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Los centros de salud serán los encargados de detectar los casos tras el confinamiento

El presidente del Gobierno pide a las autonomías reforzar la atención primaria, mientras los médicos reclaman más medios y personal

Centro sanitario de atención primaria de Casernes, en Barcelona.
Centro sanitario de atención primaria de Casernes, en Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)
Pablo Linde

La atención primaria ha sido una de las grandes olvidadas de la crisis del coronavirus. En contadas ocasiones se ha mencionado su labor en las ruedas de prensa diarias que dan técnicos, ministros y el propio presidente del Gobierno. En los informes que cada mañana publica Sanidad y que los medios replican, aparecen las miles de muertes, casos, pruebas, hospitalizaciones y UCI. Ni una palabra de las consultas más cercanas, que atienden, según sus sociedades médicas, “a millones de personas con síntomas de covid-19”. El domingo, sin embargo, la primaria ha surgido como un pilar fundamental en la suavización del confinamiento: Pedro Sánchez pidió a los presidentes autonómicos “reforzar” esta red, que será uno de los “elementos fundamentales para definir la desescalada en cada uno de los territorios”.

Sánchez las señaló como futuras encargadas de realizar pruebas, seguir contactos y facilitar el aislamiento de los nuevos casos, pero ni el Gobierno ni las autonomías consultadas detallaron cómo será el refuerzo. Vicente Matas, vocal de la Comisión de Atención Primaria de la Organización Médica Colegial (OCM), asegura que la clave está en los test. Cuando dicen que atienden a millones de personas “con síntomas” es porque en la mayoría de los casos ni siquiera saben si tienen realmente la enfermedad. Pocos ambulatorios han hecho pruebas. Han supervisado las altas hospitalarias y los casos leves, y para estos no ha habido la capacidad diagnóstica necesaria. Lo normal ha sido prescribir aislamiento domiciliario y hacer seguimiento telefónico o presencial si empeoraba para remitirlos al hospital en caso necesario.

En vídeo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la comparecencia para informar sobre el Covid-19 del pasado sábado.Foto: ATLAS | Vídeo: EUROPA PRESS

Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, explica que por cada caso confirmado, los médicos de primaria han atendido una media de 18 adicionales. “A finales de marzo calculábamos un millón, pero a estas alturas se ha podido multiplicar por tres”, asegura. Si hay una desescalada, continúa, será necesario saber quién realmente tiene la enfermedad y trazar a todos sus contactos. “No hay mejor forma de hacer esto que con la red más cercana a los ciudadanos, los 10.000 centros de salud repartidos por todo el país. Hasta ahora, las pruebas están normalmente centralizadas y son un engorro burocrático”, añade. “Es clave acceder a las pruebas para confirmar o descartar el diagnóstico de sospecha y la inmunidad”, dice José Luis Llisterri Caro, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Más allá de pruebas, Tranche reclama más medios, tanto materiales como humanos. Además de los casos de covid-19, muchos doctores han tenido que aplazar consultas de enfermedades crónicas que quizás no resultaban tan urgentes. Pero llegará un momento en que tendrán que atenderlas. “Se puede formar un embudo entre estas y los casos que den coronavirus que seguramente hará necesario más personal”, explica. Esto, prosigue, podría ser facilitado con mejores medios técnicos: “Tener la capacidad de mandar un email a los pacientes o programar videollamadas por medios seguros y oficiales. Hay quien lo hace hoy en día, pero por su cuenta y riesgo”.

Un tercer factor que los consultados ven crucial es la seguridad. El 17% de los positivos por coronavirus han sido sanitarios y, aunque no hay una cifra oficial de fallecidos, el Colegio Oficial de Médicos de Madrid informó la semana pasada de que habían muerto 23 médicos por el virus; de ellos, 14 eran de primaria. “Somos los que estamos en primera línea”, explica el representante de la OCM. Los médicos de familia solicitan equipos de protección adecuados y que los hogares, que a menudo se tienen que visitar, sean considerados “zonas de alto riesgo”, puesto que se trata de “importantes focos de infección”. Al no estar así catalogados todavía, muchos facultativos han tenido que visitar a enfermos sin las medidas de protección adecuadas.

