LA IMPORTANCIA DEL ECODISEÑO

Cambiar los envases para mejorar el planeta

El ecodiseño reduce los impactos medioambientales de los envases con sutiles cambios que hacen que se puedan transportar más unidades en el mismo espacio o que se puedan reciclar más fácilmente

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Bonito por fuera y por dentro, con conciencia. El ecodiseño analiza el impacto ambiental que va a causar un envase desde su concepción y se afana en minimizarlo mediante sutiles cambios, sin que las propiedades ni la utilidad de ese objeto se resientan. También persigue optimizar el transporte y la distribución, maximizando el número de unidades que caben en, por ejemplo, un palé de carga. Todo sin que la disminución de plástico de una botella reduzca su durabilidad, sin que una lata de aluminio finísima se rompa cuando se transporta o sin que la utilización de un brik para comercializar legumbres perjudique la calidad del producto.

El ecodiseño se acuñó en los años noventa del siglo pasado, cuando los fabricantes comienzan a teorizar sobre cómo reducir los impactos ambientales antes de que se produzcan, en lugar de paliarlos una vez ocurridos. Hoy el ecodiseño ha saltado de lo virtual a lo práctico y es casi un estándar de fabricación En los dos últimos años, según datos de Ecoembes, más de 2.000 empresas en España han aplicado 7.694 medidas para reducir el impacto ambiental de los envases que comercializan, lo que evitó la emisión de casi un millón de toneladas de CO2 a la atmósfera.

Medidas que también se pueden aplicar a enseres, mobiliario o aparatos eléctricos y electrónicos. Una mesa de un restaurante fabricada con redes de pescadores es ecodiseño. Una cafetera que no requiere filtro también porque se elimina un desecho de papel. O un banco de la calle que no se deteriora por mucho que llueva. Son ejemplos de objetos que en su fabricación usan menos material virgen o se sirven de desechos convertidos en nueva materias prima.

Cuatro bases del ecodiseño

A través de una botella de plástico

Aunque a veces el trabajo de ecodiseño es imperceptible y sus ramificaciones infinitas, existen grandes áreas de mejora en los envases en las que los fabricantes se centran. Así lo entiende Rikardo Minguez, director del máster de Economía Circular Aplicada a la Empresa de la Universidad del País Vasco, que lleva cinco años impartiendo esta disciplina: “El ecodiseño va en favor de la economía circular”. En las botellas de plástico es fácil ver cómo esta forma de diseñar puede mejorar un envase.

MENOS PESO, MENOS MATERIAL

Una de cada cuatro medidas de ecodiseño que conisderan las empresas están encaminadas a aligerar el peso de los envases, lo que redunda en menos consumo de materias primas (se ha logrado reducir los espesores y el gramaje de los materiales) y menos huella de carbono porque el mismo vehículo puede transportar más cantidad de producto. En el caso de las botellas de plástico, como explica Minguez, la reducción de peso que ha experimentado no redunda tanto en la huella de carbono porque ya era ligero, pero sí en una disminución de hidrocarburos (de la materia prima con la que se fabrica). El peso de un envase ligero como una botella de agua ha decrecido un 18% de media en los últimos 25 años, según Ecoembes. 

MATERIAL MÁS RECICLABLE, OTRA VIDA

La reciclabilidad consiste en la capacidad de que un material se pueda volver a utilizar tras haberlo sometido a un tratamiento en una planta especializada. La reciclabilidad de las botellas de plástico mejora si no se les añaden pigmentos para colorearlas. Un envase transparente, natural, podrá volver a ser ese mismo envase una vez se recicle. Si es azul o verde, nunca más podrá ser transparente, por lo que su uso queda limitado.

Resulta fundamental que los diferentes materiales de un envase sean compatibles entre ellos. La botella es de polietileno (PET) y el tapón se fabrica con polirpropileno (PP), dos tipos de plástico. Al tener diferentes densidades, se pueden separar con facilidad. El hecho de que sean diferentes los hace compatibles. El 30% de las medidas de ecodiseño en 2022 buscan mejorar la reciclabilidad, según Ecoembes.

ENVASES MÁS COMPACTOS, CON MENOS ELEMENTOS

Un menor número de elementos en los envases logra disminuir el impacto ambiental porque se facilita su reciclaje, bien porque no se extravían o porque es más sencillo reciclar recipientes homogéneos. Una directiva europea aprobada en junio de 2019 obliga a los fabricantes a adherir el tapón a las botellas de plástico y los briks a partir de julio de 2024.

RECUERDA

El corcho de una botella de vino no debe ir al contenedor verde junto con el envase. Si el corcho es natural debe ir al cubo marrón, el de la basura orgánica. Si es sintético o de madera, al cubo amarillo. Las tapas metálicas de los tarros de vidrio tampoco van al verde, sino al amarillo, al de los envases.

EMBALAJES INNOVADORES E INGENIOSOS

El ecodiseño se aplica en el embalaje de los productos para su comercialización. No solo en los envases, en la botella de agua o la lata de bebidas, en lo que se conoce como embalaje primario, sino en su forma de empaquetarlo para venderlo en el supermercado y para transportarlo. 

El conocido como embalaje secundario atiende a la unión de los envases para formar un pack. El envoltorio de plástico que crea los packs indivisibles de seis botellas de agua ahora es más fino y en parte proviene de material reciclado. Otro ejemplo son los packs de latas de bebida, en los que el cartón y los pegamentos como la silicona están sustituyendo a las anillas de plástico.

También se emplea plástico a la hora de embalar un palé para que la mercancia se transporte sin moverse en el camión. Este material está empezando a ser reciclado.

