Foto: JACOBO MEDRANO

Diego Ibáñez(Carolina Durante)

El cantante que subió
el fútbol a los escenarios

El fútbol fue, antes que la música, el primer amor de Diego Ibáñez (Madrid, 1996), cantante de Carolina Durante. La pasión por el balón vertebra toda su vida: la del niño viciado a los partidos en la PlayStation, la del chaval que casi se convierte en futbolista en una universidad estadounidense y ahora la de líder de una banda que a base de éxitos con referencias más o menos explícitas al balón, como El himno titular, 10 o Minuto 93, ha encontrado el camino del éxito

Capítulo 1. LA PASIÓN

El músico que nació de un ‘no’ al fútbol

En una época en la que Ibáñez andaba “un poco perdido”, a sus 19 años, el fútbol apareció como una posibilidad de futuro. No recuerda quién le habló de una empresa dedicada a llevar a jóvenes españoles a estudiar a Estados Unidos con becas deportivas. Tampoco cómo se le ocurrió presentarse un domingo en un campo de Las Rozas para participar en un partido montado a modo de proceso de selección de candidatos. El caso es que, pese a haber sido siempre más de fútbol sala y haberlo dejado pronto, a los 15, el entonces estudiante de Derecho se vio volando dirección a Daytona, en el estado de Florida, en busca de una oportunidad.

“Ahora me parece todo un poco ida de olla... Me cogieron y fui para allí una semana. Había de todo: peña que había llegado a Segunda B y otros como yo, sin más. Según jugaras, te veían y te proponían becas, mejores o peores. Creo que es lo más serio y al nivel más alto que he jugado nunca”, relata.

Dos universidades le ofrecieron pagarle el 70% de la matrícula, más la estancia y la manutención. Pero de vuelta a Madrid, se convenció de que no debía tomar ese camino por varias razones. “Incluso con la beca, seguía siendo mucho dinero y era un momento de crisis, mi madre estaba en paro… Además, yo soy un tío muy casero, nunca me he movido de Madrid”. Dice que se echó atrás y “gracias a Dios”: ese ‘no’ le llevaría a montar, dos años más tarde, un grupo de música.

“Siempre he romantizado la figura del futbolista y no quiero dejar de hacerlo”

“Jugar al fútbol está en entre las tres cosas que más feliz me hacen”

“De no ser por la PlayStation, creo que Carolina Durante tendría más canciones de las que tiene”

Capítulo 2. LA INSPIRACIÓN

Cómo fabricar grandes éxitos con el balón

Carolina Durante surgió en 2017 como la típica banda de amigos que se lo pasan bien, defiende Ibáñez. Pero lo cierto es que su mezcla de punk y de pop cobró mucha más relevancia que esa humilde premisa y en 2019 se convirtieron, con poco más de una decena de temas publicados, en el grupo español que tocó en más festivales nacionales: el Tomavistas, el Festival de Les Arts de Valencia, el Portamérica, el Granada Sound, el FIB...

En la fórmula de su éxito repentino volvió a entrar ese gran tema, inagotable, que es el fútbol. Porque además de Cayetano, una canción cuyo videoclip acumula más de 3,4 millones de reproducciones en YouTube, la futbolera El Himno Titular, compuesta para el Mundial de 2018, se convirtió en uno de sus emblemas y en una excusa para contactar con Álvaro Odriozola, futbolista merengue que aparecía en la letra. “Le mandé la canción, le gustó y nos empezamos a seguir por redes”, cuenta.

1: Un fan de Carolina Durante con una camiseta de la selección argentina con el nombre de la banda y el 10 a la espalda. | Foto: CAROLINA DURANTE

2: Imagen del videoclip de la canción Minuto 93, donde los protagonistas visten las camisetas del Real Madrid y el Atlético de Madrid. | Foto: CAROLINA DURANTE

3: Diego Ibáñez se enfundó en la camiseta del Real Zaragoza para actuar en la capital aragonesa. | Foto: CAROLINA DURANTE

El cantante es el hincha más fervoroso de los cuatro integrantes de Carolina Durante. Y aunque ha tenido que escuchar eso de “¿otra vez con esto?” cuando llega al local de ensayo con otra letra sobre fútbol, en el segundo y último disco de la banda –Cuatro chavales (2022) – volvió a la carga (eso sí, de manera menos explícita) con Minuto 93. Un título que hace referencia al minuto en el que el Real Madrid empató la final de la UEFA Champions League de 2014 contra el Atlético de Madrid para un tema que habla de la agonía del amor.

