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Gloria Allred: “Las mujeres le están diciendo las verdades al poder”

La abogada feminista más famosa de Estados Unidos explica en esta entrevista que el movimiento MeToo ha llegado a los juzgados

Pablo Ximénez de Sandoval
La abogada feminista Gloria Allred, en el desfile gay de Los Ángeles el pasado mes de junio.
La abogada feminista Gloria Allred, en el desfile gay de Los Ángeles el pasado mes de junio.Getty Images

“Ha llegado el día del juicio final”. Las palabras de la abogada Gloria Allred tras escuchar la sentencia de cárcel del actor Bill Cosby suenan como una profecía del futuro, no solo de Cosby, sino de los juicios contra famosos por abusos sexuales. Allred, de 77 años, lleva cuatro décadas como abogada y activista feminista. Ha representado a mujeres contra Donald Trump, Tiger Woods, Bill Cosby, OJ Simpson o el candidato al Senado Roy Moore. Cuatro décadas recorriendo juzgados y platós con un agresivo dominio de los medios, que le ha costado críticas. Desde esa perspectiva, en el primer aniversario del movimiento MeToo, la abogada feminista más famosa de Estados Unidos afirma: “Ahora las víctimas le están diciendo las verdades al poder. Y el poder tiene que escuchar”.

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Allred atiende a EL PAÍS por teléfono desde una habitación de hotel de Nueva York, donde tiene una agenda de medios constante desde que el pasado 25 de septiembre se leyera públicamente la sentencia contra el actor Bill Cosby. Ella representaba a dos de las mujeres que testificaron contra él. Hace solo tres años, cuando ya era evidente que Cosby había drogado y violado a mujeres, todavía intentaba volver a los escenarios y se permitía dar entrevistas. Allred decía entonces a EL PAÍS que veía difícil lograr una condena judicial, debido a los tiempos de prescripción. La imagen de Cosby con las esposas puestas es un momento cumbre del MeToo.

“Lo más importante en un caso contra un famoso, como el de Bill Cosby en Pensilvania, es conseguir que crean a las mujeres”, explica Allred. “A mí me parecía que si solo testificaba Andrea Constand (la mujer que lo acusaba), una mujer que no es famosa, podían no creerla frente a un hombre tan famoso y querido durante décadas que se declara no culpable. Siempre pensé que la clave era que otras mujeres pudieran testificar”.

Gloria Allred, el pasado junio en Nueva York, con dos animadoras de un equipo de fútbol americano a las que representa contra un entrenador por acoso sexual.
Gloria Allred, el pasado junio en Nueva York, con dos animadoras de un equipo de fútbol americano a las que representa contra un entrenador por acoso sexual.Getty Images

Esta es una clave importante de lo que está cambiando en las fiscalías y los juzgados a partir del movimiento MeToo. En el primer juicio contra Cosby, Allred presentó a 33 mujeres que lo acusaban. El juez solo escuchó a una. El caso acabó en juicio nulo, porque el jurado no pudo llegar a un acuerdo. Decenas de testimonios coherentes sobre el mismo patrón de comportamiento y el jurado no fue capaz de decidir si creía la acusación o no. “Pedí a la fiscalía que lo intentara de nuevo. En el segundo juicio presentaron 19 testigos. El juez permitió cinco, y yo representaba a tres de ellos”.

Y sucedió. Cuando fue condenado en abril, Allred se declaró “en shock” de que por fin un famoso hubiera sido condenado solo en base al testimonio de las mujeres. “La base de esta condena es que creyeron a las mujeres”, dice Allred. “Es muy importante. Hay un cambio en la cultura y ahora la tendencia ya no es descartar a una mujer que dice que ha sido drogada y atacada. Los famosos que dicen a los jurados que las denunciantes solo quieren dinero y fama ya no tienen el peso que tenían”.

Un documental de Netflix estrenado este año, Seeing Allred, cuenta la carrera de esta mujer, testigo único para valorar si es cierto que MeToo ha tenido un impacto práctico más allá de la conversación en los medios. “Esta es la era del empoderamiento de las mujeres. Las mujeres han decidido que van a acabar con el silencio. Incluso si para algunas víctimas de la injusticia de hombres poderosos es demasiado tarde (judicialmente), no hay límite de tiempo para decir la verdad”. En el caso de Cosby, “MeToo entró en el juzgado”, dice Allred. “Pero ya no era un hashtag”.

Eso es justamente lo que falta en el caso de la confirmación para el Tribunal Supremo del juez Brett Kavanaugh. Es otro caso de versiones contrapuestas, incompatibles. Al menos tres mujeres le acusan de abusos sexuales en su adolescencia. Son acusaciones prácticamente imposibles de probar. O se cree a las mujeres, o se le cree a él. “Los líderes republicanos no permiten que haya más testimonios”, dice Allred, tan indignada con este asunto como todo el activismo de izquierdas. “Quieren que sea él contra ella, cuando en realidad muchos otros deberían ser entrevistados. Ni siquiera los han contactado. Y a los que ofrecieron su testimonio no se les permitió. Eso no es un proceso justo ni para él ni para ella”. Kavanaugh fue confirmado el pasado sábado.

Allred detalla el cálculo político que hay detrás de todo esto. “Quieren hacerlo a toda velocidad. Tienen miedo de que si esperan, el presidente no podría nombrar a otro candidato y confirmarlo antes de las elecciones de noviembre, cuando podrían perder la mayoría en el Senado. Ese es su miedo. Es todo político y está movilizando a las mujeres. La gente habla de que va a haber una ola azul (demócrata), yo creo que va a haber una ola rosa. La gente está enfadada por la forma en la que la han tratado. Te muestra el camino que aún nos queda por recorrer”.

Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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