Desplazados climáticos: pobres, cuantiosos e invisibles
Con una degradación medioambiental desatada y mientras la comunidad internacional se pone de acuerdo para remediarlo, las zonas más susceptibles de sufrir catástrofes naturales demandan atención primero y estrategias para contener el desplazamiento forzoso de sus habitantes después
Casi 1.900 catástrofes medioambientales desencadenaron 24,9 millones de nuevos desplazamientos internos en 140 países y territorios en 2019, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), que depende del Norwegian Refugee Council. Es la cifra más alta desde 2012 y triplica el número de nuevas migraciones dentro del mismo Estado a causa de conflictos o violencia. Desde hace medio siglo se tiene constancia de las migraciones climáticas. Hasta hace apenas un par de años no se había puesto el foco en ellas
Cómo se llaman estos desplazados y por qué no son refugiados
El movimiento natural de un migrante por razones climáticas es trasladarse a otra región dentro de su propio Estado para poner a salvo su vida. El bangladesí que abandona de manera temporal su pueblo anegado por un ciclón; el somalí que, empujado por la desertización, se mueve a otra zona más fértil, o el fiyiano que se aleja de la costa ante la subida del nivel del mar. Se les conoce por migrantes climáticos o desplazados por razones medioambientales o incluso climigrantes. Pero no son refugiados. El convenio de Ginebra de 1951 no considera las razones medioambientales dentro de las circunstancias que dan motivo al estatus de refugiado – la ley internacional ampara a los perseguidos por raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política–. Jurídicamente, nadie es perseguido por el cambio climático. Jurídicamente.
Desplazados internos por desastres naturales en 2019
FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)
Beatriz Felipe es ambientóloga y ha publicado el libro Las migraciones climáticas ante el ordenamiento jurídico internacional. Doctora en Derecho, recuerda que la mayoría de movimientos causados por la degradación medioambiental ocurren dentro de los propios Estados, por lo que no es partidaria de utilizar el término refugiado para designarlos. Tampoco apuesta por adaptar la convención de Ginebra como solución. “A la hora de solicitar asilo en otro Estado se ha de demostrar que el perjuicio es a un individuo, no a un grupo. El daño en estos casos lo suele sufrir una comunidad entera, no una persona sola”. Y resuelve: “Es importante buscar las formas de proteger a estas personas sin necesidad de que haya una definición clara”.
“ Al solicitar asilo se ha de demostrar que el perjuicio es a un individuo, no a un grupo. El daño en estos casos lo suele sufrir una comunidad entera, no una persona sola ”
Beatriz FelipeAmbientóloga y doctora en Derecho
Andrew Harper, asesor especial de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) sobre Acción Climática, no es partidario de entrar en disquisiciones sobre el término más correcto a la hora de calificar a estos millones de desplazados. “No nos distraigamos con discusiones acerca de la terminología. No hay tiempo que perder. Se trata de ver cómo protegemos a esta gente para que no tenga que huir”. El discurso de Harper, que coordinó la emergencia provocada por un tsunami en Sumatra (Indonesia) entre 2005 y 2006, adquiere un cariz más dramático: “Es una guerra contra la naturaleza. Nosotros la hemos desencadenado y estamos pagando las consecuencias. La gente está huyendo para poner a salvo su vida”.
—¿Cómo se les brinda protección si no gozan de un amparo legal?
—Se les puede brindar protección usando los sistemas legales existentes. Es importante la prevención e invertir en las comunidades locales. Enseñarles un mejor manejo del agua y otros recursos, proveerles de energías renovables para que se dejen de cortar árboles con los que obtener madera para cocinar… Actuar antes. No esperar a que huyan.
Harper aboga por dar el poder a la gente, proporcionarles soluciones inmediatas para que se adapten a la cambiante situación. "No buscamos reformar el sistema de protección internacional. Es la propia comunidad local la que mejor protege a la gente que la rodea. La inmensa mayoría de desplazados forzosos se traslada a una región muy próxima". Harper, australiano residente en Ginebra (Suiza), lanza una advertencia. “Estos desplazados no viven precisamente en zonas de lujo. Más bien lo hacen cerca de un desierto, con escasez de agua… en lugares marginales”.
