El maridaje es un arte lleno de misterios. Enólogos y sumilleres se afanan por recomendar el vino perfecto para cada comida pero, al mismo tiempo, reconocen que cada paladar es un mundo. Afortunadamente, en España hay tantos vinos como personas y tantos vinos como ocasiones. Por eso, es casi imposible encontrar un plato que no tenga un compañero de viaje óptimo. Y sin gastar un dineral. Aquí van los siguientes menús acompañados de vinos de Alcampo.
Protos crianza 2014 es una elección ideal para tomar con un manchego, un gamoneu o un idiazábal. Este tinto clásico de Ribera del Duero va de fábula con ellos gracias a sus aromas de fruta madura (ciruelas y moras) bien ensamblados y los recuerdos tostados que tiene en el final de boca.
Precio: 14,95 euros.
Las notas de roble y piel del rioja Barón de Urzande crianza 2014 permiten acompañar a un asado de carne como si se tratara de un traje a medida. De cuerpo medio y muy sabroso, envuelve perfectamente platos de cierta contundencia.
Precio: 3,45 euros.
Un buen plato de ibéricos debe ir de la mano de un tinto de carácter, pero sutil. El Beronia reserva 2012 es un rioja que cumple estos requisitos con una entrada en boca suave, un sabor persistente y un tacto aterciopelado. Sus notas balsámicas le aportan, además, un poco de frescura.
Precio: 10,90 euros.
Para los aficionados a la caza, el placer de degustar un guiso de perdiz no estaría completo sin la elección perfecta del vino. Vega de Nava crianza 2014 es un tinto de Ribera del Duero perfecto por la complejidad que demuestra en boca, con notas especiadas, balsámicas y recuerdos a café y regaliz.
Precio: 3,95 euros.
Toda la potencia de los mejores pescados se realza con un buen vino blanco. Lusco 2016 es un albariño de nariz potente, con aromas de hierbas frescas, hojas de laurel y eucalipto, notas florales y toques a frutas tropicales. Su amplitud en boca lo hace ideal para arropar adecuadamente a pescados como el rodaballo.
Precio: 13,95 euros.
Aunque tengamos la impresión de que la pasta es muy sencilla de maridar, lo cierto es que una elección equivocada puede hacer demasiado pesado un plato de spaguetti a la carbonara. Un blanco ecológico como Cuatro Rayas 2016, elaborado con verdejo, aporta la frescura justa para exclamar ¡buon appetito!
Precio: 3,55 euros.
La peculiaridad de la uva mencía la convierte en una firme candidata cuando hay que arropar un pollo asado o un pavo al horno. El tinto Flavium Premium 2015 del Bierzo es un buen ejemplo, gracias a su elegancia y a sus recuerdos frutales a uvas y a frutas maduras.
Precio: 3,19 euros.
La realeza de los guisos: cocido madrileño, pochas con chorizo, fabada… Un tinto reserva, con mucho cuerpo, es siempre garantía de éxito. El navarro Gran Feudo reserva 2011 juega en esa liga y, además, sus toques de roble y su intenso final lo hacen aún más atractivo cuando hay un guiso de cuchara en la mesa.
Precio: 6,75 euros.
Gewürztraminer, la uva de nombre impronunciable, otorga un carácter muy especial a los vinos, haciéndolos florales, frutales y muy envolventes. Esto los hace perfectos para un maridaje siempre difícil: el de los postres. El blanco de Somontano Viñas del Vero 2016 elaborado con esta uva es una apuesta segura.
Precio: 9,30 euros.
Unas gambas rojas o un bogavante suben el listón convirtiendo el maridaje en un arte de equilibrista, buscando combinar notas e intensidades. El vino rosado de Protos 2016, con su amplio abanico de aromas y su sabor equilibrado, fresco y afrutado es ese truco en la manga que conviene guardarse…
Precio: 5,90 euros.