Según Ecoembes, el 11% de las medidas de ecodiseño están orientadas a eliminar elementos de los envases (el embalaje primario) que cuentan con más de uno (la funda de la barra de pan fabricada con papel y plástico, por ejemplo).

LO QUE LAS NUEVAS ETIQUETAS VAN A CONTAR

Las etiquetas de los envases informan si ese recipiente se ha fabricado a partir de plástico reciclado. Para 2025, las botellas de PET destinadas a bebidas se deben fabricar con al menos un 25% de material reciclado, según la misma directiva europea aprobada en 2019. Para 2030, la cifra ascenderá a 30%.

Cada vez más etiquetas o el propio envase, que ejerce como un gran panel informativo (véase el brik), muestran unos logos para indicar el contenedor en el que se deben depositar. Resulta todavía más importante cuando los envases están fabricados en dos materiales que van a contenedores diferentes. La caja de cartón (azul) de pasta que cuenta con una ventanita de plástico (amarillo) para ver el contenido.

De la teoría a la práctica

La revolución de recolocar los helados en una caja

Tras una sencilla caja de cartón puede haber un minucioso trabajo de ecodiseño detrás. Este objeto es, precisamente, el protagonista de una reformulación real: la cadena de supermercados Eroski se planteó, hace unos años, mejorar su caja de helados bombón de cuatro unidades. El fin: usar menos materiales y ganar espacio de almacenamiento. Reducir el impacto ambiental.

Este era el punto de partida antes de la intervención: una caja de cartón en la que se alineaban cuatro helados de palo envueltos de forma individual en plástico.

Según se explica en la guía que recoge esta experiencia, elaborada por el Ihobe –la sociedad de gestión ambiental del Gobierno Vasco– y Ecoembes, en su rediseño se tuvieron en cuenta multitud de factores: los más obvios fueron el tipo y cantidad cartón de la caja y el tipo y cantidad de plástico para envolver los helados. Pero también se consideraron variables más sutiles, como, por ejemplo, el gasto energético que implicaba decorar y troquelar el envoltorio o la cantidad de chapa de abedul empleada en los palitos.

La propuesta de rediseño final consistió en recolocar los helados en dos capas de dos unidades. E hicieron más visible el símbolo de ‘envase reciclable’ para concienciar al consumidor.

¿El resultado? Un menor gasto en material de envase y embalaje, y mayor una mayor capacidad de carga en el palé y exposición en los lineales del supermercado.

-8%

Film retráctil de embalaje para la distribución

-2%

Cantidad de cartoncillo

+1%

Estuches por pallet

+50%

Estuche por metro cuadrado de lineal

El laboratorio del ecodiseño

Paula Baños, de 28 años, trabaja como especialista en Innovación en The Circular Lab, el centro de innovación de Ecoembes que tutoriza e impulsa proyectos relacionados con la economía circular. A este centro acuden emprendedores para desarrollar sus ideas de negocio. Baños, graduada en Química, explica los fundamentos de ecodiseño que se han de tener en cuenta en la concepción de un envase.

En The Circular Lab se habla o reflexiona sobre...

Por qué una botella de plástico puede fabricarse a partir de una ya existente.

El progresivo aumento de la reciclabilidad de los envases, un pilar del ecodiseño, logra que una vez depositado un envase de plástico en el contenedor amarillo y tras su correcta gestión en una planta de reciclaje, esta se convierta en materia prima lista para fabricar otra botella de las mismas características.

Por qué el yogur tiene los bordes redondos.

Una forma de reducir el desperdicio alimentario pasa por eliminar las esquinas de la base del envase, por redondearlas, para que se pueda rebañar el producto con facilidad. Baños señala también los envases de salsas con la boca hacia abajo, “para facilitar su vaciado”.

Por qué en un bote de crema hay un envase de vidrio y otro de plástico.

Cada vez se fabrican más envases reutilizables o recargables. Por ejemplo en cosmética, detalla Baños, a veces se emplean dos recipientes: uno de vidrio exterior y uno de plástico interior. Se trata de reutilizar el primero y solo renovar el de dentro.

Por qué es importante un buen etiquetado en los envases.

Cuando la barra se vende en una funda fabricada con papel y plástico se debe garantizar que ambos materiales se pueden separar para su correcto reciclado. Baños afirma que se están incorporando logos que indican a qué contenedor van. El papel se deposita en el contenedor azul y el plástico se debe tirar al amarillo.

Paula Baños detalla dos de los proyectos que ya tienen aplicación real en el mundo empresarial. 

  • Una puntuación para cada envase. Pack-CD es un software que otorga a los envases una puntuación en base a cuatro categorías: funcionalidad (cómo se adecúa el envase al producto), tratamiento (cómo se comporta el envase en las fases de recogida y selección), segunda vida (su reciclabilidad y capacidad de reintroducirse en el mercado e impacto ambiental (cuánto contamina durante su ciclo de vida). “Es como la etiqueta de los electrodomésticos o de las ruedas. Las empresas usan la herramienta, rellenan los campos disponibles, y le dan a evaluar, la herramienta cruza los datos y en segundos te ofrece estos resultados, además de recomendaciones de mejora", detalla Baños.
  • La wikipedia del sector. La Plataforma del observatorio del envase del futuro. ejerce de gran periódico y base de datos abierta donde consultar las últimas novedades sobre este mundo. "Agrupa todas las noticias relacionadas con el sector del envase a escala mundial, relevantes o importantes”, explica Baños, “y hay un equipo que va chequeando subiendo lo que consideran interesante para las empresas”. Una manera, en definitiva, de enterarse de un vistazo de qué sucede en el sector con información contrastada y técnica.