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Qué puede aprender un emprendedor del cantante de Iron Maiden

Bruce Dickinson inspira a ‘estartaperos’ de todo el mundo con su peculiar modo de afrontar sus diversas aventuras empresariales

Manuel G. Pascual

Pasará a la historia como el hombre que le puso voz a himnos como The Trooper, Fear of the Dark o The Number of the Beast. La magnética presencia en el escenario de Bruce Dickinson y su gusto por las mallas o los pantalones muy ceñidos ayudaron a construir la estética metalera. Los críticos, por su parte, le consideran uno de los mejores cantantes que ha parido el heavy.

Quién iba a pensar que casi cuatro décadas después de darse a conocer como el vocalista de Iron Maiden se acabaría convirtiendo en un speaker en eventos de emprendedores. Dickinson, que este año cumple 60 años, se cortó la melena hace ya tiempo. Ahora viste camisa y chaqueta (pero no corbata) y sus batallitas van mucho más allá de las fiestas y los colocones épicos propios de los rockstars.

Bruce Dickinson durante su ponencia. En la pantalla se proyecta uno de sus conciertos.
Bruce Dickinson durante su ponencia. En la pantalla se proyecta uno de sus conciertos.

Dickinson tiene una historia interesante que contar. La de un chaval inglés que cumplió su sueño antes de los 25 y, para no caer en la apatía, se fabricó otros. Eso, en el argot emprendedor, se llama salir de la zona de confort; él se refiere a ello como una cuestión de supervivencia. Resulta que una de sus válvulas de escape han sido los negocios, terreno en el que ha demostrado tener buen olfato.

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“Con Iron Maiden todo fue muy rápido. Un día reúnes 40 libras para comprarte tu primera guitarra y de repente estás dando tres giras mundiales en un mismo año. Nos convertimos en una de las mayores bandas del momento. Eso es lo que yo más deseaba desde los 16. Pero nadie me dijo que lo conseguiría tan rápido”, explicó el lunes ante unas 15.000 personas en VTEX Day 2018, un evento de comercio digital organizado en Sao Paulo por la empresa brasileña del mismo nombre. “¿Así iba a ser mi vida a partir de ese momento? ¿Grabar un disco, promocionarlo, salir de gira y volver a empezar? Entré en una profunda depresión”, confesó. Hasta que dio con la tecla para dominar la situación.

La clave fue ocupar su mente con otras cosas. Se aficionó a la esgrima, deporte en el que llegó a alcanzar el séptimo puesto en el ranking británico. Aprendió a pilotar aviones, siguiendo la estela de su tío, que participó en la Batalla de Inglaterra. También ha escrito alguna que otra novela y acaba de publicar una autobiografía. Dirigió un programa de radio en la BBC y, en cuanto se quiso dar cuenta, estaba montando su primera empresa. Hoy dirige una compañía de reparación de aviones, Cardiff Aviation, y una cervecera, Trooper. También tiene una marca de equipamiento deportivo para esgrimistas. Todo esto sin abandonar su carrera como cantante de Iron Maiden.

Iron Maiden durante un concierto en los años 80.
Iron Maiden durante un concierto en los años 80.

Dickinson es un monstruo mediático. A fin de cuentas, lleva décadas dando la cara ante estadios repletos de gente. En su versión speaker, que desempeña con nota, su discurso arranca con una provocación. “Yo odio a los clientes. Son el enemigo. Un cliente es alguien que se pude ir. La diferencia entre ellos y los fans es la relación que mantienes con ellos. Nunca dejarás de seguir a tu equipo de fútbol, aunque pierda cada partido hasta el final de los días. Esa es la relación que cualquier emprendedor debe ambicionar”.

