Los sistemas de diagnóstico que revolucionarán tu salud

Acercarse a un hospital para chequear nuestra salud es un hábito que nos cuesta. Pero puede salvarnos la vida. El diagnóstico y sus tecnologías son el campo de la salud que espera una mayor revolución en el medio plazo. La explosión tiene cifras concretas en la industria médica. Actualmente, el diagnóstico supone en torno al 17% de la inversión en salud, frente al 64% de los tratamientos curativos. Se espera que para 2025 la tendencia cambie, y el 21% del gasto se dedique a prevenir y detectar mientras el 51% se invierte en curar cuando ya hay dolencia, según datos del estudio de mercado de Mach 7 technologies. Esto se resume en un mantra para la salud de todos: enfermar menos e informar más.

Los dispositivos de diagnósticos se están impregnando de la última tecnología para acabar con uno de los grandes problemas de la salud planetaria: cómo detectar cuándo el paciente está enfermo. Mejorar es crucial. La Organización Mundial de la Salud pone datos a algunas enfermedades: el cáncer de mama con un mal diagnóstico, baja de un 80% de supervivencia a la mitad, un 40%. Otro ejemplo es el cáncer de pulmón, donde la detección precoz mediante TAC de baja dosis a la población de riesgo ha demostrado que puede reducir un 20% la mortalidad. El adoptar nuevas técnicas como el big data, el machine learning, los wearables o los últimos sistemas de diagnóstico radiológico es el nuevo paradigma al que aspira la salud.

En esta nueva tendencia se incluye la precisión en anatomía patológica, mediante la cuál se confirman los diagnósticos oncológicos. Un buen ejemplo sería la colaboración entre el Hospital del Mont Sinaí en EE UU y la Fundación Champalimaud en Portugal. Este consorcio ha creado una base de datos digital de imágenes que coleccionan las muestras de tejido de pacientes de una red de seis hospitales. Esto permite a sus patólogos ampliar el estudio de enfermedades complejas como el cáncer e intercambiar reflexiones e investigación con sus iguales en base a una muestra de datos mucho más amplia.

La digitalización de la anatomía patológica es una tendencia, como demuestra la más reciente inauguración del primer laboratorio patológico totalmente digitalizado de España, en el Hospital Campus de la Salud de Granada.

Pero toda esta tecnología empieza por el paciente, por su capacidad para asumir un control de su salud. El Future Health Index, patrocinado por Philips, marcó como fundamental entre sus conclusiones la necesidad de un “constant loop de información entre los pacientes, las instituciones y el personal sanitario”. Lynne Drunback, vicepresidenta de la consultora IDC Health Insights, subraya la importancia del análisis de la información en tiempo real por los pacientes: “Esencialmente, tanto el paciente como los profesionales de la salud deben estar preparados para aceptar que la única manera de mejorar el sector es con un flujo de datos, no solo proveer de él y recibirlo, sino también escucharlo”. Se espera que el mercado de las wearables en la salud crezca un 14% en los próximos cuatro años, de la consultora Technavio.

  • 10 de cada 100 muertes en Estados Unidos se producen por un error en el diagnóstico, según un informe de la National Academy of Medicine.
  • 20%de reducción de la mortalidad en cáncer de pulmón, según estudio publicado por el National Lung Screening Trial.
  • 9 de cada 10 pacientes que sufren cáncer de ovario reciben el diagnóstico en las etapas finales de la dolencia, según datos del Instituto Nacional de Cancerología (Incan) de México.

Tumor en pulmón La nueva era radiológica

La rapidez de las decisiones médicas depende de la calidad de los datos que se analizan. Cómo de detallada y precisa sea la información visual del organismo de un paciente puede marcar el atajar una enfermedad a tiempo. Entre las técnicas actuales, la radiología destaca como una de las disciplinas estrella. “Actualmente, la radiología es clave en el diagnóstico de más del 85% de las distintas enfermedades, es decir, tenemos un papel central en el proceso asistencial”, afirma Antonio Luna Alcalá, experto en resonancia magnética aplicada a la oncología, y director científico de la Sociedad Española de Radiología Médica 8SERAM) y director médico del grupo Healthtime.