Felipe, que también es investigadora asociada al Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona (Cedat) de la Universitat Rovira i Virgili, cuenta con una opinión similar a Harper en lo que se refiere a la manera de actuar. "Se necesitan nuevas estrategias de adaptación surgidas de la investigación para que las personas no se vean forzadas a marcharse". Estas estrategias consisten en aplicar diferentes formas de cultivo que requieran menos agua o en crear infraestructuras en islas de escasa elevación para contener la subida del nivel del mar. Agotar todas las posibilidades antes de la reubicación de comunidades enteras en otras zonas del país, como ya ha sucedido de manera dirigida por los propios Gobiernos de Fiyi o Alaska (EE UU).
Países y territorios con más desplazados internos nuevos causados por desastres naturales en 2019
FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)
La doctora en Derecho y especialista en la vertiente más jurídica de los desplazados climáticos apuesta por denominarlos migrantes. Sirve para reflejar otra realidad que puede ser consecuencia del cambio climático, la de los apátridas. Si sube el nivel del mar tanto como para engullir una isla del Pacífico, desaparece el territorio físico y ese Estado deja de existir. Sus habitantes se convertirían en apátridas. Apátridas por el cambio climático.
“ Si no protegemos el medio ambiente, vamos a tener que proteger a la gente ”
Andrew HarperAsesor especial de Acnur sobre Acción Climática
Del cambio climático a la violencia y de la violencia a la huida
Los desastres naturales acarrean unas consecuencias inmediatas y unas secundarias igual o más dañinas. Las primeras resultan obvias. Si una ola gigantesca se lleva por delante una región entera, ahí ya no se puede vivir. Los efectos subyacentes que causa la crisis climática son igual de fáciles de entender pero resultan más remotos y a veces desconocidos. Basta no obstante con trasladarse al Cuerno de África y observar el siguiente fenómeno. Un lago que irrigaba una amplia extensión se seca, las cosechas disminuyen, dos poblaciones compiten por la escasa comida existente, batallan y una parte de la comunidad huye a otra región del mismo Estado o cruza una frontera.
—¿Cuál es la relación entre pobreza, conflictos bélicos y cambio climático?
—Las provocan que la gente compita por comida. El cambio climático da el empujón definitivo para que en Estados ya de por sí frágiles estalle un conflicto, lo que provoca que la gente tenga que emigrar.
La respuesta anterior de Harper, que trabaja en Acnur desde hace dos décadas, resume cómo un habitante de un región vulnerable a las consecuencias del cambio climático se convierte en desplazado o en refugiado si cruza una frontera perseguido por la violencia. Jesús Núñez, que codirige el codirige el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria () desde que se fundó hace 20 años, explica la competencia entre las poblaciones de la mayoría de Estados vulnerables: “No hablamos de oro, diamantes o petróleo. Buscan el control del agua”. Unos 200 ríos internacionales se comparten por dos o más países, lo que genera puntos de conflicto al delimitar ronteras interestatales en ocasiones.
Nuevos desplazados internos por conflictos o violencia y por desastres naturales en 2019 (por regiones)
FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)
Beatriz Felipe, autora del informe Migraciones climáticas: una aproximación al panorama actual, describe una situación en la que se mezcla pobreza, violencia y crisis climática: la caravana de migrantes que abandona el corredor seco de Centroamérica (una región árida golpeada por sequías cíclicas). Según Acnur, 570.000 personas provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua han buscado protección por violencia o persecución hasta finales de 2019. Algunos de ellos han formado parte de las caravanas con destino México y EE UU. “Huyen de conflictos, de la pobreza, de la sequía. ¿Son refugiados por causas económicas, ambientales? Muchos solicitan asilo al llegar a estos países del norte pero se les deniega y su entrada se considera ilegal”, afirma.
No son refugiados pero pueden serlo en el futuro
El Pacto Mundial sobre Refugiados, adoptado en la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2018, aborda el problema de los desplazados por razones medioambientales. “El clima, la degradación del medio ambiente y los desastres naturales interactúan cada vez más con los impulsores de los movimientos de refugiados”, se extrae del documento aprobado por los Estados miembros de la ONU.
