El Real Betis ha estrenado ya la nueva ciudad deportiva Rafael Gordillo y en breve emprenderá la ampliación del Estadio Benito Villamarín, dos obras sufragadas con fondos de LALIGA IMPULSO que permiten al club entrar en una nueva era
Madrid - 23 ENE 2024
Rafael Gordillo (Almendralejo, Badajoz, 1957) iba en su coche cuando le comunicaron que la nueva ciudad deportiva del Real Betis llevaría su nombre. “Me llamó el presidente, Ángel Haro, y se me saltaron dos lágrimas. Le dije que estas noticias no deben darse cuando vas conduciendo”, recuerda con una sonrisa. El icónico lateral de las medias bajadas, que jugó 412 partidos con el club de las 13 barras, se emocionó porque era “la más grande” que le había pasado desde que llegó al Real Betis con 15 años. El complejo deportivo que han bautizado en su honor destaca por las descomunales dimensiones, algo que impresiona a los canteranos, jugadoras del equipo femenino y trabajadores que se mueven por las instalaciones desde que fueron inauguradas a comienzos de octubre. La obra se incluye en el plan de renovación de infraestructuras que la entidad desarrolla con ayuda de los fondos de LALIGA IMPULSO, el acuerdo entre LALIGA y su socio estratégico CVC que dota a los clubes adheridos al proyecto con casi 2.000 millones de euros.
La nueva ciudad deportiva, que convive con la Luis del Sol, que sigue utilizando el primer equipo, consta de 11 campos de entrenamiento y un edificio de oficinas sobre un terreno de 20 hectáreas en el término municipal de Dos Hermanas, colindante a Sevilla. El plan contempla ampliar otras 30 hectáreas más para levantar una residencia con capacidad para 100 canteranos y una planta solar para el autoabastecimiento energético. Los planes del Real Betis no se detienen allí. Al final de temporada iniciará la metamorfosis de uno de los mayores símbolos verdiblancos: el Estadio Benito Villamarín.
Las nuevas infraestructuras en las que trabaja el Real Betis forman parte de un ambicioso plan de crecimiento en el que invertirá fondos de LALIGA IMPULSO, aproximadamente, unos 60 millones de euros en los dos proyectos. “Este plan ha sido un acierto, el nombre le viene como anillo al dedo. En un momento de crisis económica, en el que los clubes hemos sufrido los efectos de la pandemia, ha habido una apuesta por la competición”, comenta Ramón Alarcón, director ejecutivo del club.
El presupuesto para remodelar el estadio y completar la ciudad deportiva se reparte a partes iguales con 30 millones asignados a cada proyecto. Las obras del campo se extenderán hasta 2027, según las previsiones del club. Por el momento, solo se ha estrenado la primera fase del centro Rafael Gordillo, siguiendo los plazos marcados. Enrique Castillo, director de Operaciones de la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo y la persona que mejor conoce las instalaciones, desgrana su distribución: por un lado, la denominada zona profesional, utilizada por el equipo femenino y los seis primeros equipos de la cantera (Betis Deportivo, Betis C, tres conjuntos juveniles y el cadete A), y en un futuro por el primer equipo, en la que se han construido cinco campos de césped natural, otro de entrenamiento de porteros y un edificio con oficinas que cuenta con una sala de formación, un gimnasio de 350 metros cuadrados y una zona médica de 400 metros cuadrados. En la zona reservada a los otros 13 equipos de la cantera, los de menor edad, hay otros cuatro campos más de césped artificial y otro para los guardametas. En esos campos de césped artificial también desarrollan su actividad los equipos de la Fundación Real Betis Balompié.
Entre las dos parcelas hay un desnivel de unos 40 metros, explica Castillo, que ofrece una visión general de los campos desde la parte más alta que se ha aprovechado para tener el “mínimo impacto posible” en el terreno. “El Betis es un club muy comprometido con la sostenibilidad y aquí lo hemos seguido siempre”. Esa preocupación por el medio ambiente está presente en la tecnología. Por ejemplo, la mayor parte del agua utilizada procede de la lluvia, que se filtra a través de un sistema de riego a una balsa de almacenamiento excavada en la parte baja de los terrenos.