Sabe bien de qué habla. Dice eso mientras las pantallas gigantes que tiene a su espalda le muestran a él durante un concierto rodeado por miles de manos en alto que aspiran a tocarle en el escenario. Iron Maiden ha sido capaz de superar los 100 millones de discos vendidos, una marca al alcance de unos pocos elegidos. Y lo lograron pese a que la banda británica siempre ha quedado fuera de los circuitos de las radios comerciales, algo que no le pasó a otras formaciones exitosas aunque también ajenas al mainstream, como Metallica o AC/DC.

¿Cómo lo lograron? “Creo que supimos darle a nuestros fans lo que querían. Siempre hemos sido naturales, tratamos de hablarles de tú a tú”, resume de forma un tanto críptica. Definitivamente, tiene madera para entrar en el circuito de motivador de emprendedores.

Hasta una estrella del rock tiene frases inspiradoras, de esas que decoran las oficinas de algunas startups. El mantra de Dickinson tiene que ver con la comunicación, aunque no en el sentido marketiniano del término. “Nos estamos olvidando de escuchar a las personas. Yo uso un Nokia 3310 porque lo que quiero es hablar con la gente, no chatear. Resuelvo más en cinco minutos cara a cara que en seis meses de emails”, asegura.

Nos estamos olvidando de escuchar a las personas. Se resuelve más en cinco minutos cara a cara que en seis meses de emails

Su receta se completa añadiendo una dosis de alcohol. Dickinson es un firme defensor de las conversaciones de bar. Fue tomando una pinta como conoció al que acabaría siendo su socio en negocios aeronáuticos. “Esto es lo que pasa cuando te emborrachas con un relojero francés”, dijo mostrando un elegante reloj de pulsera con el grabado de Eddie the Head, la mascota de Iron Maiden. Parece que los están vendiendo bien.

“Todas las ideas del mundo son observaciones. Escuchar lo que dicen los demás es la clave para dar con ellas”. Y si hay unas cervezas de por medio, tanto mejor.

Dickinson durante su ponencia en el VTEX Day 2018.
Dickinson durante su ponencia en el VTEX Day 2018.

Tan manida está la frase que tuvo que hacer la aclaración. “Sigue tus sueños; no es ninguna tontería”. Dickinson es un tanto cabezón. Como le apasiona la aviación, no se conformó con pilotar avionetas: se hizo piloto de línea, llegando al rango de comandante. Y, por supuesto, es él quien lleva a la banda en el avión de Iron Maiden cuando van de gira. Fundó su propia compañía de reparaciones y hasta ayudó a crear la línea aérea de Yibuti.

No se ha parado ahí. Sigue buscando proyectos relacionados con el aire que le motiven. “Monté con un socio una empresa de aeronaves con muy baja huella de carbono y ganamos un contrato de 500 millones de dólares con la compañía Lockheed Martin para hacer unos desarrollos. También hemos creado un dron desechable de unos tres metros de envergadura lleno de comida. Están pensados para ser utilizados después de catástrofes nacionales. Cada uno de ellos puede alimentar a 50 personas durante dos días y cuesta 500 dólares”, ilustra. Cerveza, videojuegos relacionados con su banda, una marca deportiva… Este licenciado en Historia es capaz de crear negocios viables a partir de cada asunto que le interesa.

Bruce Dickinson es un hombre activo. Durante un encuentro con periodistas y clientes VIP previo al evento reconoció que no le había venido mal ser millonario para iniciar sus aventuras empresariales. Haber superado un cáncer también le ha hecho ganar perspectiva y ser más perseverante. “Hago lo que me gusta”, confiesa. Compagina su nueva vida como hombre de negocios con dos horas de ejercicio diario.

Un empresario que asistió al encuentro privado le preguntó cómo hacía para desconectar de su agitada vida como hombre de negocios. “La música es una buena válvula de escape. Resulta que tengo una banda de heavy, así que los veranos aprovechamos para recorrer el mundo pasándolo en grande de escenario en escenario. Se lo recomiendo a todo el mundo”. Su respuesta sonó muy sincera.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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