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“Contra la violencia machista no hace falta un Código Penal más duro, sino una sociedad que les pone freno”

La ministra de Igualdad, Irene Montero, afronta la semana del 8-M con la presentación de la ley de libertades sexuales

La ministra de Igualdad, Irene Montero, el jueves en Madrid, en un patio interior del ministerio.Vídeo: INMA FLORES / LUIS ALMODÓVAR

Irene Montero entra en su despacho del Ministerio de Igualdad a paso ligero. Viene desde el Congreso, con su hija pequeña, a la que suele llevar al trabajo, en los brazos y el móvil en la oreja. A los 32 años es la ministra más joven del Gobierno. Durante la entrevista, este jueves, habla con seguridad y pasión de lo relacionado con el departamento que dirige, de su vida política. Y evita responder directamente a preguntas concretas si son sobre un tema del que no quiere avanzar detalles o que no le resulta cómodo. Afronta la semana del 8-M con la presentación de su principal compromiso desde que llegó al Ejecutivo: la ley de libertades sexuales irá previsiblemente el martes al Consejo de Ministros. En la jornada previa han sido asesinadas tres mujeres, dos por sus parejas. El tercer caso está en investigación.

Pregunta. Tres asesinadas en 24 horas, 1.046 desde que hay datos. ¿Cómo se acaba con esto?

Respuesta. Debemos actuar con determinación en el seguimiento y la detección. No puede pasar que todavía no seamos capaces de evitar esos asesinatos. Ese es el objetivo que tiene que tener un Gobierno feminista.

P. Hay medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género para combatir la altísima falta de denuncias. Se aprobó hace tres años, pero no se aplican.

R. Los plazos para desarrollar el pacto son lo más urgentes posibles. De hecho la ley de libertades sexuales viene derivada del convenio de Estambul [pacto europeo sobre la violencia hacia las mujeres] y del pacto de Estado. Para poder hacer frente no solo a la violencia que se da en el ámbito de la pareja o la expareja, sino a todas las violencias sexuales que a diario sufrimos las mujeres por el hecho de serlo. Antes se decía: “Mi marido me pega lo normal”. Ahora se dice: “En la calle, yo acoso lo normal”.

P. En la oposición no respaldaron el pacto aduciendo falta de fondos. Ahora son Gobierno, ¿cuánto y cuándo los ampliarán?

R. Fue una abstención para decir: queremos más. Por supuesto que este Gobierno va a cumplir a rajatabla con ese pacto. A nuestro juicio deberíamos haber llegado más lejos. Tenemos que ayudar a que el consenso se mantenga a nivel parlamentario. Ahora mismo está puesto en riesgo por un PP que, con la extrema derecha, está rompiendo el pacto.

P. No le pregunto por el consenso, sino por los fondos.

R. Es un debate de Presupuestos Generales del Estado, nosotras vamos a trabajar para que tenga recursos suficientes.

P. La ley de libertades sexuales prevé una revisión del Código Penal que rebaja algunas penas.

R. Es importante ver la foto entera de cómo quedan las reformas que proponemos para el Código Penal. El movimiento feminista siempre ha dicho que no tiene una reivindicación punitivista, que la solución es la educación. Las medidas fundamentales son de reflexión social, formación, prevención, sensibilización. Para erradicar las violencias machistas lo fundamental no es un Código Penal más duro, sino una sociedad que pone freno.

P. Hay una parte del feminismo que apoya la teoría queer que defiende que no se nace mujer, que no es un hecho biológico sino un constructo. Y otro sector alerta de que el hecho de ser mujer es la base de la desigualdad estructural.

R. El movimiento feminista ha hecho suyas muchas luchas de personas y sectores en una posición de desigualdad y ha puesto encima de la mesa que sus propuestas políticas para transformar la sociedad benefician a todos y a todas. Creo que una mujer trans forma parte del movimiento feminista y que el colectivo LGTBI o las mujeres racializadas luchen por sus derechos no va en contra de la lucha de las mujeres.