“En ciertos círculos percibo que no está tan bien visto que te guste el fútbol... A mí me da igual, la verdad. Para mí, el fútbol es cultura popular y no descarto que saquemos más canciones con referencias al tema”, explica el líder de un grupo que también ha compuesto 10, una canción homenaje a Leo Messi, y ha comercializado una camiseta de estética futbolera en colaboración con la marca Gambea.

Capítulo 3: EL CORAZÓN

Abuelo colchonero, nieto madridista

De un tiempo para aquí, pandemia por medio, la vida de Ibáñez ha dado un salto equiparable al del canterano que triunfa nada más debutar y, de golpe, se sorprende al verse como un ídolo para los demás. Al despegue de su carrera musical se sumó en 2021 su debut actoral en la serie de Atresplayer Cardo, donde se mete en la piel de un pijo. Sin embargo, asegura que su día a día no ha cambiado tanto y sigue transcurriendo en el mismo epicentro: un piso a pocos metros del de su madre, los mismos bares en Malasaña, las quedadas recurrentes con los amigos de siempre...

Foto: JACOBO MEDRANO

En esa geografía sentimental, en la que puede recordar exactamente donde vivió cada gol y cómo lo celebró, creció un niño que cultivó todas las filias de un buen futbolero: el coleccionismo de cromos y chapas, las alineaciones recitadas de memoria, los enamoramientos con ciertas camisetas, las jornadas maratonianas de partidas en la PlayStation y los domingos por la noche frente a la televisión en compañía de su abuelo, a quien le emociona recordar.

“Mi manera de relacionarme con él era a través del fútbol. Él en un sofá, yo en una silla. Me daba un poco de huevos rotos con jamón y poníamos un partido. Me hacía alguna pregunta durante el partido, me contaba alguna anécdota. Poco más. Todo sucedía en los 90 minutos y luego me iba. Murió el año pasado y de las cosas que más me voy a arrepentir es de no haber visto más partidos con él”.

Los diez compañeros con los que Diego Ibáñez jugaría una pachanga

Ibáñez, madridista acreditado por haber actuado con el escudo merengue sobre el escenario y por llevar un tatuaje con la celebración de Cristiano Ronaldo (se lo grabó tras perder una apuesta con un amigo), le siguió en todo menos a la hora de escoger los colores. “Mi abuelo era del barrio de La Latina y del Atlético de Madrid. Por eso le tengo cariño al Atleti y cuando han sido campeones de liga me he alegrado”.

Ahora su madre ocupa el lugar del abuelo junto a él en el sofá, frente al televisor. El fútbol sigue siendo ese refugio, ese lugar de unión y de felicidad. Ya sea viéndolo o jugándolo. “El otro día me metí en una pachanga y al terminar me pregunté: ¿Cómo puede ser que haga tanto tiempo que no juego? Está en el top tres de cosas que más feliz me hacen”.

Capítulo 4. LA ILUSIÓN

Un futbolista de LaLiga en el camerino

Entre las oportunidades perdidas en la carrera de Carolina Durante hay una que le duele especialmente a Ibáñez. La temporada pasada les ofrecieron tocar en la previa de la final europea que el Madrid disputó en París contra el Liverpool, pero tuvieron que rechazar la propuesta porque dos de los miembros tenían un bolo con su otro grupo, Axolotes Mexicanos.

Aun así, el cantante no pierde la esperanza y fantasea, quién sabe, con tocar un día en el Santiago Bernabéu. Al menos tuvo en cierta manera un premio de consolación cuando le invitaron al feudo blanco, en calidad de icono musical, y le entrevistaron en la previa de un partido a pie de campo. Una experiencia que equipara a salir al escenario ante miles y miles de personas en un gran festival o cuando en enero metieron a 8.000 personas en el madrileño Wizink Center. “Tenía los jugadores a tres metros de mí, pasándose la pelota y yo sentía que es lo más cerca que había estado nunca de un dios. Fue increíble”, relata.

Foto: JACOBO MEDRANO

Dice mucho de quién es el cantante de Carolina Durante el hecho de que uno de los conciertos que disfrutara más fuera en Vitoria por la visita de Mikel Vesga, centrocampista del Athletic Club y guitarrista de Orsai, banda formada por jugadores del equipo vasco, que entró en el camerino para confesarles su admiración y entregarles una camiseta firmada. “Hay un niño en mí que de repente se vino arriba. ¡Buah!, ha venido un futbolista. Uno que yo me cogía en la Play. Me hizo una ilusión brutal. Siempre he romantizado la figura del futbolista y no quiero dejar de hacerlo. Son las últimas estrellas del rock en un mundo que ha humanizado al resto de ídolos”.

Si quieres descubrir más historias como esta, entra en… Ejemplares