Así se puede recrear una Historia más completa y feminista
La mayoría de esculturas de las ciudades representan a hombres. Ahora, una 'app' recrea en realidad aumentada también a las mujeres influyentes
Siempre se dice que "La Historia está escrita por los vencedores". Lo que se obvia y que quizá habría que añadir es: "y por hombres". Los estudios que señalan la falta de referentes femeninos han ido creciendo poco a poco y llegan a una conclusión preocupante: las niñas no pueden convertirse en aquello que no pueden ver. Basándose en esta idea, ha nacido el proyecto The Whole Story, que tiene el objetivo de crear una narración histórica más completa teniendo en cuenta la historia de las mujeres. Para conseguirlo, han creado una aplicación que recrea con realidad aumentada estatuas de mujeres influyentes en ciudades de todo el mundo, donde la mayoría de esculturas cuentan la historia de los hombres.
Esta iniciativa está respaldada por las Naciones Unidas, forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Comenzó en Central Park, Nueva York. Allí se colocaron 22 estatuas de mujeres —visibles en la app— al lado de las 22 esculturas físicas de hombres. Hasta ese momento, solo había dos referentes femeninos en el parque: Julieta de Romeo y Julieta y Alicia de Alicia en el País de las Maravillas. Solo dos. Y ni siquiera existían en el mundo real. Representaban a personajes ficticios.
Desde ahí, el fenómeno se ha ido extendiendo por el mundo y hasta ahora incluyen a Nina Simone, Marie Curie, Amelia Earhart, Althea Gibson y Maria Tallchief, entre muchas otras. De hecho, en el mítico monte Rushmore se pueden ver las caras de Susan B. Anthony, sufragista; Florence Nightingale, precursora de la enfermería; Harriet Tubman, defensora de los derechos de los afroaméricanos; y Sacagawea, exploradora.
La aplicación permite a los usuarios ver, compartir y agregar estatuas virtuales junto con las que existen en el mundo físico. Utilizando la realidad aumentada y las capacidades GPS, los usuarios pueden localizarlas, verlas en el mapa y conocer las contribuciones que hizo esa mujer a la historia. Es un forma distinta de unir tecnología y espacios públicos que puede contribuir a visibilizar las vidas y las obras de mujeres que pasan desapercibidas para muchos.
Artistas, codificadores, historiadores y, en realidad, cualquiera a quien le apetezca y tenga unos conocimientos mínimos, puede diseñar, construir y colocar en el mapa al personaje que elija. La idea es poner a mujeres históricas en lugares donde hasta ahora solo había esculturas de hombres "para contar el resto de la historia". Por ejemplo, a la poetisa Emily Dickinson junto al también poeta Robert Burns; o a la ganadora del Pulitzer de literatura Edith Wharton junto a William Shakespeare.
Una vez más, el emprendimiento sirve para agilizar cambios que los gobiernos y ayuntamientos tardarían años en hacer. Imagina solo el debate inicial que se generaría si se propusiera poner más esculturas de personajes femeninos en la ciudad. Después habría que decidir cuánto gastar, quiénes serán las elegidas... Es un proceso más burocrático en el mastodonte de la administración pública que en una startup. Además de que serían mucho más caras. "El alto coste de construir estatuas físicas es una de las razones por las que optamos por usar la realidad aumentada", dice Catherine Patterson, directora de innovación de la agencia de comunicación Y&R, creadora de la aplicación.
Tenían claro desde el principio que querían crear una plataforma de open source: "Observamos con mucho cuidado cómo podíamos trabajar con código abierto para construir una herramienta que permita a diferentes grupos participar", explica Patterson. "Esperamos que esta experiencia les demuestre que tienen el poder de defender lo que creen que es correcto y que tienen derecho a verse representadas".
Por el momento, las estatuas virtuales no han llegado a España, y no es porque no hagan falta. De las cerca de 450 esculturas de personajes históricos que hay en Madrid, solo el 7% son mujeres.
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