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España, el último país de la UE en enviar a Bruselas su plan climático

La Comisión debe evaluar unos programas nacionales que marcarán el desarrollo de Europa la próxima década

Vista del parque fotovoltaico de Son Salomó en Ciutadella, Menorca.
Vista del parque fotovoltaico de Son Salomó en Ciutadella, Menorca.EFE

El último plan. España se convertirá este viernes en el último país de la UE que presenta su plan nacional para cumplir los nuevos objetivos energéticos y medioambientales del club comunitario hasta 2030. Luxemburgo, el penúltimo país en cumplir con la obligación, lo presento el miércoles por la noche. Estas estrategias deben fijar la senda de cada socio comunitario para contribuir a los objetivos generales de la Unión para ese año. La suma total debe permitir que para finales de la próxima década se hayan reducido las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de Europa en al menos un 40% (en comparación a 1990), y que al menos el 32% del consumo energético final provenga de fuentes renovables.

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España admite el retraso. Y lo achaca, según ha explicado este jueves por la tarde la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, a que cuando en junio llegó el PSOE al Gobierno no se había adelantado nada de este programa. "Hemos hecho un ejercicio muy serio y partíamos prácticamente de cero", se ha defendido Ribera. Lo ha hecho junto al comisario de Acción por el Clima y Energía, el español Miguel Arias Cañete, en un debate en Madrid. 

El departamento de Arias Cañete, precisamente, es el que debe analizar todos los planes presentados por los Estados y decidir si son suficientes para lograr los objetivos marcados para toda la UE. A diferencia de la década anterior, la UE ha suprimido los objetivos nacionales vinculantes, como ha recordado Arias Cañete. Pero la Comisión se reserva el derecho de pedir correcciones si concluye que los planes presentados no garantizan el cumplimiento de los objetivos globales de la Unión.

De momento, fuentes del departamento de Arias Cañete, aseguran que los planes presentados por los 26 socios (a falta del español) tienen la falta de concreción como denominador común. Bruselas, sin embargo, considera que esa característica no es preocupante porque los planes marcan el inicio de un proceso de diálogo entre la capital comunitaria y los Gobiernos que permitirá concretar las medidas exactas de cada país.

De hecho, el plan enviado por España (como el resto de Estados) es solo un borrador. La ministra española ha incidido en que ahora se abre un proceso de información pública y debate. Y será el Gobierno que salga de las elecciones del 28 de abril el que apruebe definitivamente el plan. En el departamento de Ribera defienden que su propuesta es lo suficientemente seria como para que pueda mantenerse con un Ejecutivo de otro color político. Sin embargo, el texto no cuenta con consenso político e incluye asuntos polémicos como un plan de cierre de las nucleares sobre el que las posturas entre derecha e izquierda están enfrentadas. Y en ese caso concreto, la Comisión Europea se muestra neutral, ya que las centrales nucleares no emiten gases de efecto invernadero, con lo que depende de la posición de cada partido político. 

Una de las apuestas del borrador del plan que se aprobará este viernes en el Consejo de Ministros para luego ser remitido a Bruselas es por las energías renovables. Según ese texto, en 2030 el 42% de todo el consumo final de energía deberá venir en España de fuentes renovables, lo que supone un incremento de 25 puntos respecto a la cuota actual. El Ejecutivo destaca que el objetivo que se fija está 10 puntos por encima del establecido para el conjunto de la UE.

Arias Cañete ha explicado que en las reuniones de los últimos meses lo único que se le exigía a España era que debía presentar un plan en el que al menos se llegara al 32% de renovables en 2030. Y ha añadido que otros países se han fijado también metas altas, como Francia (entre el 32% y el 35%), Suecia (65%), Austria (50%), Portugal (47%) o Lituania (45%). "Ahora hay que mirar las medidas para ver si permiten a los países cumplir con los objetivos", ha indicado el comisario europeo.

Inestabilidad

La elaboración de estos planes en casi toda la UE (también en España) se ha visto marcada por la inestabilidad política y la fragilidad de muchos Gobiernos europeos. Más de una decena de países, incluida también España, afrontan procesos electorales este año y los planes de los Ejecutivos actuales presentan la interrogante sobre su posterior evolución tras los comicios en ciernes. Por eso, el comisario ha incidido en la importancia de intentar consensuar esos planes que son de largo recorrido.

En el Consejo de Ministros de este viernes, además, se aprobará el anteproyecto de ley de cambio climático, que incluye una medida que ha generado polémica: el veto a las ventas de coches nuevos que emitan CO2 a partir de 2040. Ribera ha defendido que el Ejecutivo emplea la misma redacción que la Comisión Europea ha incluido en su estrategia de largo recorrido de descarbonización. Y Arias Cañete ha reconocido que, con esa estrategia en la mano, para 2050 (cuando la UE debe tener emisiones cero) el transporte debe estar electrificado completamente, "o con hidrógeno", ha añadido sobre la posibilidad de contar con nuevas tecnologías que no emitan dióxido de carbono. 

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