Una ‘kalejira’ para el recuerdo

Iñigo López

San Mamés (Bilbao). 2014. Athletic-Nápoles. Fase previa de la UEFA Champions League

“Esa noche mi hermano y yo volvimos de nuestras vacaciones solo para ir a San Mamés”, recuerda Iñigo López. El Athletic se enfrentaba al Nápoles de Rafa Benítez. Llegaron temprano para ver el ambiente de la calle Licenciado Poza (“aunque todo el mundo la llama Pozas”), abarrotada de zurigorris (rojiblancos, en euskera), kalimotxo en mano. Luego kalejira (procesión al estadio, en euskera) y, dentro, otra fiesta. “La gente coreaba el himno de la Champions como si fuera nuestro”, dice Iñigo. El Athletic comenzó perdiendo pero remontó. 3-1, con dos de Aduriz: “¿Quién si no?”. “Estuve toda la segunda parte tapándome los ojos con la bufanda de mi hermano", dice. Con el tercero llegó el éxtasis: “Cada vez que los italianos tenían el balón se les abucheaba y cuando atacábamos nosotros era como un huracán. No se cantaba, se chillaba, se jaleaba, se rugía. No sé cómo expresarlo”.

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