocinar lomo a la riojana, compra los ingredientes el mismo día. Se lo combinamos con alguna otra cosa que pueda necesitar, como chocolate o laca”, cuenta. “Y siempre le llevamos una barra de pan 0,65 euros”, añade.
Usero dedica otras cuatro horas al día a teletrabajar en lo que era su actividad principal en la compañía. Prepara una agenda cultural interna para los empleados donde les recomienda películas, exposiciones virtuales o podcasts. Antes de la crisis programaba ciclos para los clientes sobre Moda y Cultura en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.
Usero teletrabaja la otra media jornada. Prepara una agenda cultural interna para los empleados donde les recomienda películas, exposiciones virtuales o 'podcasts'
Graduado en Historia del Arte y amante de los museos de la capital, vive en Chueca y por eso se ha integrado en la plantilla del Supercor de la zona, abierto todos los días de 9.30 a 21 horas. “Es un barrio muy amable en el que la gente mayor y los jóvenes se mezclan muy bien”, describe. “Se percibe en el súper. La gente está más pendiente del otro. Se va a generar esta pauta de solidaridad vecinal”, dice convencido.
Usero, con un posgrado en Moda y Negocios, lo que le valió para comenzar en El Corte Inglés como comprador de las colecciones de su marca de moda Sfera, no lleva el uniforme del supermercado sino una americana de sport y la acreditación de empleado. “Me ha sorprendido lo sano que come la gente del barrio. Mucho pescado, fruta, verdura, frutos secos. Yogures. La gente toma mucho yogur”, cuenta sorprendido. “Y por supuesto harina y levadura para repostería”. El Supercor del Mercado de San Antón cuenta con una buena bodega. “Hay clientes que se dan un capricho estos días y piden buenos vinos”. A veces, una necesidad.