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‘Influencers’ nocivas para la salud

El Ministerio de Sanidad trabaja ya con Google y requerirá también a las redes sociales que eliminen los vídeos en los que se recomiendan medicamentos

Pablo Linde
De izquierda a derecha y de arriba abajo: María Pombo, Marta Carriedo, Ana Moya, J. Muchelas, Marta Soriano y Paula Gonu.
De izquierda a derecha y de arriba abajo: María Pombo, Marta Carriedo, Ana Moya, J. Muchelas, Marta Soriano y Paula Gonu.

La demanda de una marca concreta de toallitas contra el acné creció desproporcionadamente en las farmacias españolas hace unos meses, según detectó el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCF) a través de las consultas de numerosos boticarios. Era la reacción inmediata a varios vídeos de varias influencers de las redes sociales que suman cientos de miles de seguidores y que habían recomendado este remedio. El problema es que este medicamento es un antibiótico que requiere receta médica, su publicidad al gran público está estrictamente prohibida por la ley y su uso indiscriminado puede crear problemas de salud.

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No es la única medicina que se recomienda en Internet como si fuera un libro o un perfume. El farmacéutico Guillermo Martín Melgar llevaba tiempo viendo cómo varias de estas líderes de opinión, sobre todo del mundo de la moda y el estilo de vida, aconsejaban a sus seguidores remedios que deberían ser prescritos por personal sanitario. El pasado septiembre comenzó a recopilar en su cuenta de Twitter todas las que encontraba, y la lista no paraba de crecer con este y otros fármacos:  una pomada que se usa para infecciones; un antiviral contra ciertos herpes; pautas sobre cómo tomar un antigripal para que no interfiera en el sueño; otro tratamiento contra el acné...

El Ministerio de Sanidad ya ha tomado cartas en el asunto. Ante la denuncia del CGCF, procedió a examinar el contenido disponible. En principio, se ha centrado en YouTube, que fue la primera plataforma de la que se recibieron quejas. Buscaban la promoción de medicamentos de uso humano autorizados en España realizada por terceros distintos de los laboratorios farmacéuticos que los comercializan. “Constatada la ilicitud de estas actividades publicitarias, por no ajustarse a los requisitos establecidos en el Real Decreto 1416/1994, de 25 de junio, por el que se regula la publicidad de medicamentos de uso humano [...] se requirió a la plataforma que de manera inmediata a la recepción de la comunicación procediera a la retirada de los contenidos o bien a hacer imposible el acceso”, asegura una portavoz de Sanidad, que aclara que al tratarse de un “requerimiento general”, inicialmente no se han identificado vídeos concretos.

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A finales de diciembre, Google (propietaria de YouTube) contestó mostrando su disposición de colaborar con las autoridades en la retirada de contenidos que infrinjan la ley. Pero, según ha explicado la compañía a este periódico, esto sucederá cuando reciban enlaces específicos, tras examinarlos uno a uno y constatar que vulneran los términos y condiciones de la plataforma.

YouTube no es el único sitio donde se promocionan estos contenidos. De hecho, según Martín Melgar, donde más se encuentran es en Instagram. El ministerio asegura que trabajará en la retirada de los vídeos en cualquier red social y que está colaborando con los consejos de colegios de médicos y farmacéuticos para atajar el problema. Estos proponen mesas que estudien contenidos que retirar y que ayuden a la concienciación de la ciudadanía y las empresas.

Ante las críticas que recibió por recomendar fármacos, la instagrammer Marta Carriedo explicó en un vídeo cómo con una crema para infecciones dermatológicas se le fue "en dos días" una infección en la oreja ("una bolita muy gorda"): "Qué más da que sea con receta, me ha funcionado. Es como si tengo anginas y mi médico me manda un medicamento con receta, pues evidentemente os voy a decir si hay uno que me funcione peor que otro. En fin, más de lo mismo. Yo paso de estas mierdas, me dan exactamente igual”.

Muchos de los vídeos de las influencers, como el anterior, no están ya disponibles en las redes donde los promocionaron, ya sea porque ellas mismas los han retirado o porque son publicaciones efímeras que desaparecen después de unas horas en línea.

