Los modelos de protección domésticos son cada vez más sofisticados y comienzan a incorporar la inteligencia artificial (IA) en sus procesos. Los sensores distribuidos por la vivienda captan información sobre la actividad en el interior y solo se activan cuando perciben alguna anomalía, como un intruso o un cambio brusco en la temperatura, la humedad o la calidad del aire.
Estos son menos intrusivos, pues se integran en el hogar de forma que resultan casi invisibles; y autónomos, ya que no hay que estar pendiente de ellos constantemente. Permiten también adelantarse a posibles incidentes gracias al procesamiento de grandes cantidades de datos de uso de alarma y su análisis, que da la oportunidad de desarrollar modelos predictivos capaces de prever ciertos problemas o despistes. Securitas Direct ha creado un servicio que avisa a sus clientes mediante una notificación en sus móviles para que conecten la alarma si han salido de casa despistados y se han olvidado de hacerlo, algo habitual cuando se lleva poco tiempo usando el sistema o se abandona la vivienda un momento pensando en que se va a volver pronto.
Una vez el sistema se asegura de que la vivienda está vacía, el cliente recibe una alerta si ha salido sin conectar la alarma
Esta funcionalidad, que la compañía ha bautizado como Conéctame, se vale del procesamiento de las señales que captan los sensores dispersos por la vivienda, y el geofencing, una tecnología que, mediante la ubicación del GPS es capaz de establecer una valla virtual sobre un área geográfica real, para constatar que los habitantes no están en casa o sus alrededores. Una vez que el sistema se asegura, el cliente recibe una alerta si se ha marchado sin conectar la alarma, en su aplicación MyVerisure, que agrupa todos los servicios de la compañía. Y desde allí puede conectarla con un clic. Conéctame se incluye en el sistema de alarmas de Securitas Direct, compañía que apuesta por la tecnología para ofrecer soluciones innovadoras a partir del análisis de datos y la inteligencia artificial: cada día recoge hasta 19 millones de señales telemáticas a través de 14 millones de dispositivos conectados.
Nina Llordachs, directora de Marketing de Securitas Direct, señala que Conéctame es un ejemplo de cómo su conocimiento profundo del sector y de las necesidades de sus clientes les permite introducir innovaciones, que se han ido convirtiendo en un estándar para la industria. "En Securitas Direct diseñamos y desarrollamos constantemente nuevos productos, servicios y tecnologías con el objetivo de proporcionar protección y seguridad a las personas. Conéctame es un ejemplo de cómo entendemos las necesidades de nuestros clientes e innovamos para ofrecer nuevas soluciones que nos permiten minimizar riesgos y anticiparnos para prevenir situaciones de peligro".
Es común que padres, hermanos y compañeros de clase ayuden al estudiante a repasar la lección antes de un examen, pero no que lo haga un robot… hasta ahora. Varias universidades del mundo, entre las que figuran algunas españolas, están trabajando en asistentes virtuales por voz (o voicebots) con los que los alumnos van a poder reforzar sus conocimientos sobre los contenidos de sus asignaturas. Se trata de programas informáticos capaces de ejecutar tareas a partir de órdenes orales, como los asistentes que comercializan Apple o Microsoft, y configurados para reconocer las materias académicas y, gracias a la aplicación de la inteligencia artificial, valorar si se ha recitado correctamente el temario o en qué ha fallado.
Estos programas, aún en pleno desarrollo, se han planteado como capas digitales, conocidas en el argot tecnológico como skills (habilidades en castellano), que se incorporarán a los sistemas ya existentes en el mercado como Alexa o Siri. Actualmente, ya están disponibles algunas de sus prestaciones, como la de proporcionar información sobre los campus y la de servir de guía en el proceso de matriculación.
Los asistentes virtuales son uno de los recursos con mayor potencial educativo
El informe Horizon de 2019, elaborado por la asociación internacional sin ánimo de lucro Educase junto con 98 expertos en educación, califica a los asistentes virtuales como uno de los recursos con mayor potencial a largo plazo en el ámbito de la formación. Especialmente gracias a la penetración en la sociedad de los asistentes virtuales generalistas que permiten, con una orden de voz, encender luces, consultar Google o conocer las noticias. De acuerdo con Statista, el 31% de los hogares estadounidenses ya cuentan con uno. En España, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el 22,4% de las personas que navega por internet afirma utilizarlos.
El coche tiene más de un siglo de existencia, pero ha sido recientemente cuando ha dicho sus primeras palabras. Lo ha hecho a través de señales visuales y sonoras con el objetivo de reducir los peligros a los que se exponen los conductores y sus acompañantes en la carretera. Primero con pequeñas luces como la que indica desde el salpicadero que se está agotando el combustible o la que avisa de que una puerta ha quedado mal cerrada. Ahora, estas alertas se han multiplicado y sofisticado y se conocen como sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS, por sus siglas en inglés). No son solo señales, sino también métodos de protección al volante que se sirven de pequeños radares, cámaras y láseres para monitorizar el entorno y gestionar la información con microprocesadores (ordenadores muy pequeños) e incluso con técnicas de inteligencia artificial. Así establecen patrones e identifican cualquier variación en el funcionamiento del vehículo y el comportamiento del conductor.
Ante una situación de riesgo, estos dispositivos son capaces de reaccionar en décimas de segundo, mientras que una persona, en condiciones normales, tarda entre uno y dos segundos, de acuerdo con la Fundación Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), cuyo objetivo es potenciar la prevención en materia de seguridad vial. Los ADAS contribuyen así a reducir el riesgo de accidente hasta un 57%, según los datos de la Dirección General de Tráfico.
El sistema de detección de fatiga activa una alarma visual, acústica o sensorial ante el comportamiento atípico del conductor
Poco a poco los fabricantes han ido incorporándolos a los nuevos modelos. Los primeros fueron el ABS y el control de estabilidad, obligatorios desde 2004, y después llegaron otros, como el sistema E-call de llamada de emergencia que, desde 2018, permite llamar a los servicios de asistencia pulsando un botón o los avisa automáticamente en caso de accidente.
A partir de 2022 se incorporarán otros nueve por exigencia de la Unión Europea. Entre ellos figura el sistema de detección de fatiga que, en caso de maniobras que difieran del comportamiento típico del conductor, activa una alarma, que puede ser visual, acústica o sensorial, como la vibración del asiento o el volante; o el asistente inteligente de velocidad que se acciona cuando el vehículo rebasa el límite de velocidad en una determinada zona y la reduce automáticamente hasta la permitida.