La medicina evoluciona pareja a la creciente importancia de la tecnología en los hospitales. Los últimos avances tecnológicos en tomografía axial computarizada (TAC), suponen un salto en la calidad de sus imágenes ya que incoporan un detector espectral. En la práctica, esta nueva tecnología significa que el médico puede apreciar de una forma precisa las arterias obstruidas por el calcio o conocer la composición exacta de las piedras de riñón, algo que era muy difícil de calcular debido al efecto de centelleo que estos compuestos producen en la imagen.

En el cáncer de próstata, una enfermedad diagnosticada a más de 32.000 españoles al año, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC)) los clínicos se enfrentan con la dificultade en la detección de esta dolencia. Las metodologías clásicas de diagnóstico implican la realización de una biopsia en la que se extraen entre diez y doce muestras de tejido. La posibilidad de fallar y pasar por alto una zona afectada por un tumor de alto riesgo es elevada, de hasta el 50%.

Del mismo modo, a veces se toma casualmente una muestra de un tumor de bajo riesgo, que dada su lenta evolución no llegará a desarrollar nunca síntomas para el paciente y que no presenta potencial letal, y sin embargo, habitualmente se realiza un tratamiento innecesario para el paciente.

Afortunadamente, ya existen tecnologías que fusionan la imagen de la resonancia magnética y la ecografía, permitiendo localizar el tumor con mayor exactitud, aumentando así la precisión del diagnóstico en un 30% y evitando la repetición de la prueba que por sus característas resulta incómoda para el paciente. La utilización de esta nueva tecnología ayuda por tanto también a reducir, en aproximadamente un 17%, situaciones de sobrediagnóstico y sobretratamiento para los pacientes.

En España, el hospital de Cruz Roja de Córdoba cuenta ya con esta tecnología innovadora.

Las instalaciones de la Fundación Lusa, uno de los hospitales punteros en Europa en sistemas de prevención.

El TAC Espectral IQom de Philips, que aumenta la resolución para permitir una mayor capacidad de diagnosis.

El Uronav, fusión de resonancia magnética y ecografía que aumenta hasta en un 38% la capacidad de detección de cáncer de próstata.

Un paciente recibe un CAT Scan, una tomografía que obtiene sus imágenes mediante el uso de rayos X.

Un corazón siempre vigilado

Las técnicas de diagnóstico por imagen también pueden ayudar en el seguimiento de los tratamientos oncológicos, e incluso de sus potenciales efectos adversos.

La quimioterapia es la barrera principal contra el cáncer. Pero inevitablemente daña el organismo. El corazón es uno de los principales afectados. La Universidad de Harvard, en su artículo Los tratamientos del cáncer pueden dañar el corazón, subraya la necesidad de tener en cuenta el riesgo cardiovascular al curar esta enfermedad. “Casi cualquier tipo de quimioterapia tiene un efecto sobre el sistema cardiovascular y la mayoría no son buenos”, afirma en dicho artículo el doctor Mandeep R. Mehra, director ejecutivo del Centro para Enfermedades Avanzadas del Corazón del Hospital de Mujeres de Bringham y profesor de esta institución.

Para paliar este problema, Philips desarrolla tecnologías de ecografía cardiaca en tres dimensiones, con automatismos de Inteligencia Anatómica, que acortan el tiempo necesario para saber cómo se encuentra el corazón de un paciente. Ganar tiempo en esta monitorización salva vidas. “En el 80% de los casos, cuando se diagnostica precozmente una caída del más del 10% en la fracción de eyección [principal parámetro cardiológico que compara el cambio de volumen del ventrículo izquierdo durante un latido] y se trata con los fármacos indicados, el paciente mejora o incluso se normaliza y reduce de manera muy importante el riesgo de eventos”, afirma la doctora Teresa López Fernández, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Madrid.