Cómo educar a tus hijos para ser campeones de la igualdad (en casa)

Expertas en educación e igualdad nos dan las claves para educar a los niños en el reparto de las tareas domésticas de manera equitativa.

Los últimos datos del INE (2016) reflejan que las mujeres dedican, de media, casi el doble de tiempo que los hombres a trabajos no remunerados como las labores domésticas y la cocina: 20 horas ellas, 11 ellos. Una desigualdad que se mantiene cuando se incluyen en la ecuación los cuidados a los hijos o a otros familiares, y que se observa en todas las circunstancias vitales; con o sin pareja, con o sin hijos y con o sin empleo.

Para que las horas que hombres y mujeres dedicamos a los trabajos no remunerados sean realmente equitativas, se hace imprescindible educar en el valor de las tareas domésticas desde la infancia. ¿Cómo? Implicando a nuestros hijos desde pequeños, independientemente de su sexo o edad, en este tipo de labores. Esta idea se ha reflejado en la última campaña de Samsung que, bajo el hashtag #YaNoHayExcusas, incide en la necesidad de involucrar a niños y niñas en las tareas del hogar: Hay muchas formas de repartir las tareas pero ninguna debería tener en cuenta si eres hombre o mujer, como nos enseñan los niños en este video de Lavadoras Samsung que supera ya el millón de reproducciones:

Por qué visibilizar y dar valor a las tareas domésticas desde la infancia

La infancia es el momento ideal para comenzar a eliminar los roles y estereotipos establecidos y un primer paso ello puede ser mostrar que el trabajo doméstico no es exclusivo de las mujeres. Según Iria Marañón, editora y autora de Educar en el feminismo, el hecho de implicar a niños y niñas en las labores no sólo les enseñará a responsabilizarse de este tipo de trabajo, sino a valorarlo y a desligarlo del género. “Si tenemos en cuenta que el reparto desigual del trabajo doméstico y de cuidados es la base de todas las desigualdades e injusticias sociales que soporta la mujer, en el momento en el que los niños aprendan que es un trabajo que deben asumir ellos también, podremos empezar a avanzar hacia una sociedad más igualitaria”, explica.

En esa misma línea, Marina Subirats, catedrática de Sociología y referente del feminismo y la coeducación en España desde hace más de treinta años, incide en que “los niños y niñas no tienen la idea preconcebida de que esto sea propio de hombres y aquello de mujeres. Si se lo decimos, y además aprenden que es más importante lo que hacen los hombres, no sólo no se interesarán por las tareas domésticas, sino que las rechazarán como impropias y denigrantes para ellos”.

Algunas claves para implicar a niños y niñas en las tareas del hogar y empezar a educar en igualdad

La importancia del juego para el aprendizaje: Para Iria Marañón es interesante que desde que son pequeños niños y niñas tengan a su alcance juegos y juguetes relacionados con el hogar: cocinas, organización, limpieza y cuidados. Además, cree que es positivo que, de forma cotidiana, tengan claro el trabajo que supone que una casa funcione: hay que poner lavadoras, hacer comidas, ir a la compra... 1

Es importante potenciar las ganas de colaboración e imitación que los niños manifiestan desde edades tempranas. Ana Sancho, fundadora del proyecto de igualdad Pequeños Amos de Casa (www.pequeñosamosdecasa.com), recomienda que sean ellos quienes elijan las tareas a desarrollar, que no les sean impuestas, haciéndoles ver que son capaces de hacerlas y el valor que tienen. “Adoptar responsabilidades en el hogar forma parte de su crecimiento personal y, además, deben saber que su colaboración es muy valiosa de cara a conseguir convertir a la familia en un equipo”, explica.

En el Configurador de Tareas Equitativo se puede incluir a todos los miembros de la familia y este les asigna los trabajos (niños incluidos) igualitariamente.

El ejemplo de papá: “Las palabras convencen, el ejemplo arrasa”, dice Ana Sancho. Es fundamental el ejemplo de las figuras masculinas, que los niños vean que los hombres de la casa se implican exactamente igual en el trabajo doméstico que las mujeres. Deben ver el ejemplo de cómo se reparten las tareas de forma equitativa, cómo los varones asumen sin problemas su parte y toman la iniciativa a la hora de organizar, gestionar y ejecutar las tareas concernientes al hogar.2

¿Quién ha hecho qué? Un buen punto de partida para llevar a la práctica el reparto de tareas es analizar la ejecución de alguna de esas responsabilidades domésticas. Un ejemplo sencillo: observar el desayuno del domingo y debatir en familia qué ha hecho cada persona para prepararlo, quién no participa, si es justo o no y cómo se puede mejorar.3

En este sentido el configurador de tareas creado por Samsung es una alternativa divertida, gráfica y que por lo que tiene de tecnológico, será recibida de muy buen grado por nuestros pequeños “early adopters”:

Cosas que no debemos decir: Por último, como adultos también debemos hacer una revisión profunda de nuestro lenguaje. En este sentido, Marina Subirats cree que es muy útil que nos preguntemos cada vez que hablemos con una niña si le diríamos lo mismo a un niño, y viceversa. “Sirve para darnos cuenta de cómo transmitimos los estereotipos de modo inconsciente. ” Una expresión de uso tan frecuente como “ayudar en casa” ya retrata el estereotipo del rol masculino. El hombre que “ayuda” porque, en realidad “no le corresponde esta tarea”… Sólo desterrando de nuestro lenguaje estos detalles ya habremos cubierto una gran parte del camino!4

En definitiva, en un mundo en el que #YaNoHayExcusas, sólo con constancia y atención al detalle conseguiremos desmontar los tópicos y sentar una sólida base para un futuro en el que el trabajo en casa se reparta de modo igualitario.

Mejor empezar hoy mismo. Más información.