La niña que se crio entre futbolistas
Ciganda cuenta que creció “rodeada de fútbol” y la expresión casi se queda corta ante la cantidad de parientes suyos que nacieron con un don para este deporte. Empezando por su tío José Ángel, que disputó 11 temporadas y marcó más de 100 goles en la élite; siguiendo por su padre, Jesús, que jugó y entrenó en clubes amateurs, y terminando con su hermano y uno de sus primos, que hicieron carrera hasta Tercera División y Segunda B, respectivamente.
Ella no fue menos y de bien pequeña se apuntó a un equipo de fútbol sala, donde era la única chica. Una circunstancia habitual incluso en una época no tan lejana y que no le impidió brillar y expresar ese gen futbolero, a juzgar por las palabras de su padre – “hacía de todo: tiraba las faltas, los córners y daba 150 toques seguidos al balón”, contó a EL PAÍS EN 2019– y por sus propios recuerdos. “Jugaba de delantera. Le pegaba bien y era habilidosa. La verdad es que se me daba bien”.
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