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Retina Papers

Noticias falsas: un asunto de robots

Los humanos pensamos que somos muy listos, pero nos creemos muchas noticias falsas. Así nos las distribuyen los programas informáticos

En el ecosistema virtual prolifera una especie de parásito. Se sabe que hay millones de ellos en todas las redes sociales. Su ADN se compone de fórmulas matemáticas. Es difícil rastrear quién los inyecta en el sistema. Parecen humanos porque han aprendido a interactuar como ellos, pero son robots programados. Su nombre oficial es bots sociales, popularmente conocidos como usuarios fantasma o perfiles falsos. Son los principales propagadores en Twitter.

“Es significativamente más probable que las cuentas que activamente difunden desinformación sean bots. Este descubrimiento indica que quizá una buena estrategia para mitigar la propagación de noticias falsas en Internet sea contener a estos bots sociales”, concluye el estudio de C. Shao, G.L. Ciampaglia, O. Varol, A. Flammini y F. Menczer

Este grupo de investigadores de la Universidad de Indiana (EE.UU.) analizó el comportamiento de estos robots en la difusión de 400.000 noticias falsas a través de 14 millones de tuits compartidos antes y después de las elecciones en Estados Unidos de 2016. Para poder identificar las cuentas falsas de Twitter diseñaron a Botmeter, otro algoritmo para identificar a los de su especie, por así decirlo. Las desinformaciones a las que siguieron la pista salieron de una lista de 122 webs que según “medios de comunicación consolidados” publican habitualmente artículos engañosos. De hecho, los autores del estudio han creado una base de datos en tiempo real sobre la difusión de este tipo de noticias.

“La gente tiende a confiar en sus contactos sociales y puede ser manipulada para creer y compartir este tipo de artículos. Los incentivos para distribuir noticias falsas son bien conocidos: el tráfico hacia las páginas web que las generan se monetiza fácilmente a través de anuncios, pero los motivos políticos pueden ser igual o más poderosos.”

¿De cuántos robots estamos hablando?

 El análisis más reciente cifra entre el 9% y el 15% el número de cuentas de Twitter controladas por robots programados. Eso supone cerca de cincuenta millones de bots tuiteando y respondiendo en esta red social. Al presidente Donald Trump, al que tanto le gusta comunicarse y expresarse por esta vía, le siguen casi 17 millones de usuarios falsos, según Twitter Audit.

Cualquiera puede hacerse esta auditoría. Incluso existe la opción de comprar robots seguidores si no está contento con su nivel de popularidad. Tenga cuidado si lo hace: hasta los bots más bienintencionados pueden terminar haciendo cosas raras.

¿Cómo se difunde una noticia falsa?

En la siguiente imagen se puede ver el papel que jugaron los bots en la difusión de un artículo sobre una especie de cena satánica a la que acudió el jefe de la campaña de Clinton. Esta noticia (¿hace falta decir falsa?) se publicó en infowars.com cuatro días antes de las elecciones presidenciales. 30.000 tuits la compartieron.

El tamaño de los nodos indica la influencia de la cuenta. Los puntos azules son seguramente personas reales y los rojos, los robots (como el botmeter mide la probabilidad de que sean cuentas fantasma, en los casos con algunas dudas surge el color morado). Los amarillos no se pueden evaluar porque o bien son cuentas que han sido suspendidas o los tuits han sido borrados. Se ve claramente que los puntos más importantes son de color rojo-morado. Son bots.

El estudio además detectó una serie de tácticas utilizadas estas cuentas falsas para difundir teorías conspiratorias:

1. Los robots comparten los enlaces de las noticias a los segundos de su publicación. “Esta intervención temprana expone a muchos usuarios a la noticia falsa, potenciando efectivamente su difusión viral”. Para cuando una web rigurosa se toma la molestia de desmontar el artículo, puede que ya lo hayan leído miles de personas.

2. Es habitual que en sus tuits mencionen a personas populares como políticos y periodistas “para tratar de crear la apariencia de que la noticia es ampliamente compartida”. En la difusión de la noticia “Inmigrantes ilegales emiten tres millones de votos en las elecciones presidenciales” se puede ver esta estrategia. Los nodos representan las cuentas de Twitter en función de su número de seguidores. Las líneas rojas indican menciones y respuestas. 

Los bots ¿manipuladores?

Si tal y como sostiene el estudio, los usuarios fantasmas de Twitter son responsables de gran parte de la difusión de las noticias falsas en Twitter, ¿cómo reaccionamos los humanos a sus tuits? ¿Nos los creemos? Esta cuestión es clave para saber si estos robots son capaces de afectar o no a la opinión pública. La conclusión es bastante contundente.

“Los humanos retuitean noticias compartidas por social bots tanto como por personas reales. Este dato sugiere que los humanos pueden ser efectivamente manipulados a través de los bots sociales”. (Aunque es evidente que muchos humanos compartirán estas noticias sabiendo que son mentira).

El Foro Económico Mundial señaló a las noticias falsas en el mundo digital como un importante riesgo global. Ahora sabemos quién les ayuda a convertirse en virales en las redes sociales.

La mano que mueve los hilos

Queda otra cuestión pendiente: si los bots son las marionetas, ¿quién los controla?

"Asumiendo que exista la tecnología para detectarlos, será crucial revertir la ingeniería de las estrategias de los bots sociales: a quién se dirigen, cómo generan contenido, cuando entran en acción y de qué temas hablan. Una extrapolación de esa información podría permitirnos identificar a la persona que mueve los hilos". Es decir, el cerebro que da la orden de atacad, bots.

“El problema no radica solo en establecer la veracidad de la información que propagan. El nuevo desafío que plantean los bots sociales es que pueden alterar la percepción de la influencia de los medios sociales, aumentando de manera artificial la audiencia de determinadas personas, o destruyendo la reputación de una compañía por motivos comerciales o políticos. No hemos desarrollado anticuerpos para eso todavía”, alertan otros investigadores en el artículo “El auge de los bots sociales”.

El poder de estos ejércitos de robots ha quedado ya demostrado en campañas electorales, en el debate sobre las vacunas, en la difusión de falsos rumores sobre ataques terroristas, en la manipulación de mercados financieros,… Coordinados son capaces de hacer mucho ruido y relegar a un segundo plano otras noticias. “Nadie sabe exactamente cuántos bots habitan en las redes sociales o qué parte del contenido que se genera se les puede atribuir. Los cálculos varían considerablemente y puede que solo hayamos visto la punta del iceberg”.

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