P. Quieren revisar el uso del tiempo. ¿Cuáles son los horarios de la ministra? ¿Concilia?

R. Lo intento. Ser una ministra con dos hijos y una hija debe significar, porque lo personal es político, que de alguna manera yo ayude a dar ese debate. Hay muchas mujeres que están en posiciones de mayor vulnerabilidad y que a lo mejor no tienen esa posibilidad. Es difícil, pero tengo mucho apoyo de mi equipo.

P. Acude con su hija menor a actos y la trae al ministerio. ¿Qué mensaje quiere mandar?

R. He elegido ese modelo de crianza y soy consciente de que es porque he podido. También hay mujeres que quisieran hacer eso y no pueden. He hablado de la crianza con muchísimas. Viven ese proceso con mucha culpa, en muchísima soledad y sintiendo que están haciendo algo mal. Es algo de lo que este Gobierno se debe ocupar.

P. ¿Qué medidas puede tomar Igualdad para que otras personas, si quieren, lleven a sus hijos al trabajo?

R. Hay muchas. Subir el salario mínimo o desmontar la reforma laboral pueden parecer medidas neutras, pero las mujeres nos vamos a beneficiar especialmente de ellas. Este Gobierno tiene que seguir fortaleciendo los permisos iguales de maternidad. Y una opinión personal que no está en el acuerdo de Gobierno. Debemos intentar acercarnos a los criterios de la Organización Mundial de la Salud, ampliando un poco los permisos de lactancia. Recomienda seis meses de lactancia exclusiva. Respeto a cualquier madre, si decide dar pecho o no. Pero tiene que poder decidir.

P. "A esta ministra le gustaría abolir la prostitución”, ha dicho. ¿Por qué no lo hace?

R. Hasta ahora, todos los Gobiernos de España no solamente no han podido dar muchos pasos encaminados a la abolición de la prostitución, sino que, a veces, han hecho lo contrario. La tercera locativa, que penalizaba a los proxenetas y a la industria, fue retirada por el PSOE. Lo que quiero decir es que no parece nada sencillo. Para mí es muy importante no ser una ministra que diga muchas veces soy abolicionista, sino respetar a las compañeras que no lo son y que considero compañeras feministas con las que puedo caminar. Reforzar todo aquello que nos permita construir una alianza feminista poderosa frente a la extrema derecha y, en concreto, en la cuestión de la prostitución. En este país, que es el tercer consumidor mundial de prostitución, creo que todos los avances que podamos hacer tienen que ir encaminados a la lucha contra la trata con fines de explotación sexual. Y luego poner encima de la mesa algo que es lo que casi nunca sale: la industria, que tiene unos vínculos económicos muy poderosos y que casi nunca está en el centro de los debates.

P. Actuaremos frente a las agencias que ofrecen vientres de alquiler a sabiendas de que está prohibido en nuestro país, dice el Acuerdo de Gobierno. ¿Qué van a hacer?

R. Vamos a actuar pronto porque para nosotros es una prioridad. Igual que no se puede publicitar la venta de órganos, es evidente que la mercantilización del cuerpo de la mujer es una cosa sobre la que no se puede hacer negocio ni publicidad. Es una actividad que no es legal.

P. Hace un año dijo: “La próxima persona que ocupe la secretaría general de Podemos será una mujer y será pronto”. ¿Vistalegre III no era un buen momento?

R. Este es un congreso en el que el debate central que tenemos es cómo Podemos se reorganiza para hacer lo que es ya, una fuerza de Gobierno. Pero no me cabe ninguna duda de que esa frase sigue siendo cierta. La próxima secretaria general, después del que ahora hay, será una mujer.

P. ¿Valoró quedarse al frente del grupo parlamentario en lugar de ser ministra?

R. Siempre he estado a lo que ha dicho ya no solo mi formación, sino el espacio del cambio [Unidas Podemos]. Es importante respetar esos debates. Yo estoy muy orgullosa de las decisiones que hemos tomado.

P. ¿No pierde fuerza el partido como contrapeso al PSOE con todos sus líderes en el Gobierno?

R. Creo que Unidas Podemos ha sido capaz de ser el espacio político que más caras visibles tiene, hemos sido capaces de conjurar ese riesgo.