Más refugiados, menos atención
El cambio climático desemboca a veces en el cruce de fronteras. Si los desplazados por razones climáticas se convirtieran en refugiados, las cifras de estos aumentarían en gran medida. Núñez reconoce el peligro de que un mayor número de solicitantes de asilo derive en menor protección. “Claramente se debilitaría el estatus de refugiado”. Según el informe de Acnur Tendencias globales. Desplazamiento forzado en 2019, el año pasado hubo 79,5 millones de desplazados forzosos, de los cuales 26 millones eran refugiados.
“ No hablamos de oro, diamantes o petróleo. Buscan el control del agua ”
Jesús NúñezCodirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)
Harper expone una casuística intermedia, que no implica el cruce de fronteras ni tampoco el traslado a una región rural cercana como es habitual, sino mudarse a zonas urbanas dentro del mismo país. “Con el desplazamiento de muchos personas las ciudades están creciendo. A menudo no cuentan con la infraestructura para acoger a esta nueva población”. Harper se refiere a desplazados que engrosan las urbes pero con un nivel económico tan débil que no pueden pagar impuestos, lo que a la larga desemboca en falta de atención sanitaria, inversión en seguridad, fallas en el sistema educativo.
Los migrantes que se desplazan internamente quieren volver a su tierra tan pronto como sea posible. A diferencia de los conflictos bélicos, que en algunos casos logran resolverse, el daño causado por el cambio climático es en ocasiones irreversible. “Hay sitios a los que no puedes volver al año siguiente y pensar que todo está bien”. Y sentencia: “Si no protegemos el medio ambiente, vamos a tener que proteger a la gente”.
Occidente. Mismas causas, consecuencias muy diferentes
En los países de renta baja y media-baja se produjeron 11 veces más desplazamientos debido a fenómenos meteorológicos extremos que en los países de renta alta entre 2008 y 2019, según Oxfam Intermón. Jesús Núñez, desde IECAH, opina que sí se pueden comparar las catástrofes que suceden en Occidente y en los países pobres. “El suceso es el mismo. Lo que cambian son las consecuencias si se produce en París o en un lugar subdesarrollado. Lo cierto es que los desastres no paran de aumentar”.
El australiano Harper coincide en que ningún país es inmune a las catástrofes medioambientales pero recuerda: “La capacidad de los Estados empobrecidos para mitigar las consecuencias son muy limitadas”. Y resume la situación con rotundidad: “Occidente se ha enriquecido gracias a un modelo de producción que ha contribuido al cambio climático. El resto de países no ha tenido la oportunidad de crecer y ahora sufre las consecuencias del desastre medioambiental. No es justo”.
Ante la pregunta de por qué los desplazados climáticos están recibiendo ahora más atención, Harper sostiene que la ciencia ha avanzado más y es mucho más clara. “La evidencia está ahí. La tierra se está calentando”. Por ello, los periodos de sequias aumentan en el este de África, las tormentas y los ciclones son más frecuentes y virulentos en las regiones tropicales. El Centro de Monitorización de Desplazados Internos, un organismo internacional creado en 1998 como parte del Norwegian Refugee Council, hasta 2008 no empezó a contar el número de desplazados por causas medioambientales.
"A menos que veamos una amenaza clara, las personas dejamos las cosas para el día siguiente”, explica Harper, que extrae una conclusión del periodo de reclusión al que medio planeta se ha visto sometido en los últimos meses. “No es necesario viajar si se pueden lograr los mismos resultados mediante una reunión en Teams”. El experto en acción climática de Acnur se refiere a las emisiones de CO2 de los aviones. El confinamiento ha supuesto una prueba involuntaria de que el mundo puede parar y respirar.
¿Puede la contaminación provocar refugiados climáticos?
Los expertos consultados coinciden en que no se deben contabilizar como desplazados climáticos a los habitantes que cambian las grandes ciudades con mala calidad del aire por zonas rurales. “Es un problema de salud pública. Es responsabilidad de los Gobiernos atajarlo”, razona Harper. “La contaminación es muy mala pero cuando un refugiado o un desplazado por desastres medioambientales cambia de región lo hace porque teme por su vida”, afirma.
El IDMC vaticina que pueden darse situaciones de desplazamiento interno en España debido a las consecuencias del cambio climáticos. Las causas son los incendios descontrolados. Son provocados por personas, pero la intensidad y la mayor dificultad para extinguirlos radica en parte en las altas temperaturas causadas por el cambio climático.