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El hospital de Vigo que retrasó una operación cambia su versión del caso

Tras culpar a la huelga y a la imposibilidad de trasladar al paciente, ahora culpa al estado de salud del enfermo El hombre lleva más de 10 días con el fémur roto

El hospital Povisa de Vigo ha estado estos días inmerso en una huelga tras el plante de los trabajadores a asumir recortes de salarios del 40% en el descuelgue del convenio colectivo. El parón hizo mella en un centro privado que da cobertura a 140.000 personas de Vigo y comarca gracias a un concierto con la Xunta de 75 millones de euros anuales. Un enfermo de 95 años con una rotura de fémur, que por su edad necesitaba una intervención rápida para evitar complicaciones, sigue todavía sin operarse tras más de 10 días ingresado. El centro apuntaba el jueves a una supuesta imposibilidad legal de derivar pacientes a otros centros pero ahora aduce que la intervención se pospuso por las propias complicaciones médicas del afectado. Sus familiares dicen que es mentira.

Povisa adujo el jueves a través de un portavoz que no tiene capacidad de subcontratar intervenciones en el marco del convenio que mantiene con el Gobierno gallego. Pero eso no implica que en una situación puntual de colapso no pueda derivar enfermos a otros centros, según admite ahora la empresa y subraya la Xunta. “¿Cómo va a quedar ningún paciente desatendido en caso de necesidad?”, dice una portavoz del Servicio Gallego de Salud (Sergas), que responsabiliza exclusivamente al hospital de la decisión de no pedir el traslado del paciente.

“Un paciente, siempre que lo necesita, es derivado sin ningún problema”, reconoce ahora la empresa, que achaca los retrasos a la hora de operar al anciano a su delicado estado de salud, y cita como prueba la necesidad de esperar a que remitiesen los efectos del tratamiento anticoagulante al que estaba sometido. Pero la familia de Emilio García niega la mayor. “El médico nos dijo expresamente que no lo operaban porque faltaba el personal”, asegura su hija Concepción. A otros enfermos menos graves también les retrasaron las intervenciones con el argumento de que no había trabajadores suficientes. Es el caso de la madre de Luis Miguel, que lleva desde el viernes de la semana pasada esperando por una operación de cadera.

La situación del hospital podrá normalizarse paulatinamente tras el anuncio de los empleados de que desconvocan la huelga. La decisión llegó el viernes, tras conocerse el auto del juez que les da la razón es sus reivindicaciones: la empresa no puede aplicar automáticamente el convenio sectorial sobre el particular –mucho más favorable a los trabajadores- en caso de desacuerdo a la hora de negociar su renovación. Povisa estudia recurrir la resolución, no obstante.

La Asociación Galega en Defensa da Sanidade Pública ha vuelto a reclamar, al hilo del suceso, que se acabe con la anómala situación del área sanitaria viguesa y considera que no es de recibo “que los pacientes paguen con su salud los problemas de naturaleza política y empresarial del concierto más elevado de todo el Estado”. También critican la dejadez de la Xunta, que suele refugiarse en el carácter privado del centro para no comentar sus problemas laborales y de calidad de la atención sanitaria.

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