Ana López-Casero, del CGCF, explica que la raíz del problema es “el desconocimiento” de la ciudadanía y “la banalidad” que la población le otorga da al medicamento. “Muchas personas piensan que es un producto de consumo más, como la ropa o un disco, pero no es eso, es un bien de salud. No queremos criminalizar a estas influencers; seguro que lo hacen con buena voluntad, pero las normas para promocionar un fármaco son muy estrictas y se deberían seguir también en los nuevos canales”, reclama.

La publicidad de medicamentos con receta está prohibida. Y las de los demás está sujeta a una estricta normativa: se tiene que indicar, por ejemplo, que se trata de un fármaco y que en caso de duda se ha de consultar con un médico o farmacéutico. Es algo que no sucede con las recomendaciones de las influencers.

Aunque los profesionales consultados aseguran que, en general, los fármacos que promocionan estas creadoras de tendencias no suelen ser muy graves para la salud individual, el mal uso de los antibióticos sí puede fomentar las resistencias microbianas, un problema de salud pública que preocupa enormemente a la comunidad internacional. El mal uso de los antibióticos favorece que las bacterias generen resistencias, lo que perjudica a la larga a la persona que los usa indiscriminadamente, ya que dejarán de serles efectivos y, de forma más general, a la población, ya que los medicamentos pueden perder eficacia.

“Estamos destinando mucho dinero en campañas y recursos para concienciar a la población de que haga un buen uso de los antibióticos, solo cuando sean necesarios y en las dosis adecuadas. Con vídeos como estos, que ven cientos de miles de personas, el esfuerzo puede ser en vano”, se lamenta López-Casero. La previsión de la Organización Mundial de la Salud es que las resistencias microbianas causarán 10 millones de muertes al año en 2050, más que el cáncer.

Mujer, joven, consejera de belleza y moda

Todas las influencers que han detectado tanto CGCF como Guillermo Martín Melgar responden al mismo patrón: son mujeres jóvenes creadoras de contenidos relativos a la moda. “Son blogueras que recomiendan de todo, desde ropita hasta crema, pasando por medicamentos, normalmente para belleza”, sentencia Martín Melgar.

“Uno de los problemas es que no aceptan las críticas de profesionales. Nos contestan insultando o bloqueando. Me han llegado a decir que no tengo ni idea, que ellas hablan de lo que les da la gana o que los farmacéuticos somos mafiosos”, relata este profesional. Lo mismo opina Lorea Bagazgoitia, de la Academia Española de Dermatología y Venereología autora de un blog de esta especialidad: “Una vez que se detectaron los vídeos intentamos corregirlo, pero nos encontramos con respuestas soberbias”.

EL PAÍS ha intentado contactar con las implicadas en algunas de estas polémicas sin recibir respuesta.

Algunos medicamentos recomendados

Antibacterianos dermatológicos. Se utilizan para tratar infecciones superficiales de la piel tales como impétigo, foliculitis y forunculosis. La influencer Marta Carriedo, con más de medio millón de seguidores en Instagram, recomendó una de estas cremas para una infección en la oreja, desatando una gran polémica entre los profesionales sanitarios en las redes sociales.

Anti-acné. Las toallitas impregnadas en el antibiótico eritromicina se usan en los tratamientos contra el acné. Varias influencers de moda con cientos de miles de seguidores (María Pombo, Paula Gonu, Carla Wonderland, entre otras) las han recomendado contra los granos o las espinillas. "Es para cuando tienes un grano como el que tenía yo. Probé mil millones de cosas y cuando probé esto, al día siguiente estaba seco", decía en un vídeo Pombo, con alrededor de 1,5 millones de seguidores en sus redes. Lorea Bagazgoitia, de la Academia de Dermatología explica que es un tratamiento insuficiente contra el acné si va aislado y que no está indicado para un uso "indiscriminado", sino que tiene que ir pautado por un profesional. "Ha hecho mucho ruido en las redes, pero ni siquiera es demasiado eficaz", asegura. Por su parte, Carla Barber, una médica con más de 200.000 seguidores,  recomendó en un vídeo otro tratamiento para el acné (en forma de cápsulas con isotretinoína) diciendo que servía "para que la piel esté bien y luminosa y más joven". Lorea Bagazgoitia, de la Academia de Dermatología, lo define como un tratamiento contra el acné "muy efectivo, pero que requiere supervisión médica".

Antigripales. Ana Moya, con más de 300.000 seguidores pautaba a sus seguidores uno de ellos "solo por la noche" por ser "más fuerte" que un conocido ansiolítico.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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