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Francia abre la reproducción asistida a lesbianas y mujeres solteras

El nuevo proyecto rechaza los vientres de alquiler porque supone la "mercantilización del cuerpo humano”

Silvia Ayuso
Miembros de la asociación francesa APGL para padres gays y lesbianas y futuros padres.
Miembros de la asociación francesa APGL para padres gays y lesbianas y futuros padres.GETTY
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El Gobierno francés quiere abrir la posibilidad de la reproducción asistida a las parejas lesbianas y a las mujeres solteras en el sistema público. Así consta en el proyecto de ley de bioética presentado este miércoles en Consejo de Ministros, y que deberá llegar a la Asamblea Nacional en septiembre. Por el contrario, se mantendrá la prohibición de los vientres de alquiler, al considerar que esta práctica choca con “el respeto de los principios fundadores de nuestro derecho a la bioética, que son la dignidad humana y la no mercantilización del cuerpo humano”.

La ampliación de la reproducción asistida, desde 1994 restringida solo a las parejas heterosexuales, era una promesa de campaña del presidente, Emmanuel Macron. No obstante, solo dio el paso tras recibir el visto bueno, el año pasado, del consultivo nacional de ética de Francia, que se manifestó favorable (si bien no fue unánime) a la ampliación de la reproducción asistida a todas las mujeres (lesbianas y solteras), como ocurre en España.

“La sociedad ha evolucionado en términos de diversidad de modelos familiares y de su aceptación”, dijo la ministra de Salud, Agnès Buzyn, una de las tres responsables, con sus colegas de Justicia y de Investigación, de redactar el proyecto de ley que, según el Gobierno, mantiene un “equilibrio entre el respeto de la dignidad de la persona humana, la libertad de elección de cada uno y la solidaridad entre todos”. La normativa consta en total de 32 artículos, pero ha sido la cuestión de la ampliación de la reproducción asistida la que ha centrado la mayor parte de los debates, en vista de las protestas de los grupos conservadores que ya en su momento se opusieron al matrimonio homosexual, aprobado finalmente por el Gobierno del socialista François Hollande.

“No hay un derecho a tener un hijo, pero sí hay un derecho de los niños, y el primero de sus derechos es tener a la vez un padre y una madre”, criticó el eurodiputado del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, que reclamó un referéndum sobre la reproducción asistida, informa la agencia France Presse.

Según Buzyn, la reforma de ley implicará un coste adicional de 10 a 15 millones de euros en materia de reembolso del procedimiento por parte de la Seguridad Social, como ya lo hace con las parejas heterosexuales. Actualmente, la reproducción asistida supone un coste a las arcas estatales de unos 300 millones de euros.

La normativa también prevé —ahora que se abre la reproducción asistida a las parejas lesbianas— un “nuevo modo de filiación” basado en una “declaración anticipada de voluntad” que habrá que firmar ante notario. Este documento permitirá, según el Gobierno, que los dos miembros de la pareja se conviertan “juntas, desde el nacimiento, en las madres del bebé nacido del procedimiento de reproducción asistida al que ambas han consentido también de manera conjunta”.

La nueva ley prevé asimismo nuevos derechos para los niños nacidos de donaciones de esperma, incluido el acceso, cuando lleguen a la mayoría de edad, a la identidad del donante, ya sea solo a sus características físicas o su identificación completa. Para ello, se creará una comisión especial y una base de donantes centralizada y “segura” que estará a cargo de la agencia de la biomedicina. Esta medida supone el fin del anonimato de los donantes de esperma tal como se garantizaba en Francia desde los años setenta, aunque Buzyn subrayó que se trata de una reforma dirigida solo a los niños nacidos de este tipo de reproducción. Se mantiene la prohibición de que el donante elija la pareja a la que quiera donar su esperma y, también, que esta pueda elegir un donante concreto.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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