Una salud smart y sin fechas de caducidad

Nada dura para siempre. Da igual que hablemos de lo último en tecnología o del marco legal más moderno para legislarla. Todo tiene su fecha de caducidad. Y en salud, esa fecha, la obsolescencia de equipos, instalaciones y procedimientos, tiene un peso clave.

Hay dos retos principales, los que competen a las instalaciones y los propios del servicio que reciben los pacientes. Ambos apuntan a fortalecer dos paradigmas: la telemedicina [atención remota a los pacientes] y el reinventar los hospitales como espacios dinámicos abiertos a la constante reformulación de sus equipos y espacios”, explica Donald G. Bellefeuille, consultor especializado en tecnología y salud de la firma NNBJ.

Los sistemas de diagnóstico más punteros mejoran la calidad de las imágenes y reducen las dosis recibidas de radiación.

Es una necesidad que acometer con urgencia en todo el mundo. El impacto de la crisis ha mermado la capacidad económica de inversión en todos los sectores, por lo que la gestión más inteligente de los recursos es clave. El informe de la consultora McKinsey La fuerza en la la unidad. La promesa de estándares globales en la salud apunta el enorme ahorro que se lograría al estandarizar los protocolos de adquisición y prescripción de medicamentos: más de 100.000 millones de euros al año en todo el mundo.

En España la situación es igualmente acuciante. El estudio El perfil tecnológico hospitalario en España de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) apunta a que las comunidades autónomas padecen el peor envejecimiento tecnológico en sus hospitales de las últimas dos décadas. En mejorar estas cifras no solo se juega la economía, sino la salud de las pacientes, como recuerda Juan Sanabria, presidente de Philips Ibérica: “Es crítico un cambio de modelo en la gestión de la tecnología. La antigüedad de su parque tecnológico en ciertas áreas y modalidades dobla la de otros países europeos. La innovación y la renovación tecnológica son básicas para mejorar los resultados de salud del paciente, reducir la morbimortalidad [las enfermedades mortales que padece una determinada población] en muchos casos o los efectos adversos de las intervenciones”.

  • 56% de los pacientes de todo el mundo tienen al menos un dispositivo para monitorizar su salud. (Fuente Health Index 2016 )
  • 500.000gigabytes,millones de euros son invertidos en el inventariado de instituciones hospitalarias. (Fuente Mckinsey)
  • casi 7 de cada 10 escáneres en España tienen más de 10 años. (Fuente Cocir)

Innovación y sostenibilidad: Claves para blindar el sector

Vigilancia. Diagnóstico. Quirófano. Son tres palabras clave ligadas a los paradigmas tecnológicos que permiten combatir la obsolescencia sanitaria. La telemedicina, la vigilancia del paciente de su salud mediante wearables y apps y la comunicación remota para consulta con un médico, es una de las claves: “Su evolución, y evoluciona vertiginosamente, permitirá que recibas una enorme cantidad de servicios sanitarios sin tener que pisar un ambulatorio. Y esto tiene un impacto directo: si evitas un 30% de las visitas de pacientes reduces la necesidad en la misma proporción de consultas físicas”, explica Donald Bellefeuille, consultor tecnológico y sanitario. ”

La mejora en los sistemas de diagnóstico también juega un papel fundamental. Durante la recisión, España empeoró el envejecimiento de sus escáneres en un 20%, de 2008 a 2013, según datos del COCIR, el Comité Europeo de Coordinación de las industrias Radiológicas, Electromédicas y de Salud. Esto significa que doblamos la línea roja del número de escáneres que pueden tener más de seis años en el sistema hospitalario: un 30% frente al 60% que provocó la crisis. La modernización de los sistemas de diagnóstico, y especialmente la tomografía computerizada (TC), vuelve a incidir no solo en la necesidad de ahorro sino también en el beneficio al paciente. “Las dosis efectivas promedio empleadas por exploración de TAC no han dejado de subir. Por tanto, reducirlas es fundamental. Para ello nacen los sistemas de reconstrucción iterativa que pueden reducir las dosis hasta en un 80%, mejorando la resolución de la imagen”, asevera Juan Romero, jefe de producto de Tomografía Computarizada e ICAP en Philips Ibérica. Este plus tecnológico significa también una mayor capacidad para detectar precozmente enfermedades como el cáncer de pulmón.

Los quirófanos híbridos permiten consultar e interactuar en tiempo real con sistemas de visualización en 3D que mejoran la eficiencia de las intervenciones.

Si la intervención es inevitable, la modernización de los equipos también beneficia a los quirófanos. Con técnicas menos invasivas, como la que permite la neurología intervencionista, permitiendo una reducción de hasta el 80% en intervenciones de cirugía craneal o el uso de tecnologías híbridas en los quirófanos, que combinan el equipo tradicional con la última tecnología de visualización. Por ejemplo, los sistemas de visualización que combinan rayos X y ecocardiografía mejoran la comunicación de todo un equipo de cardiología.

Ser capaces de crear la mejor tecnología en salud es un paso. Pero cómo se gestione esta es el eslabón fundamental para asegurar la sostenibilidad del sistema a largo plazo. “Es necesario un nuevo abordaje en la provisión de asistencia sanitaria que asegure una transición del paciente del hospital al hogar. La transformación de la sanidad requiere innovación en la gestión de las instituciones proveedoras de asistencia sanitaria”, insiste Juan Sanabria, presidente de Philips Ibérica.

La comunicación entre lo público y lo privado juega en esta transformación es esencial. La figura del socio tecnológico es una de las posibles respuestas a cómo paliar la caída de inversión pública en innovación. La alianza entre empresas que provean tecnología y hospitales o instituciones públicas, mediante acuerdos que se prolongan durante años, permite compartir la carga en modernizar equipos y protocolos y estar al día de lo más puntero. Mantener a largo plazo esta renovación no es algo, en opinión de los expertos, opcional, sino obligatorio. “El coste de la conversión de un hospital que apenas se renueva en medio siglo es mayor que construirlo de nuevo. Por eso cada vez cierran más hospitales. El sector de la salud debe vencer la paradoja entre una industria puntera en lo tecnológico y una adopción muy lenta de dicha tecnología en los pacientes”, apostilla Bellefeuille.