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Salud pública
Tribuna
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Salud urbana: el barrio determina tu bienestar o tus enfermedades

Lo que sucede en las ciudades marca la esperanza de vida de la mayor parte de la población del planeta. Toda una disciplina emergente ofrece datos imprescindibles para diseñar políticas que los protejan

Calle de Copenhague
Ciclistas en una calle de Copenhague.Ty Stange
Manuel Franco

Nuestras ciudades actuales son lugares que pueden proteger y promover la salud o, al contrario, lugares que pueden favorecer la aparición de diferentes enfermedades. La investigación en salud desde el marco urbano es, por lo tanto, cada vez más relevante. En la actualidad, el 80% de la población en España y en Europa vivimos en entornos clasificados como urbanos. Las tendencias demográficas globales de Naciones Unidas predicen que dos tercios del planeta viviremos en ciudades para el 2050.

“Hoy en día, las ciudades acaparan los desafíos del mundo: la creciente desigualdad, la contaminación ambiental y el crecimiento insostenible que ignora la crisis climática”, asegura la doctora Mary Bassett, directora del departamento de Salud de la ciudad de Nueva York en los años 2014 a 2018 y actual responsable de Salud del estado de Nueva York.

La salud urbana como área de investigación ha visto un enorme desarrollo durante las últimas tres décadas y para ello es clave entender las ciudades hoy en día. Por ejemplo, urbes globales como Bogotá, Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Sao Paulo, México o Nueva York ofrecen múltiples oportunidades para trabajar, para formarse y compartir espacios de ocio y de esa manera siguen atrayendo población. A la vez, estas ciudades globales se caracterizan por sus desigualdades y segregación urbana con grandes áreas con altos índices de pobreza y desempleo. En Europa, el estudio Segregación socioeconómica en 13 capitales europeas, analizó la evolución de la brecha entre ricos y pobres de 2001 a 2011 y sus resultados mostraron un alza generalizada de la desigualdad y la segregación, donde Madrid es una de las ciudades con mayor distancia entre unas personas y otras.

La investigación en salud urbana debe dar respuesta a preguntas del tipo: ¿Cómo afectan las ciudades y sus características a la salud? ¿Se relacionan las desigualdades y segregación urbanas con la salud? ¿Cuáles son los cambios necesarios en nuestros barrios y ciudades para mejorar la salud de los millones de personas que vivimos en ciudades en el planeta? ¿Cuáles son las enfermedades que caracterizan nuestras ciudades y las que debemos prevenir?

Como propusimos en el estudio Barrios Cardiosaludables (HHH por sus siglas del título en inglés, Heart Healthy Hoods) hay múltiples y diferentes dominios del entorno urbano que afectan a la salud de los millones de personas que habitamos las ciudades del planeta y así lo hemos investigado en Madrid.

El diseño de las calles, la disponibilidad y uso de parques y zonas verdes, la presencia de instalaciones deportivas o el transporte público activo son características clave del diseño de nuestros barrios y ciudades que determinan los niveles de actividad física y la sociabilidad que determinan nuestra salud.

El acceso a alimentos sanos, la publicidad de diferentes productos alimentarios en nuestros barrios, los niveles de inseguridad alimentaria en las familias, o la composición de los menús en los centros educativos afectan a la calidad de nuestra dieta y, por lo tanto, a nuestra salud. La disponibilidad, precio, publicidad y medidas de control de tabaco y alcohol en nuestros barrios afectan a su consumo y, en consecuencia, a nuestra salud.

Años de vida entre barrios

Desde el punto de vista de la salud urbana debemos atender a las diferentes franjas de edad. Cuando somos niños y ancianos, el radio de acción de nuestras actividades es mucho más reducido que el de adolescentes y adultos. En cambio, hay importantes factores de riesgo como la contaminación, en sus diferentes formas, que afectan la salud de todas las personas residentes de cualquier ciudad, como las que tenemos en la actualidad, con altísimos niveles de contaminación, principalmente debidos al tráfico rodado.

Un indicador clave en salud es la esperanza de vida. En las ciudades actuales puede haber diferencias en la esperanza de vida al nacer entre barrios de la misma ciudad de 10 años como en Madrid, de 16 años como en Baltimore y 18 años en Santiago de Chile. Estudiando diferentes ciudades en Latinoamérica encontramos que hay hasta 14 años de diferencia entre unas ciudades y otras. Hay ciudades como Valparaíso, Chile, que tienen esperanzas de vida como en Europa y otras como en situaciones de conflicto bélico como Juárez, México. Y muy importante, ¿estas diferencias van aumentando o disminuyen?

