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Narbona apunta que las emisiones de CO2 de las eléctricas bajaron hasta octubre el 2,8%

La ministra de Medio Ambiente llama a un "uso responsable de la calefacción y el transporte" hasta finales de año

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha recibido con cautela el mal dato anunciado ayer por EL PAÍS de que las emisiones españolas de CO2 están subiendo el 1% en 2007, frente a la reducción del 4% de 2006, y ha esgrimido las últimas cifras aportadas por Unesa, la patronal eléctrica. Según Narbona, los datos hasta octubre de las eléctricas revelan un descenso del 2,8% en las emisiones de CO2 del sector.

Los datos provisionales del Worldwatch Institute, dirigido por el asesor del ministerio José Santamarta, no son halagüeños: la producción eléctrica con carbón ha crecido un 4,99%, la de gas natural ha bajado un 2,32% y las nucleares han producido un 7,5% menos de electricidad. "Son cifras relativas al primer semestre del año", matizó la ministra, "entiendo que todavía es prematuro hacer un balance". Así, explicó que "los datos de la patronal eléctrica Unesa reflejan que este sector ha reducido un 2,8% las emisiones de CO2 de enero a octubre".

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Falta un mes y medio clave

Narbona añadió que "habrá que esperar hasta final de año para saber si esta dato es suficiente para compensar otros que no son tan favorables". E insistió en que falta un mes y medio clave para el resultado final, 45 días en los que será importante "hacer un uso responsable de la calefacción y del transporte". Pese a todo, la ministra apuntó que España ya ha entrado en una fase en la que "la actividad industrial crece más que el consumo energético".

La ministra ha participado en Valencia en unas jornadas organizadas por CCOO como actividad paralela al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que reúne estos días en el Museo de las Ciencias a 400 expertos de todo el mundo. Narbona se quejó de que España es un país en el que "se asocia crecimiento económico y contaminación, se asocia bienestar y despilfarro; las cosas se pueden hacer y se deben hacer de otra forma". También alertó de que se "ha usado a los trabajadores como chantaje" mediante el mensaje de que si se emite menos dióxido de carbono "habrá destrucción de puestos de trabajo". Una corriente de pensamiento, dijo, que todavía apoyan "muchos creadores de opinión".

"Recuperar el tiempo perdido"

En cuanto a los temas de discusión de estos días en el IPCC, la ministra manifestó que es necesario "recuperar el tiempo perdido" tras años de dejadez desde que en los años sesenta el Club de Roma ya alertó del cambio climático. Así, recordó cómo el anterior Gobierno, del PP argumentó que España no debía cumplir el protocolo de Kioto porque las empresas españolas saldrían perjudicadas. Pero también asumió parte de culpa, al reconocer que cuando se celebró en 1992 la Cumbre de Río España tampoco tomó medidas: "Y entonces gobernábamos los socialistas".

De cualquier forma, la ministra se mostró "relativamente optimista". Argumentó que las fuentes de combustibles fósiles "tiene fecha de caducidad" y que el cambio es obligado. "Vamos contrareloj, las cosas tienen que cambiar, incluso aunque no hubiera calentamiento del planeta, pero es que lo hay".

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