P. Coaliciones de izquierdas en otros países europeos acabaron pasando factura electoral al partido en minoría ¿Cómo frenarán esa inercia?

R. Somos muy conscientes de que gobernar tiene riesgos. Es un proceso no exento de contradicciones y más cuando gobernamos en minoría. La base es ser capaz de llegar a acuerdos y ser muy honestas: estos son los acuerdos a los que hemos llegado, estas son las diferencias que siguen existiendo, esto es hasta dónde creemos que podemos llegar.

P. Acaba de comenzar la mesa de diálogo en Cataluña. ¿Qué final le gustaría?

R. Ahora es más importante centrarse en el camino. Llevamos diciendo mucho tiempo que este era un conflicto político que necesitaba de herramientas políticas para resolverse. Y estoy muy orgullosa de que este Gobierno haga esto. El final me gustaría que fuese encontrar un acuerdo, una solución.

P. ¿Un acuerdo que acaben votando los catalanes?

R. Lo importante es que al final haya un acuerdo.

P. ¿Siguen defendiendo que la libertad de los políticos presos contribuiría a rebajar la tensión en Cataluña?

R. Creo que en una cosa el Gobierno ha sido unánime: es importante sentarse a dialogar, todas las cosas se pueden expresar en esa mesa. Como ministra, me debo a lo que este Gobierno vaya comunicando de esa mesa.

P. ¿Los gestos en la mesa de diálogo buscan también allanar el camino de los Presupuestos?

R. Son dos negociaciones y dos procesos diferentes. Hay que ser responsables para entender que son objetivos de suficiente entidad para este país como para que les demos su entidad a cada uno.

P. ¿Se está hablando de la libertad de los políticos presos?

R. En la mesa de diálogo en Cataluña se está hablando de lo que tiene que ver con el diálogo en Cataluña.

P. Ustedes defendían esa posición hace unos meses. ¿Lo siguen haciendo?

R. La posición de Cataluña la fijamos como Gobierno y la hacemos pública con total transparencia. No tengo más que añadir.

P. ¿Han renunciado a defender el derecho de autodeterminación [en el programa del 10-N Podemos defiende un referéndum pactado] para consensuar esa posición común?

R. No renunciamos a nuestro programa, pero somos capaces de llegar a acuerdos. Uno no renuncia a sus ideas cuando entra en un Gobierno, lo que sí hace es llegar a compromisos y defenderlos. Luego la ciudadanía juzgará si eso que hemos hecho está bien.

“Calvo zanjó el debate sobre las devoluciones en caliente: el Gobierno no las avala”

El endurecimiento del discurso migratorio desde el Ministerio del Interior que dirige Grande-Marlaska y su posición de mantener las devoluciones en caliente tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que las avala ha generado tensión entre los socios de Gobierno.

 

Pregunta. El Ejecutivo da por zanjado el primer desacuerdo en la coalición por la política migratoria. Sin embargo, este lunes Pablo Iglesias aseguró que el Gobierno dejaría de hacer devoluciones en caliente. Un día después, el número dos de Interior dijo lo contrario. ¿En qué quedamos?

Respuesta. Insisto en que nuestra base es el acuerdo de Gobierno y también que cuando vamos a debatir algo lo vamos a debatir a puerta cerrada. Pero creo que este debate lo zanjó la vicepresidenta Carmen Calvo cuando dijo con claridad que este Gobierno no avala las devoluciones en caliente, que este Gobierno es respetuoso con los derechos humanos.

P. ¿Es una de las contradicciones que no están dispuestos a asumir?

R. Ya le digo que ha sido la vicepresidenta primera del Gobierno quien ha dicho con rotundidad que no avala las devoluciones en caliente.

P. ¿Por qué entonces el Ministerio del Interior dice lo contrario?

R. Es un criterio compartido por el Gobierno, el respetar los derechos humanos, y en concreto en este tema.

P. Si se produjeran esas devoluciones en caliente, ¿se replantearían la coalición?

R. Es una posición que ha fijado la vicepresidenta primera, que no forma parte de Unidas Podemos, es una militante del PSOE. Supongo y sé que este Gobierno va a ser consecuente con lo que dice.

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