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Tecnología para saber si compras la carne en mal estado

La española Trazable recurre a 'blockchain' para seguir el paso de los alimentos por la cadena de suministro y aportar una información nutricional más completa al consumidor

De dónde viene el filete de ternera que preparaste ayer a mediodía? La respuesta fácil está al alcance de cualquiera, pero vayamos un paso más allá: ¿sabes exactamente por dónde ha pasado? Tres de cada cuatro consumidores no confían en la forma en que las marcas de alimentación ofrecen información de sus productos, de acuerdo con una encuesta de la compañía de información nutricional Label Insight. Según los resultados de este informe, más de un tercio de los encuestados estarían dispuestos a cambiar su marca de referencia por otra que ofreciera una información de sus productos que pudieran entender. Por no hablar de que estos consumidores tienen prácticamente el doble de probabilidades de valorar el acceso a esta información a través de etiquetas digitales.

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La preferencia por la accesibilidad online tiene que ver con el perfil de estos consumidores. Un estudio de la firma Nielsen recogía que el 81% de los millennials —aquellos nacidos entre 1980 y 2000— quiere conocer más sobre cómo se producen sus alimentos, una cifra que se reduce a un 67% si preguntamos a generaciones anteriores.

“Hemos visto escándalos de empresas que vendían un tipo de pescado y afirmaban que era otro, o compañías que cambiaban etiquetas de miles de kilos de carne caducada para poder venderla”, denuncia Pablo Rodrigo. “Los usuarios quieren saber más sobre lo que comen”.

Por este motivo, este emprendedor decidió fundar Trazable, una compañía que busca conectar a las diferentes empresas que participan en la cadena de suministro para crear un registro digital de los alimentos que los consumidores puedan consultar para conocer mejor la historia de cada producto.

Rodrigo conoció a su socio Lucas Salinas hace apenas un año, en un programa de captación de talento de la incubadora de empresas Demium Startups. “Analizamos el mercado, vimos que había una tendencia hacia el uso de blockchain y pensamos que teníamos una buena oportunidad de negocio”, recuerda el emprendedor valenciano. En junio incorporaron a un tercer socio y hace dos meses entraron en Lanzadera, la aceleradora del fundador de Mercadona.

Actualmente, la empresa se encuentra trabajando en tres proyectos piloto y está en conversaciones con varias empresas para que se adhieran a su directorio. Grupo Dulcesol y Grupo Martinez ya han mostrado su interés por la plataforma. Además, están desarrollando una iniciativa pionera para la trazabilidad de productos frescos en la compra online con certificación de la cadena de frío.

La compañía habla con las empresas que participan en la cadena de suministro y analiza la información de la que disponen. Viendo los diferentes albaranes que se registran, elabora un contrato inteligente en la cadena de bloques donde cada actor involucrado en el proceso actualiza la información que le compete. “El fabricante sube una descripción de la materia prima y escribe a quién le envía el lote. El siguiente en la cadena, verifica que lo ha recibido, añade lo que hace con él y a quién se lo envía, y así sucesivamente”, explica Rodrigo. “La idea es que vayan creando hitos en una línea de tiempo que va sufriendo modificaciones”.

De esta forma, consiguen crear un registro de los diferentes cambios de manos que se producen dentro de la cadena y lo complementan con imágenes y vídeos del producto que pueden ser de utilidad para el consumidor. Su modelo de negocio no afecta al bolsillo de los compradores: las empresas pagarían una suscripción mensual por obtener esta trazabilidad y beneficiarse de que su producto sea más accesible

Rodrigo es consciente de que su iniciativa no es la primera en abordar la necesidad de trazabilidad en la cadena alimentaria y conoce bien a su competencia. Empresas como Origin Trail y Transparency One trabajan en esta línea, aunque en su mayoría se centran en ayudar a la industria a simplificar sus procesos. Trazable, no obstante, se enfoca en que la información llegue al usuario final. “Queremos que el consumidor pueda escanear el código de barras de cualquier producto del supermercado y ver la información que le pueda aportar valor en un lenguaje que entienda”, afirma el emprendedor.

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