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Ceija Stojka, testigo romaní del Holocausto

Su obra artística reflejó la devastación nazi de su pueblo Solo sobrevivieron cinco personas de un clan familiar de 200 miembros

La escritora y pintora gitana Ceija Stojka con una de sus obras, en 2003.
La escritora y pintora gitana Ceija Stojka con una de sus obras, en 2003.RAINER JENESEN (eFE)

Ceija Stojka se atrevió a relatar lo que ella, como toda la comunidad romaní, había padecido bajo el régimen nazi. La aniquilación de la totalidad de la etnia gitana, además de la judía, era parte esencial del plan racista de Hitler. Stojka fue en Austria la primera superviviente romaní que escribió poesías y libros autobiográficos sobre lo que experimentó en carne propia, a la vez que evocaba las vivencias en óleos, acuarelas y dibujos de fuerte expresividad. “Tuve que ponerme a escribir porque tenía que abrirme, necesitaba gritar”, dijo la escritora y pintora autodidacta al presentar su obra en su primera amplia exposición, organizada por el Museo Judío de Viena en 2004. Su testimonio, un primer impulso para que los gitanos austriacos empezaran a hacer pública su cultura y su historia, es de importancia clave para conocer el capítulo más silenciado del Holocausto. Se calcula que en toda Europa entre 200.000 y medio millón de personas de la minoría romaní fueron asesinadas por los nazis. Las cifras son vagas por la falta de datos censales en aquellos tiempos. En Austria y Alemania, de los 40.000 gitanos registrados murieron 25.000 en los campos de exterminio.

Perteneciente al grupo gitano de los lovara, originariamente nómadas mercaderes de caballos, Ceija Stojka recuerda haber pasado una infancia alegre en medio de la naturaleza, desplazándose con su familia por los campos de Austria. El nomadismo les fue definitivamente prohibido después de que la Alemania de Hitler anexionara Austria, así que en 1939 los Stojka aparcaron el carro a las afueras de Viena y erigieron una chabola de madera. Ceija tenía apenas ocho años cuando, en 1941, vio llegar a los hombres de la Gestapo en busca de su padre. Se lo llevaron para asesinarlo en el campo de concentración de Dachau. Unos meses más tarde los agentes nazis volvieron a aparecer, esta vez para deportar al resto de la familia. Los vagones del tren que los llevaba a Auschwitz como si fueran cargamentos de ganado iban tan repletos que, durante el largo trayecto, la pequeña no pudo siquiera agacharse, según narra en su autobiografía, Vivimos ocultos, que publicó en 1988, con una continuación, Viajeros en este mundo, editada en 1992. Al finalizar la II Guerra Mundial, después de haber padecido los horrores de los campos de concentración de Auschwitz, Ravensbrück y Bergen Belsen, pudo enterarse de que su madre y cuatro de sus cinco hermanos fueron los únicos supervivientes de un clan familiar de doscientas personas.

La discriminación y los prejuicios contra los gitanos no desparecieron con el nazismo. Durante la posguerra Ceija Stojka se buscaba la vida como vendedora ambulante de alfombras. Recuerda que se tiñó el cabello de rubio para poder encontrar trabajo porque “tienen aquí mucho miedo de la gente oscura”. Como muchos de los suyos, también su familia vivía al margen de la sociedad hasta que logró estabilidad con los negocios y empezó a darse a conocer a través de sus actividades artísticas. Partiendo de las canciones tradicionales de los lovara, dos sobrinos de Ceija, los guitarristas Harri Stojka y Karl Ratzer, conquistaron un lugar destacado en el mundo del jazz austriaco. Ceija inspiró también a sus hermanos, Mongo y el pintor Karl, a volcarse en la escritura para dar testimonio de sus vidas. Ceija Stojka ha sido galardonada con numerosos premios y condecoraciones, entre otros el premio Bruno Kreisky por el Libro Político de 1993. En el año 2009 el ministerio de Cultura le otorgó el título de profesora.

El pasado lunes 28 de enero Ceija Stojka falleció a la edad 79 años. “Tenemos mucho que agradecerle”, dijo el concejal vienés de Cultura, Andreas Mailath Pokorny, porque “contribuyó a recuperar la autoestima de los sinti, romaníes y lovara (etnias gitanas centroeuropeas)” y “con su fuerza de voluntad ha rescatado el pasado para una mayor conciencia de las generaciones venidera”. Con motivo del 80° aniversario de Ceija Stoka, que se habría celebrado aría el próximo 23 de mayo, la editorial austriaca Picus estaba ya preparando una publicación de su obra autobiográfica completa bajo el título Anotaciones de una romaní entre los mundos. En el prefacio, la cineasta e historiadora Karin Berger indica que “sus libros fueron una chispa inicial en una situación en que la sociedad austriaca apenas comenzaba a confrontarse con los crímenes del nacionalsocialismo. Sus palabras y su personalidad han cambiado la forma de ver de muchas personas, animándolas a aceptar nuevos conocimientos y a eliminar prejuicios”.

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