Pilar Pollo
36 años / Ingeniera de Acciona
Pilar Pollo controla desde el pequeño municipio de Sarriguren, a la vera de Pamplona, más de 400 instalaciones de generación de energía renovable en todo el mundo. Allí se asienta el Centro de Control de Energías Renovables de Acciona, el cerebro que regula la producción eléctrica en cada momento. Un punto estratégico de la compañía que en estas fechas de excepción ha exigido a sus responsables una dedicación especial. La pandemia lo cambia todo. La variación en los picos de consumo han supuesto un cambio en el trabajo de la ingeniera Pollo, de 36 años, que controla instalaciones eólicas, hidroeléctricas y fotovoltaicas en 19 países desde sus pantallas, además de 268 subestaciones de transformación.
El consumo de energía ha dado un giro radical desde que se decretó el estado de alarma en España. El cierre de las industrias ha provocado una caída en la demanda de electricidad (hasta un 14%, según Red Eléctrica, el operador del sistema eléctrico en España), lo que ha afectado a su producción diaria y a la manera de gestionarla.
“Tenemos que garantizar el suministro de energía eléctrica. Esto no ha dejado de funcionar en ningún momento”
Pollo es una de las personas encargadas de velar por la seguridad de dicho sistema. “La peculiaridad del sistema eléctrico es que al final la demanda tiene que ser igual a lo que se está produciendo, es decir, no se puede almacenar. Y como la demanda ha bajado mucho, Red Eléctrica nos está exigiendo cambios de producción en función de lo que se está consumiendo, con el objetivo de guardar un equilibrio. Esto son peticiones que antes no nos exigían”, explica Pollo.
La ingeniera trabaja por turnos junto con sus seis compañeros para estar disponibles las 24 horas, todos los días a la semana. Desde Sarriguren, visualizan, controlan y operan la generación de la energía renovable. Al año gestionan más de 500.000 incidencias. “Día a día estamos atendiendo todas las averías que puedan producirse en los activos de energía e intentamos solucionarlas de manera remota. Si no, avisamos al personal de mantenimiento. Tenemos que garantizar el suministro. Esto no ha dejado de funcionar en ningún momento”, explica.
Afortunadamente, indica la ingeniera, el estrés no se ha extendido en sus puestos de trabajo, aunque el aislamiento laboral y las pautas del protocolo de seguridad sanitaria han ralentizado todo. “Cuando antes necesitabas cualquier cosa, te acercabas a un compañero y te ayudaba. Ahora, el proceso es un poco más lento y tenemos que tirar de teléfono o Skype. Se ha perdido cierta rapidez. Pero claro, el sistema eléctrico no está en una situación normal y te tienes que adaptar a la nueva situación”, añade.
El confinamiento ha provocado que el consumo en los hogares haya subido un 28%, según un sondeo realizado por Organización de Consumidores y Usuarios, aunque no equilibra la balanza de la bajada de consumo de las empresas. Estas, entre las que se encuentran miles de pymes, deben seguir pagando las facturas pese a seguir cerradas. Razón por la que Acciona se ha ofrecido a aplazar las cuotas hasta el segundo semestre del año.
Esta iniciativa se suma a otras 75 que la compañía está realizando con entidades públicas y privadas para frenar el impacto del virus. También, está coordinando la reconversión temporal de parte de su maquinaria, equipos y capacidad logística para llevar a cabo otros proyectos contra la propagación de la covid-19, como el uso de las furgonetas de su servicio de movilidad para llevar más de 200 medicamentos al día a enfermos crónicos hasta sus casas en Madrid.