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La tecnología que nos habría ahorrado el caso Cifuentes

Blocktac pretende aprovechar la cadena de bloques para garantizar la autenticidad de las titulaciones académicas y acabar con el fraude de los títulos falsos

El escándalo del máster de Cristina Cifuentes, que encendió la mecha de la bomba que la llevó a dimitir como presidenta de la Comunidad de Madrid, puso de manifiesto, en mayor o menor medida, la existencia de un problema de credibilidad en las titulaciones académicas. Inflar el currículum no es una costumbre exclusivamente política y afecta a más sectores profesionales de los que imaginamos. El fraude que arrastra la titulitis puede pasar factura incluso en un país que destaca por tener empleados sobrecualificados. La cadena de bloques se postula como un sistema de control interesante para evitar que se repita un escenario como el que tuvo lugar recientemente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

 Blocktac es una empresa con meses de vida que busca promocionarse como sello de garantía en titulaciones universitarias gracias a la cadena de bloques. Su CEO, Francisco Guillén, considera que la falsificación en el ámbito académico no es una anécdota, sino un problema de enormes proporciones en todo el mundo. “Quién iba a decir que podría haber tanto fraude en lugares donde uno nunca lo esperaría”, lamenta, aunque defiende la trascendencia de su solución. “Blockchain se convierte en una especie de máquina de la verdad, es capaz de servir como prueba de veracidad”, sostiene entusiasmado.

 Guillén, exrector de dos universidades, fundó Blocktac junto a Enrique Lizaso, especializado en tecnología aplicada al mundo financiero. El año pasado coincidieron en la necesidad de hacer algo para resolver los problemas de falsificación en las certificaciones y títulos universitarios. “Casualmente, en noviembre, la Comisión Europea publicó un informe en el que alertaba de esta cuestión y recomendaba el uso de blockchain para combatirlo”, recuerda Lizaso, jefe de operaciones de la compañía.

 Con este impulso, en enero terminaron de desarrollar una aplicación funcional para ofrecer certificaciones infalsificables e inmutables de diplomas universitarios utilizando esta tecnología. A raíz del estallido del caso Cifuentes, ambos emprendedores deciden poner toda la carne en el asador. Comenzaron a hablar con rectores de distintas universidades y, tras lo que intuyeron como una cálida acogida, han presentado proyectos a largo plazo a media docena de instituciones y preparan su primera ronda de inversión, en la que esperan recoger medio millón de euros.

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 “Para la certificación de diplomas”, comienza Lizaso, “calculamos la firma digital del documento, la almacenamos en un blockchain público —una red es más fiable cuantos más nodos tiene— y le damos este certificado digital a la universidad para que lo entregue como complemento al papel”. Para sincronizar esta faceta digital con el diploma físico, la compañía propone integrar un código QR en las titulaciones y ofrece una aplicación para que los estudiantes almacenen sus méritos académicos.

 Cuando se presente a una entrevista de trabajo, el estudiante podrá enviar a través de la aplicación una copia de su certificado digital o mostrar el código QR para que lo lea el reclutador. “Así, este puede ver los datos de su diploma e iniciar un proceso para verificarlo en blockchain”. Gracias a Blocktac también es posible almacenar en un blockchain privado o compartido entre universidades cualquier acto universitario en el que intervienen profesores y alumnos a través de su firma digital. “Cuando el documento es de especial relevancia, también se almacena en un blockchain público, para que cualquiera pueda verificarlo”.

 Los impulsores de Blocktac tienen prisa por alcanzar clientes y pretenden abordar el mercado lo antes posible. Su objetivo es crecer con fuerza, ya que se consideran pioneros en un campo apenas explorado. “Solo en países de habla hispana, se entregan seis millones de títulos cada año”, añade Guillén, “y quienes podrían hacer lo mismo que nosotros lo están haciendo a un nivel muy local, con proyectos piloto”.

 Al margen de su intención de llevar a su empresa a convertirse en un referente en su ámbito, el CEO de la empresa defiende que la cadena de bloques termine siendo el estándar para las titulaciones académicas en el futuro. “Si una empresa recibe los currículum de dos candidatos, uno con sus diplomas certificados en blockchain y el otro no, puede tener más confianza en el primero”, expone. “No tiene por qué pensar que el otro le está engañando, pero es una cuestión de credibilidad”.

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