Las enfermedades que afectan a la población de nuestras ciudades son principalmente las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la enfermedad cardiovascular o el cáncer. En los últimos años, hemos asistido al resurgir de las enfermedades mentales y las enfermedades transmisibles, muy especialmente la COVID-19. Todas estas enfermedades las estudiamos desde un marco urbano y de prevención y protección de la salud en nuestras ciudades.

La salud urbana nos obliga a entender los fenómenos sociales que caracterizan nuestras ciudades, nuestros barrios, para poder finalmente proteger y promover la salud de los millones de personas que vivimos en ciudades y sobre todo de todas aquellas personas que más lo necesitan, los que viven en áreas infradotadas. La perspectiva de la equidad en salud en nuestras ciudades nos permite mejorar la salud de todos sus habitantes, poniendo el foco en aquellas personas y familias que más lo necesiten y así lo llevan trabajando en el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York desde la investigación y la intervención.

Salud, no enfermedad

La investigación en salud urbana pone el foco en la salud y no en las enfermedades. Esta es una característica fundamental de los estudios urbanos y de planificación urbana clásicos, como pueden ser el estudio de los espacios públicos urbanos que funcionan, que ofrecen espacios agradables y saludables para el ciudadano. Desde ese punto de vista positivo y a escala humana, salutogénico en términos de salud pública, estudiaron las ciudades arquitectos y urbanistas clave como Jane Jacobs o Jan Gehl.

Desde la experiencia en salud urbana de ciudades como Gijón, Barcelona y Madrid planteamos la necesidad de establecer relaciones colaborativas a largo plazo, entre ciudadanía, decisores políticos, y personal investigador, para mejorar la salud de todas las personas que compartimos una misma ciudad.

La investigación sobre las ciudades y la salud incluye necesariamente las ciencias sociales para que, desde la antropología y la sociología, la geografía, la economía, las ciencias políticas y la demografía, entre otras, podamos entender los fenómenos sociales que determinan la salud en nuestras ciudades. La ecología y las ciencias ambientales son ciencias clave hoy en día para entender la relación entre el cambio climático en las ciudades y la salud. Este ámbito de investigación pasa por la sostenibilidad de nuestras ciudades en temas clave como el transporte y la contaminación o la calidad de la dieta y la sostenibilidad de los sistemas alimentarios urbanos.

La investigación en este campo obliga a que las evidencias científicas generadas desde diferentes ciudades del planeta nos sirvan como guía para actuar, mejorar nuestras ciudades y mejorar la salud de millones de personas. Y existen ejemplos interesantísimos de investigación y de su aplicación y evaluación en el mundo real en diferentes dominios urbanos. Cómo mejorar las calles, los parques, instalaciones deportivas para que tengamos mayores niveles de actividad física. Cómo controlar y disminuir el consumo de tabaco y alcohol, sobre todo en la población adolescente de nuestras ciudades. Cómo mejorar la alimentación y la dieta de personas mayores y pequeñas en nuestros barrios, nuestras ciudades.

Desde esta entrada a EL PAÍS Salud será un placer compartir el conocimiento y evidencias científicas de temas clave en salud urbana que sirvan para construir ciudades donde toda la ciudadanía podamos alcanzar los más altos niveles de salud y bienestar.

Manuel Franco es profesor e investigador en Epidemiología y Salud Pública en las universidades de Alcalá, España y Johns Hopkins en Baltimore, EE.UU. Sus proyectos de investigación se centran en la Salud Urbana y la Epidemiología Social. Ha dirigido el proyecto Heart Healthy Hoods (HHH), primer proyecto financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC) en estudiar las características físicas y sociales de los barrios y la salud de sus residentes.

La salud va por barrios es una sección que explica en tono sencillo y amable los conceptos y avances de la investigación en Salud Urbana, un área de la Salud Pública necesariamente interdisciplinar. La investigación en Salud Urbana tiene como objetivo mejorar nuestras ciudades para mejorar la salud de los millones de personas que habitamos las complejas y desiguales ciudades que hoy caracterizan la vida en nuestro planeta.

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Manuel Franco
Es profesor e investigador en Epidemiología y Salud Pública en las universidades de Alcalá, España y Johns Hopkins en Baltimore, EE.UU. Sus proyectos de investigación se centran en la Salud Urbana y la Epidemiología Social.

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