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¿Será India capaz de crear el próximo Google?

El ecosistema de 'startups' en el país asiático muestra claros síntomas de madurez, pero todavía le queda camino por recorrer

Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, nació en Chennai y se licenció en tecnología en el Instituto Indio de Tecnología de Kharagpur. Y no nos resulta extraño ver que el máximo responsable de una de las compañías más conocidas del mundo se haya criado en un país en el que cerca del 90% de la población vive con menos de un dólar al día.

Satya Nadeya, CEO de Microsoft; Sabeer Bhatia, cofundador de Hotmail; Salim Ismail, director ejecutivo de la Singularity University… El triunfo de las mentes indias entre las empresas de Palo Alto no puede ser casual, como no lo es que uno de los estereotipados personajes de la serie de HBO Silicon Valley proceda de este país. India ha hecho mucho por fortalecer a las compañías tecnológicas más importantes de EE UU. ¿Será capaz de constituir su feudo sin salir de sus fronteras?

Uno de los predecesores de Pichai en el cargo, el estadounidense Eric Schmidt, se refirió en su momento a India como la “próxima superpotencia asiática” y advirtió que tendría la oportunidad de construir el próximo Google “si jugaba sus cartas de forma correcta”.

Salim Ismail durante una entrevista con EL PAÍS RETINA
Salim Ismail durante una entrevista con EL PAÍS RETINAPablo Monge

Punit Soni, veterano empleado de la compañía y actual director de producto de Flipkart, la mayor compañía de comercio electrónico en el país, comparte esta visión sobre el ecosistema emprendedor indio. “Será un camino difícil y dejaremos muchas startups fallidas por el camino”, afirmaba este mes durante una entrevista, “pero tenemos un potencial increíble y lo acabaremos demostrando”.

De acuerdo a la información que ofrece CB Insights, en el mundo hay 217 unicornios. Prácticamente la mitad de estas empresas vienen de EE UU, China tiene más de 60 y en Reino Unido hay una docena. A las puertas del podio se queda India, donde diez compañías han conseguido una valoración de más de mil millones de dólares en su etapa inicial. Muchos economistas consideran que el ritmo de crecimiento del ecosistema empresarial del país asiático puede multiplicar por cinco la cantidad de empresas a incluir en esta categoría en los próximos años.

El número de inversiones realizadas en startups indias durante el primer semestre de 2017 cayó un 26% respecto al mismo periodo del año pasado, según datos de Tracxn, una compañía con sede en Silicon Valley que analiza datos de nuevas empresas para fondos de inversión. La cantidad de dinero invertido, sin embargo, se incrementó un 63%, comenzando una tendencia que diversos expertos achacan al comienzo de una fase de madurez.

La conclusión viene de una práctica común en entornos financieros conocida como spray and pray (siembra y reza), que consiste en apostar por muchos proyectos y esperar que uno de ellos dé sus frutos. La transición hacia un modelo con pocas inversiones de mayor cuantía implica un voto de confianza para el mercado indio.

El Gobierno del país cuenta con un Ministerio de Desarrollo de Habilidades y Emprendimiento, que puso en marcha la iniciativa Startup India en enero de 2016 con la intención de ayudar a crecer a las empresas incipientes y tomar parte en el desarrollo de este movimiento creciente. En menos de cuatro meses, abrieron un espacio para asesorar a emprendedores que ha ayudado a resolver cerca de 70.000 consultas que fue complementado con una plataforma online en la que se han registrado más de 10.000 personas.

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Las iniciativas para favorecer el florecimiento de startups van mucho más allá. El Gobierno ha promovido incubadoras, redes de mentorazgo y financiación, cursos de formación y hackatones (maratones de programación) y ha labrado el terreno a los emprendedores con medidas económicas que, entre otras cuestiones, les eximen de pagar impuestos durante sus primeros tres años de actividad.

El apoyo fiscal, unido al fomento de la educación empresarial y el fortalecimiento del sistema de inversión sobre el que se sustentan estas compañías, forma parte de una estrategia que busca recoger las características para conformar un ecosistema emprendedor propicio en el que se retenga el talento y se evite la huída de startups a otros países.

Será un camino difícil y dejaremos muchas startups fallidas por el camino, pero tenemos un potencial increíble y lo demostraremos

Punit Soni, director de producto de Flipkart

En 2017, el Gobierno ha impulsado un impuesto indirecto común a todas las regiones del territorio indio como parte de su reforma fiscal para combatir uno de los principales problemas que afronta: la falta de coordinación en su gestión económica interna, que favorece la evasión fiscal en un país en el que menos de un 3% de la población paga impuestos. En este sentido, la evolución parece clara. Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB indio crecerá más de un 7% este año.

A pesar de los síntomas de repunte que se aprecian en India, un estudio conjunto entre IBM y Oxford Economics desvela que el 90% de las startups se ven obligadas a cerrar antes de cumplir su quinto año. Tres de cada cuatro inversores encuestados culparon de este fracaso a la ausencia de nuevas tecnologías en estas empresas y a sus conservadores modelos comerciales.

La falta de innovación es uno de los grandes lastres de los que debe deshacerse el país. Durante 2015, India archivó cerca de 1.400 patentes internacionales, 30 veces menos que Japón, 20 menos que China y 10 menos que Corea del Sur, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Actualmente, ostenta el puesto 60 en el Índice Global de Innovación por detrás de Armenia.

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