Cuando la espalda se queja
La lumbalgia es uno de los dolores más comunes e incómodos. De hecho, causa la mitad de las bajas laborales.- Puede deberse a una mala postura o al estrés, pero aún se desconoce el origen de muchos casos
Es ese dolor que se concentra en la parte baja de la espalda. Ese malestar que protagoniza el 60% de las consultas de los reumatólogos. Es la lumbalgia. Una patología que está detrás de la mitad de todas las bajas laborales, según el doctor Juan Ángel Jover, jefe del servicio de reumatología del hospital Clínico San Carlos de Madrid. Según muchos especialista, se trata del peaje que el ser humano debe pagar por caminar erguido.
La lumbalgia puede aparecer a cualquier edad, aunque se va haciendo más frecuente a partir de los 50 años.
Jover aclara que habitualmente es un cuadro benigno, que dura unos días y que raramente se vuelve crónico. Aunque en las personas mayores es importante descartar que haya patologías subyacentes más graves como fiebre, procesos oncológicos o inicios de trastornos parkinsonianos.
Se da a cualquier edad, pero es más frecuente a partir de los 50 años
Pueden deberse a malas posturas (entonces se conocen como lumbalgias posturales) o a movimientos bruscos (mecánicas), aunque hay un alto porcentaje cuyo origen aún se desconoce.
El doctor Avelino Ferrero es jefe de la sección de rehabilitación del hospital Ramón y Cajal de Madrid y asegura que el 80% de las lumbalgias que trata son, precisamente, de origen mecánico o postural. Llegan hasta él porque se han cronificado, puntualiza. Ferrero asegura que diagnosticar una lumbalgia no suele ser difícil, basta con conocer datos como dónde trabaja el paciente, qué posturas adopta... "La mayor parte de los pacientes no cuida nada la espalda y cada día, al trabajar, la está exponiendo a lesiones, ya sea por coger pesos o por permanecer muchas horas de pie sin apenas moverse", apunta. En realidad, prácticamente nadie lleva una vida sana para la espalda. Y casi nunca se tratan las lumbalgias a tiempo. Cerca del 70% de los casos mecánicos, que podrían ser fácilmente curables, terminan llegando a rehabilitación, según afirma el doctor Ferrero, que es presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas.
Para una rápida recuperación es muy importante, según Jover, que el paciente, además de seguir el tratamiento médico, se incorpore cuanto antes y en la medida de lo posible a su vida cotidiana y normal. "Está comprobado que los enfermos que así lo hacen se curan antes", comenta el especialista del hospital Clínico. En el Ramón y Cajal existe un Escuela de Espalda, donde se enseña cuáles son las posturas nocivas y cómo deben realizarse acciones cotidianas sin dañarse. También explican, por ejemplo, cómo escoger el tipo de colchón más adecuado para cada persona, según un estudio realizado en colaboración con la Fundación Kovacs. Se trata de medidas sencillas, pero muy eficaces. Otra de las claves en las que hacen hincapié es en la necesidad de andar, mantenerse activo aunque cueste. Nada de sedentarismo ni cama.
A veces, la lumbalgia puede ser la somatización de graves problemas de estrés e, incluso, solapar cuadros de depresión, por lo que no hay que infravalorar esta dolencia. Es la más frecuente de los llamados reumatismos que, como advierte Jover, agrupan a más de 200 patologías con un denominador común: dolor y, a menudo también, discapacidad. De hecho, son la primera causa de discapacidad en todas las edades y en ambos sexos.
Aun así, y según el especialista del Clínico, los reumatismos o enfermedades musculoesqueléticas son la cenicienta de la medicina. "No matan, como el cáncer o las patologías cardiovasculares. Sin embargo, sí producen mucho sufrimiento, callado; alteran la calidad de vida y, desde luego, disparan los costes sociosanitarios", advierte el doctor Jover.
Consejos
1. Al coger un peso, flexione las rodillas, mantenga la espalda recta y alargue los brazos para atraer el paquete hacia usted. Suba poco a poco extendiendo las piernas, sin doblar la espalda.
2. Los colchones, ni muy duros, ni muy blandos.
3. Camine entre 30 y 60 minutos al día a paso ligero por terrenos llanos.
4. Use sillas ergonómicas.
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