En los planes de contención en los que están trabajando las comunidades autónomas se están estudiando circuitos para separar a pacientes de enfermedades respiratorias con las de otras dolencias, según explica Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, que está trabajando en varios. “Es una medida que ya se hace donde se puede y que se ampliará”, asegura. En opinión del presidente de Semergen, “dada la más que probable onda epidémica en otoño” hay que seguir habilitando y reforzando las áreas de atención en los centros de salud a los enfermos con sospecha de covid-19, así como impulsar la expansión de la telemedicina para reducir la asistencia al centro de salud y así asegurar la contención de la enfermedad.

Planes territoriales

Cada territorio tendrá probablemente unas peculiaridades en función de la incidencia de la enfermedad. Madrid, a diferencia de otras regiones, no tendrá la oportunidad de reforzar su atención primaria, al menos hasta que termine de vaciarse el hospital de campaña que se abrió en el recinto ferial de Ifema. Para nutrirlo de profesionales, la Consejería de Sanidad decidió sacarlos del Summa 112 y la primaria, mayoritariamente. Para ello hizo una reorganización que supuso el cierre de las urgencias de noche y fines de semana y varios centros de salud por zonas, dejando centralizada la atención en algunos de ellos según la demanda. “Estamos reorganizando desde el principio para seguir atendiendo lo no demorable, lo urgente y continuar con el seguimiento telefónico a pacientes con coronavirus. Poco a poco se irá reforzando la primaria según Ifema vaya dejando de necesitar asistencia”, explican desde la consejería.

En Galicia la primaria será la que se encargue del estudio epidemiológico de 100.000 test que anunció la Xunta pero, pese a las carencias y sobrecarga que arrastran los centros de salud tras una década de recortes, no hay previsto ningún refuerzo de personal.

En Euskadi, el Servicio de Salud Osakidetza está elaborando un plan para la vuelta a la normalidad sanitaria, cuyas líneas directrices están orientadas a “recuperar la programación en el ámbito de la atención primaria”, pero también de las intervenciones quirúrgicas o las consultas externas o los programas de cribado poblacional. "La actividad asistencial debe ir recuperándose de forma progresiva y siempre con prudencia”, ha asegurado la consejera Nekane Murga tras constatar que la evolución de la pandemia en esta comunidad autónoma “mantiene una tendencia a la baja”. Este plan se irá ejecutando “a lo largo de las próximas semanas”, señalan desde Osakidetza, “en función del comportamiento de la pandemia” en el País Vasco, puesto que “la prioridad sigue siendo superar la emergencia sanitaria”, recalcan.

“Durante la fase de epidemia la atención primaria ya ha jugado en la Comunidad Valenciana un papel clave que ha funcionado bien. Se ha encargado de identificar casos posibles y ha hecho el seguimiento de todos los leves a través de equipos montados en cada departamento de salud. No todas las comunidades autónomas han montado estos dispositivos”, asegura una fuente de la Consejería de Sanidad. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, explica a EL PAÍS: “En el itinerario de la nueva normalidad es fundamental fortalecer la atención primaria, porque es así donde podemos detectar los nuevos casos y detener las nuevas olas que pueda haber de la epidemia”.

En Andalucía, la Junta maneja un informe elaborado por expertos de la Consejería de Salud, basado en las recomendaciones de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, que subraya: “Para proceder al desconfinamiento se debe valorar mantener la atención primaria para prestar asistencia urgente y no demorable, la monitorización clínica de casos que no sean covid-19, y asistir en el aislamiento domiciliario de contagiados del virus y el posible incremento de los casos”.

Fuentes de Sanidad de la Generalitat de Cataluña reconocen que todavía es pronto para pensar en ese fase, pero dan por hecho que las acciones se centraran en la gestión comunitaria. “Sucederá algo similar a lo que pasa con la gripe. Desde la campaña de vacunación con foco especial a los más vulnerables, hasta seguimiento y control de la población, pasando por la interacción con enfermos crónicos, se realizará en la primaria”, señalan estas fuentes.

Con información de José Marcos, Mikel Ormazabal, Isabel Valdés, Javier Martín-Arroyo, Sonia Vizoso, Jessica Mouzo e Ignacio Zafra.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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