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SALUD
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las muertes invisibles

Nadie quiere morir, ni mucho menos matarse, es solo sufrimiento y desesperanza

Teléfono de asistencia a personas con tendencias suicidas
Teléfono de asistencia a personas con tendencias suicidas Jaime Villanueva
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Objetivo: prevenir 3.600 suicidios y más de 8.000 intentos graves

Ninguna sociedad puede solucionar un problema sin antes ser consciente de que lo tiene. Gracias a esa sensibilización social previa se han podido establecer medidas de mejora de la seguridad vial y de violencia de género, por poner solo dos casos cercanos. Nadie duda de que esas medidas han evitado muchas muertes. Pero no pasa eso con los suicidios, que provocan una media en España de 10 muertes al día, una cada dos horas y media, y son la principal causa de muerte externa y, después de los tumores, la principal causa absoluta de muerte entre la juventud española (15-29 años). Suponen el doble de las víctimas mortales producidas por los accidentes de tráfico y 80 veces más que las provocadas por violencia de género, por seguir con la comparación de políticas preventivas. Esto sin tener en cuenta la prevalencia de los intentos no letales o la de la ideación suicida, que produce también mucho sufrimiento personal y colectivo, que conocen bien las personas a las que, directa o indirectamente, les afecta.

Ciertas comunidades autónomas (no todas) están iniciando acciones preventivas, pero faltaba una decisión firme por parte del gobierno central por crear un plan que orientase sobre las estrategias y actuaciones más efectivas para prevenir la conducta suicida y reducir su morbimortalidad. Esto es lo que parece que va a ocurrir en breve en España a raíz de las declaraciones de la nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón. Un plan que tenga en cuenta a los principales agentes de prevención del suicidio y que transciende lo meramente sanitario: medios de comunicación, sociedad, fuerzas de seguridad y de emergencias, agentes sociales, educación, etcétera. Porque el suicidio no tiene una sola explicación y tiene que ser abordado de una manera integral, coordinada y solidaria.

El principal objetivo ahora es superar ciertos prejuicios sociales que identifican el suicidio con una decisión libre y personal, hasta cierto punto moralmente reprobable y sobre la que no se puede hacer nada para prevenirla.

Nadie quiere morir, ni mucho menos matarse. Es el sufrimiento y la desesperanza la que sitúa en una equivocada y peligrosa visión túnel donde solo se ve la muerte como solución. Hay que ofrecer alternativas y soluciones que alivien ese sufrimiento y que alejen la ideación suicida de las personas en riesgo. Seguro que así salvamos vidas. No como hasta ahora.

Andoni Anseán es Presidente de la Sociedad Española de Suicidología y representante en España de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP).

 

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