En el edificio del recinto se han ampliado los porches de las terrazas para evitar que el sol dé a las cristaleras y se necesite climatización adicional. En los campos de césped artificial, en lugar de usar bolas de caucho para su mantenimiento, se utiliza corcho de albaricoque en anticipándose a la prohibición de la Unión Europea a partir de 2030. La planta solar, planeada para la segunda fase, tendrá una capacidad de dos megavatios para, según Castillo, “alimentar todas las necesidades de la ciudad deportiva”.
Arturo García Arzu, el exjugador que marcó el primer gol en la UEFA Champions League de la historia del Real Betis y que ahora dirige al equipo juvenil, reconoce el valor del proyecto para las jóvenes promesas. “Entrenar en césped natural va a ayudar a acelerar los procesos de formación de los niños”, afirma, “es una base brutal para seguir creciendo y buscar la mejora continua de los futbolistas y técnicos de la casa”.
Rosa Márquez, capitana del Real Betis Féminas, coincide en el impacto positivo en la división femenina. “Cuando era pequeña no veía ningún alevín ni otros canteranos masculinos porque nuestro campo de entrenamiento era el de la universidad. No te sentías jugadora del Betis”, recuerda la canterana, que ingresó en la entidad verdiblanca con 11 años. Ahora, con 23, se muestra satisfecha con el cambio. “En el día a día compartes mucho más como club y como identidad y es más atractivo venir aquí, que se respira fútbol. Las chicas se lo van a tomar con más motivación”.
Gordillo echa la vista atrás mientras ojea un partido del equipo filial desde una de las pasarelas de la ciudad deportiva. “Cómo ha cambiado todo desde que empecé, si te cuento dónde entrenaba yo...”, murmulla. Por eso, saca pecho por el resultado. “Llevar mi nombre no es importante, lo que tenemos que hacer es nutrir al primer equipo, y con estos campos podremos sacar cada temporada más canteranos”.
La remodelación del Benito Villamarín es el siguiente paso del plan bético. “Un estadio es lo que más representa a un club tras el escudo y los colores. Son las catedrales del siglo XXI”, afirma Alarcón, que lo considera el “corazón” del proyecto. El club adjudicó la iniciativa a la propuesta presentada por el arquitecto cordobés Rafael De La-Hoz y el estudio estadounidense Gensler, cuya firma llevan varios campos de la liga de fútbol profesional (MLS, en inglés). “Queríamos un espacio abierto, una piel que transpirase, y la han plasmado en la cubierta que rodea a las cuatro gradas, que representa las 13 barras del escudo”, explica Alarcón.
El nuevo campo mantendrá su aforo actual de 60.379 espectadores. Las obras comenzarán en enero de 2025, cuando finalicen las obras del estadio de la Cartuja que permitirán al Real Betis trasladarse provisionalmente mientras tanto. Se demolerá la grada de Preferencia, la única que se construirá de cero para ampliar el número de butacas premium, las que más beneficio generan, hasta las 4.023 con el objetivo de triplicar sus ingresos hasta los ocho o nueve millones de euros, según Alarcón.
El nuevo estadio incorporará una amplia oferta gastronómica. Tanto en sus corredores interiores como en el espacio de terrazas, una de las principales novedades que se construirán. Además, también tendrá un auditorio con capacidad para 400 personas destinado a eventos y convenciones empresariales y el museo del Real Betis. El objetivo, según detalla Alarcón, es desarrollar estrategias prepartido, partido y pospartido para aumentar las ganancias. “Actualmente estamos generando unos 30 millones, y esperamos llegar a 50”.
El estadio también será sostenible: se autoabastecerá de placas solares y almacenará agua de la lluvia en un tanque subterráneo que se usará para regar el césped. Y para concienciar a su afición, el club fomentará la movilidad compartida y el uso de vehículos eléctricos. “Queremos ser el equipo más verde”.
Las previsiones del Real Betis indican que la remodelación del estadio se pagará con los ingresos que genere en unos seis o siete años, el plazo para recuperar la inversión de los fondos de LALIGA IMPULSO. Para Alarcón, hombre de negocios, la principal aportación del plan, además de la monetaria, ha sido el cambio de mentalidad entre los directivos del fútbol profesional español. “Ha hecho ver la importancia de invertir en recursos tecnológicos, pero también humanos. En un sector en crisis, hemos cambiado la palabra despido por contratación y no centrarnos solo en lo que ocurre sobre el césped”.