Cáceres
Medieval
Fortalezas, palacios renacentistas y plazas con sabor medieval... Cáceres es un catálogo monumental indescriptible donde perderse y encontrarse. Para entender la magia que desprende lo mejor es recorrerla al anochecer, cuando los edificios históricos se iluminan, la oscuridad de la noche borra la modernidad y queda solo el latido de una ciudad milenaria. Este año es Capital Española de la Gastronomía, razón demás para visitar sus restaurantes y bares. La plaza Mayor, San Juan, las calles Moret y Pizarro o el recinto intramuros ofrecen el mejor ambiente para tapear y probar todo aquello que se apellide ibérico.
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Mérida
romana
Ciudad heredera del esplendor del antiguo imperio romano. Sus emblemáticos edificios como el Teatro y el Anfiteatro, los acueductos, hacen que su conjunto arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad, sea uno de los mejores conservados del mundo. En 2016 será la Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, un atractivo para recorrer sus monumentos, visitar el Museo Romano y degustar su gastronomía. Su Ruta de la Tapa Romana y el evento Emerita Ludica merecen una escapada.
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Badajoz,
Reino Taifa
Más de mil años han pasado desde que se constituyó el reino taifa de Badajoz, sin embargo su alcazaba aún se yergue orgullosa sobre el cerro de La Muela contemplando una ciudad moderna, dinámica sede de diversos festivales y de una fiesta reciente que ha arraigado entre la población: la Fiesta de los Palomos, que atrae cada primavera a miles de personas a una cita a favor de la tolerancia, igualdad y diversidad sexual.
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Trujillo,
Tierra de descubridores
Si llegas a Trujillo un día de niebla y te adentras en su plaza Mayor corres el riesgo de perder la noción del tiempo y, aunque sea por un momento, creer que has sido transportado a otra época. La ciudad conserva en sus calles la esencia de los descubridores que partían de Extremadura en busca de la gloria al Nuevo Mundo. Su Feria Nacional del Queso es una cita ineludible para los amantes de este manjar.
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Plasencia,
palaciega y capital del Jerte
Unamuno se refirió a ella como ‘la capital sin provincia’, pero Plasencia es la capital del Jerte y de todo el Norte de Extremadura. Rodeada de una poderosa muralla desde que Alfonso VIII de Castilla la fundara en 1186 es una ciudad señorial donde se puede contemplar la transición del estilo románico al gótico y hacerte una idea de cómo era la vida en las casas señoriales del siglo XV al XVII.
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