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Cuatro de cada 10 víctimas de violencia LGTBI son agredidas por personas de su entorno

En 2017 se registraron 629 delitos de odio a personas LGTBI en España, aunque en el 80% de los casos no se denuncia, según un informe del Observatorio contra el Odio

Julio Núñez
Una pareja gay que el pasado agosto fue agredida en Madrid.
Una pareja gay que el pasado agosto fue agredida en Madrid. SANTI BURGOS

Cuatro de cada 10 víctimas de violencia contra el colectivo LGTB en España son agredidas por personas de su entorno más cercano, según datos del informe La cara oculta de la violencia hacia el colectivo LGTBI que ha presentado este jueves el Observatorio contra el Odio. El documento, financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, afirma que en el 12% de los casos los vecinos de la víctima son los que la agreden, en un 7% es su familia yen un 17% otros conocidos de su entorno. En el último año se han registrado en España 629 casos de delitos de odio a personas del colectivo LGTBI, según el informe, elaborado con datos recogidos por el Observatori contra l’Homofòbia de Catalunya, por el servicio de Delitos de Odio de la Línea Arcoíris de Federación Estatal de LGTB y por seis puntos locales de este colectivo. No obstante, según los expertos, entre el 60% y 80% de los casos no se denuncian, por lo que no se conocen el número real de víctimas. 

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Durante toda su infancia, Alicia Ollero, cacereña de 22 años, ha sufrido la mirada crítica de las “personas inseguras” que necesitaban saber si era chico o chica, de por qué iba a clase con el pelo corto o si le gustaban las chicas. “A veces me llamaban marimacho y me decían que mi pelo tenía que ser femenino”, cuenta. Ollero cree que esas inseguridades solo generan dudas y que las dudas solo se resuelven con una educación abierta en los colegios. “Debemos derribar las barreras de la identidad con cultura y una educación abierta e inclusiva”, dice. "Es muy alarmante. A diferencia de lo que ocurre en otros delitos de odio [racismo o libertad religiosa], la mayoría de las personas LGTBI que sufren agresiones no se sienten seguras en su entorno más cercano, por lo que en muchas ocasiones prefieren ocultar su identidad sexual y si sufren ataques homofóbicos, no denuncian. Esto fomenta la invisibilidad del colectivo", explica Jesús Generelo, coordinador del observatorio Redes contra el Odio de la Federación Estatal LGTB. 

Es el caso de Antonio Nevado (nombre ficticio), de 29 años, que aún le sigue dando vueltas a la comida que tuvo hace una semana con su padre. Ese día, los telediarios informaron de las polémicas que había saltado después de que el secretario de la Conferencia Episcopal Española afirmara que los curas deben ser "perfectamente varones" y que eso implicaba ser heterosexual. Su padre, ofendido, comenzó a decir que la gente estaba cargando otra vez contra la Iglesia “por tonterías”, ya que en su opinión el obispo no había insultado a nadie. “No se trata de un acto de violencia en sí, pero fue muy frustrante ver como mi propio padre se ponía de parte de alguien que había insultado a su hijo”, comenta.

De los 332 casos analizados, el 57% fueron acoso, como insultos en la calle o en el lugar de trabajo, intimidación o amenazas. El segundo tipo de violencia contra el colectivo LGTBI más común son las agresiones físicas (un 14%). En este último tipo, el informe recoge un suceso concreto: un padre que agredió físicamente a su hijo en la calle —al que tiempo atrás ya habían amenazado— y en el que la víctima perdió el conocimiento. Tras ser llevado al hospital, le diagnosticaron una fractura del tabique nasal, pérdida de visión parcial del ojo izquierdo, pérdida de audición parcial del oído izquierdo, hematomas en todo el cuerpo y la cabeza. "Después del incidente, la víctima y su hermana se marcharon de casa y no han vuelto a su domicilio por miedo a más agresiones", relata el documento.

Generelo asegura que la seguridad del entorno cercano es lo que potencia la visibilidad del colectivo, las personas LGTB se sentirían "sin peligro" para poder manifestar su identidad sexual y "con fuerzas" para denunciar dichas agresiones. En el momento de la denuncia, el 74% de las víctimas se identificaron como homosexuales y un 21% como lesbianas. La mayoría de los agresores, apuntan los responsables del texto, son hombres jóvenes. El 53% de las víctimas son jóvenes entre los 18 y los 35 años. El segundo grupo de edad de agredidos más numeroso es el que va de los 36 a los 50 años, un 31%. Según los expertos, otro dato "alarmante" es que el 12% de las víctimas son menores de edad.

Cataluña ha sido la Comunidad Autónoma que más agresiones ha registrado (130 casos) y la Comunidad de Madrid (73). Según el informe, que ha recogido datos de 15 de las 17 autonomías, en las regiones donde "apenas" hay agresiones de este tipo no es porque haya una menor "incidencia", sino porque "no se cuenta con recursos adecuados para conocer la situación real en numerosas localidades donde las víctimas no perciben garantías de atención adecuadas". 

El documento señala que esta circunstancia también es visible entre las zonas rurales y las grandes ciudades, donde se registran más casos. "Las ciudades más pequeñas todavía siguen siendo, para las personas LGTBI, sinónimo de semiclandestinidad al tener que expresar su orientación sexual e identidad de género en locales de ambiente y círculos más cerrados que les eviten ser señalados despectivamente o poner en entredicho a toda la familia", por lo que aquellos que sufren de agresiones no denuncian y no se registran datos. Paris Espinosa es una chica trans que vive en un pueblo de Madrid, donde, según cuenta, es común sentirse discriminado y donde es muy difícil encontrar "espacios refugio" para gente LGTBI. "En mi pueblo no existe ni casa de la juventud donde poder crear iniciativas de integración. La gente sufre mucha represión con el peso de la familia y el entorno", explica.

Generelo cree que el principal objetivo para que estos ataques desciendan es que "el Gobierno apruebe una ley estatal contra la homofobia", que proteja a las víctimas y actúe en materia de prevención desde las escuelas. "Lleva mucho tiempo estancada. Los colectivos LGTBI estamos seguros de que si se aprueba la situación mejoraría", afirma el activista.

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