—Estoy cómoda, ¿tú estás cómodo?
—Sí. Estoy cómodo, cariño.
Cómo no estarlo. Una pareja de ancianos se sienta en su sofá, plácidamente, el que los une cada día desde hace 64 años de matrimonio. Aunque no lo parezca, están en la consulta con el doctor. Pero esta se ha trasladado a su salón particular.
La telemedicina establece el nuevo paradigma a seguir por todo el sector sanitario. No es solo la posibilidad de dar una atención de la máxima calidad al paciente que está en su hogar. Es también conectar a todos los actores —pacientes, profesionales y centros de salud— para construir un ente sanitario global. Ya no hay fronteras. Un experto en Nueva York puede ayudar con un caso crónico que se haya dado en Madrid. Y a medio plazo será posible operar desde la distancia gracias a robots de alta precisión. Una nueva era en el que no importa dónde estés para recibir la atención que necesitas.
El miedo a la tecnología ha existido siempre. Cuando los caballos dejaron paso al vapor, la desconfianza del ciudadano era enorme. Algo así ocurre con la telemedicina. Ser atendido desde casa, aunque resulte más cómodo para el paciente, inquieta. Pero los estudios están demostrando que la telemedicina no solo sirve para cimentar un modelo de salud viable a largo plazo. Sino también que tiene beneficios claros para el paciente.
Un estudio conjunto de la Universidad de California San Francisco y de la Universidad de Stanford concluyó dos datos reveladores: una de cada dos visitas de pacientes a los hospitales podrían resolverse y la relación coste/beneficio entre aplicar las soluciones de telemedicina y cargar todas esas visitas a los centros de salud se estima de 1 a 10. "Estamos cada vez más cerca de una era en el que nuestra evolución digital del sector salud no pensará en la telemedicina como algo separado o distinto. Será algo totalmente integrado en la atención sanitaria del día a día", explica Kofy Jones, vicepresidenta de la compañía American Well en un artículo de opinión de Forbes.
Estamos cada vez más cerca de una era en el que nuestra evolución digital del sector salud no pensará en la telemedicina como algo separado o distinto Kofy Jones, American Well
"Desde hace tres o cuatro siglos, el instrumento de diagnóstico que tenía el patólogo era el microscopio. Ahora lo es la pantalla del ordenador", así de claro se muestra el doctor Raimundo del Moral, director de la Unidad de Gestión Clínica Provincial Intercentros de Anatomía Patológica de Granada. "Mediante sofisticados procedimientos de captura de imagen, todos estos datos visuales sobre el paciente ya son accesibles desde cualquier dispositivo digital". Y si lo son, esto significa que el médico no depende de estar en un lugar en concreto. Es susceptible de analizarlos en cualquier lugar.
El papel del patólogo en el siglo XXI es uno de los casos más claros de transformación a partir de este nuevo paradigma tecnológico. Según Del Moral éste ha venido a revolucionar el día a día de estos profesionales. "El microscopio tenía una cantidad enorme de inconvenientes. Al departamento de anatomía patológica se enviaba la muestra del paciente, que tenía que ser cortada en láminas muy finas, teñida con colorantes y luego analizada en el microscopio para emitir un diagnóstico. Esto se ha acabado. Ahora son potentes escáneres los que nos permiten analizar la muestra al completo sin sacarla del portaobjetos. Nuestro laboratorio es el único de España que ya aplica en el 100% de las muestras que analizamos", apunta Del Moral. Las imágenes se almacenan con una resolución tremenda, de hasta 10 gigabytes por imagen.
Esta revolución en el almacenamiento va mucho más allá de la comodidad y precisión en el diagnóstico. Al no existir necesidad de transportar una muestra física para analizarla, porque es ya un fichero digital, un abanico infinito de posibilidades se abre para que los mejores expertos no ya de un país sino del mundo puedan compartir datos de sus pacientes para mejorar en el tratamiento de una enfermedad. "La clave es que todo esto permite a los expertos que no están físicamente en el mismo lugar analizar una misma muestra en tiempo real, por streaming, y debatir sobre ella. De esta manera, cuando surge un problema el mejor experto siempre puede opinar. Por no hablar del enorme ahorro que logramos al evitar el transporte", subraya Del Moral.
Salud Conectada - paciente consulta su estado de salud a través de aplicaciones móviles conectadas con su médico.
Va a ser uno de los campos que explotarán en el corto plazo cuando hablamos de telemedicina. En solo cuatro años, se espera que surja de la nada una gran industria enfocada a unir realidad virtual y atención médica a distancia. Según la firma Global Industry Analist Inc., el valor de todo este sector superará los 3.500 millones de euros en 2020. Los campos fundamentales de crecimiento son la innovación en la asistencia médica a distancia, cómo se visualizan mutuamente pacientes y facultativos, y la posibilidad de que un cirujano opere sin estar presente en el quirófano, ayudándose del streaming de Internet, los visores de realidad virtual y la robótica.
"Puedo decir que todos estos avances son revolucionarios, no evolutivos, en términos de su impacto en la ciencia y el tratamiento médicos. La gente ve la tecnología y piensa que reduce la interacción humana. Puede llegar a hacerlo si su implantación es poco cuidadosa. Pero puede también enriquecer esas interacciones entre nosotros", explica el doctor Mehran Anvari en su entrevista a The Hamilton Spectator. Su sistema para operar a distancia con robots y realidad virtual y aumentada ya es operativo a casi 1.500 kilómetros de distancia. Esto quiere decir que, en un futuro, un paciente de París podría ser operado desde Madrid.
"Al principio, no nos convencían mucho estos aparatos. Pero cuando nos lo explicaron, conseguimos acostumbrarnos a ellos. Hoy, estaría perdida de ellos. Me hace feliz poder estar en casa con Ralph y a la vez poder hablar con el médico por video y no tener que esperar dos o tres días para tener cita con él".
Una pareja con 64 años de matrimonio a las espaldas lo entiende y disfruta en Phoenix. Pronto, la telemedicina convencerá también a cada hogar de cada rincón del mundo. Porque, como en casa, en ninguna parte.